Mancera va al atrio


Desarme ante iglesia
Saiz, sin esposas
PAN, origen pronazi

Julio Hernández López / Astillero

Miguel Ángel Mancera ha querido topar con la iglesia (aquí el tecleador astillado se está valiendo de la frase tan famosa como equívoca cuya expresión exacta es, sin las connotaciones de rechazo o confrontación a lo religioso que luego se le ha adjudicado: Con la iglesia hemos dado, Sancho). Atrapado en las viscosas circunstancias de la criminalidad largamente permitida en la capital del país y ahora en vías de erupción focalizada (según la nueva narrativa del GDF) en Tepito y la colonia Morelos, el ex procurador de justicia (a quien esas circunstancias parecieran anclar a su plataforma original de despegue político, la policiaca) ha recurrido a los oficios históricos de la iglesia católica para impulsar la segunda etapa de una campaña de desarme voluntario que, siendo positiva en cualquier momento, en los actuales corre el riesgo de exhibirse inmediatamente como lo que es, una maniobra de propaganda para aparentar que se están desarrollando acciones trascendentes para frenar la violencia desatada en la ciudad de México y una demostración de laxitud ideológica y oportunismo.

La reubicación política de Mancera ante la crisis en curso es altamente significativa: se ha ido alejando de la base social progresista de la capital mediante actos de gobierno polémicos, se ha acercado a la telaraña sexenalmente productiva del priísmo peñista y ahora ha llevado el capital político de la izquierda capitalina no solamente a un acto inmobiliario con aspiraciones electorales, como fue en su momento el acercamiento de López Obrador con Norberto Rivera a propósito de plazas marianas, sino a un acto en busca de bendición política, de rendición ante el mismo poder púrpura (el de Rivera, tan desgastado) en el atrio de la Catedral Metropolitana.

Llamativo es también que el gobernante capitalino esté reproduciendo el discurso utilizado por mandatarios de otras entidades, en busca de reducir los sucesos violentos a meros hechos aislados y de promover una visión positiva a base de voluntarismo: Hablemos bien de la ciudad de México, digamos todo lo bueno que sucede todos los días en esta ciudad, que de todo lo demás el gobierno se va a ocupar y para eso tenemos muchos aliados; los aliados más importantes están en el tejido social, en la fuerza que representan los hombres y mujeres de esta capital.

Por otra parte, el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador ha salido ya dos veces en defensa de Mancera. Lo ha calificado de recto y honesto y ha expresado su confianza de que saldrá adelante de la crisis provocada por los asesinatos en la Zona Rosa y en la colonia Morelos. En el estado de México y en Nuevo León ha asegurado que no es lo mismo el mandatario de la capital del país que los de esas entidades (Eruviel Ávila y Rodrigo Medina, respectivamente). Y ahora ha agregado al paquete argumental el señalamiento de que hay una manipulación a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación, para debilitar a la izquierda en el Distrito Federal.

Es un detalle, nada más. Un momento específico tomado por las cámaras fotográficas. Pero José Manuel Saiz dio la apariencia de no estar sujeto, o no tan sujeto, a un rígido proceso por presunta responsabilidad en el saqueo del erario de Tabasco. Sin esposas, caminando a su aire, apenas con un brazo policiaco a la espalda que entre respetuoso y amistoso le ayuda a encaminarse por la ruta necesaria. Presentable, se podría decir que bien arreglado. Había sido detenido el sábado anterior en Reynosa, Tamaulipas, luego de que había pretendido internarse en Estados Unidos y fue devuelto a tierra mexicana donde la policía federal lo arrestó. Una imagen muy diferente de la de otros detenidos que suelen ser mostrados bajo dominio, a veces con evidencias claras de maltrato físico fuerte, sumisos y sucios.

Lo deseable es que todos los detenidos por policías puedan aparecer como el ex secretario de Finanzas y Administración del gobierno tabasqueño encabezado por Andrés Granier. Pero el ver tan notable excepción hace pensar si se está en presencia de arrestos corteses para procesamientos judiciales ligeros, acaso cargados de suficientes impericias y pifias gubernamentales como para que el acusado de hoy, y eventualmente el propio Granier en estos días (según eso, la Interpol ya está presta para encontrar al ex mandatario donde quiera que esté), puedan pasar un buen tiempo en prisión, con las debidas buenas atenciones de parte de quienes fueron sus beneficiarios, y más delante puedan salir libres, tal vez inocentes, ya pasadas las tempestades políticas del presente.

La Jornada semanal presentó ayer dos textos importantes para entender y fundamentar el origen y el comportamiento del Partido Acción Nacional. Con una caricatura en portada del propio Rafael Barajas, El Fisgón, el apreciable suplemento cultural de los domingos publicó un texto en el que se demuestran los nexos entre los fundadores del partido de derecha y el nazismo. A partir de la revisión de un tabloide semanal denominado La reacción, que se publicó de 1938 a 1942, Barajas estableció las relaciones entre las expresiones racistas, fascistas y anticomunistas de esa revista pronazi con algunos de los fundadores, ideólogos e impulsores del PAN (http://bit.ly/14qqM7a ).

Por su parte, el director de La Jornada semanal, el nunca suficientemente premiado y reconocido Hugo Gutiérrez Vega, aporta un texto titulado Falange y sinarquismo en Baja California, que aporta más datos y evidencias sobre los movimientos mexicanos de ultraderecha y su inscripción en proyectos fascistas externos. A unas semanas de que en BC se elija entre la continuidad del panismo o el retorno al poder del PRI, la revisión histórica presentada por Gutiérrez Vega es de particular interés (http://bit.ly/18k5vjC ).

Y, mientras Peña Nieto promulga hoy la reforma en materia de telecomunicaciones, ¡hasta mañana, con Gustavo Madero aumentando el tono en el tema de las denuncias contra el priísmo en campaña abierta de compra de votos para elecciones estatales!

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