Chico Harlan / The Washington Post
La planta industrial de Kaesong, que genera divisas para el régimen norcoreano, podría cerrar definitivamente, según Pyongyang.
Seúl. Corea del Norte anunció ayer que retirará a todos los trabajadores de un complejo industrial operado en forma conjunta con Corea del Sur y examina la posibilidad de cerrar el centro de forma permanente.
El anuncio norcoreano, transmitido por su agencia estatal de noticias, detiene la última forma de cooperación intercoreana en un momento en el que Pyongyang ha sacudido a la región con la amenaza de una serie de ataques y declaró un estado de guerra con Corea del Sur.
Aunque Corea del Norte prohibió el acceso de empleados de Corea del Sur a la planta de Kaesong el miércoles pasado, pocos analistas sospechaban que cerraría la planta -generadora de divisas para el gobierno autoritario- ni siquiera temporalmente.
Eventualmente, Corea del Norte podría tratar de reabrir las instalaciones, situadas 6 kilómetros al norte de la frontera desmilitarizada. Pero las empresas de Corea del Sur podrían ser cautelosas acerca de regresar a una zona que Pyongyang ha descrito como un “escenario de confrontación” -uno que opera bajo los caprichos políticos del líder norcoreano de 30 años, Kim Jong Un.
Al menos una vez antes, en el 2009, Corea del Norte colocó barricadas en la planta de Kaesong durante varios días. Pero la decisión de ayer marcó un nuevo paso y puso de relieve el malestar, mientras que funcionarios en toda Asia y en Washington tratan de predecir -y prepararse- para el siguiente paso de Corea del Norte.
Ayer, el ministro por la unificación de Corea del Sur, Ryoo Kihl-jae, expuso ante el Parlamento que había detectado indicios de otra explosión nuclear subterránea en el sitio de pruebas norcoreano. Pero más tarde, Ryoo Kihl-jae, el más alto funcionario de Corea del Sur para la política hacia Corea del Norte, se retractó de su comentario y el portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano afirmó que no hay indicios de que una prueba nuclear sea inminente.
Las evaluaciones contradictorias se produjeron después de que un importante periódico surcoreano informó un incremento de personal y vehículos en el sitio de pruebas nucleares norcoreano.
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