El flotante Gabino


Oro eólico por espejitos
Gastos de Mancera
Descuento de cinco días

Julio Hernández López / Astillero

Gabino Cué ha dejado que en Oaxaca gobiernen los grupos de interés, los caciques regionales y una impunidad escandalosa. Menos malo que sus antecesores inmediatos, no por ello ha realizado un buen gobierno. Ni siquiera ha sido capaz de ejercer algo parecido a la justicia en el caso específico de Ulises Ruiz, el repudiado priísta con el que pareciera haber firmado un pacto de transición que implicó no tocarlo judicialmente a pesar de los múltiples indicios de corrupción y los conocidos casos de represión política.

Cué flota. Se deja llevar por las presiones y mantiene un equipo de trabajo ineficaz, en permanentes luchas internas, sin más objetivo que consumir de la mejor manera posible (para ellos) el tiempo de poder que le queda. En ese contexto de flacidez política, el gobernador de Oaxaca ha permitido, y promovido, que firmas de capital nacional e internacional, sobre todo español, desarrollen proyectos de producción de energía eólica que han generado rechazo en las comunidades sede, tanto por razones ecológicas y culturales como por la pretensión de pagar oro aéreo con espejitos.

Para documentar parte de lo mucho que está sucediendo en esas tierras en conflicto fueron al Istmo de Tehuantepec la reportera Rosa Rojas y el fotógrafo Francisco Olvera, de La Jornada. Fueron retenidos por un grupo partidista armado y posteriormente liberados. El incidente da cuenta de que los demonios andan sueltos en Oaxaca, mientras el gobernador Cué y su equipo siguen apoyando los negocios de élite, en contra de los intereses comunitarios.

El jefe del gobierno capitalino se ha enredado en el asunto de su peculiar viaje al Vaticano para asistir a la misa de inicio papal de Francisco. De entrada ha resultado polémica la motivación de Miguel Ángel Mancera para asistir a un acto de corte político-religioso al que, en todo caso, como representante oficial mexicano acudió Enrique Peña Nieto con su esposa, familiares y algunos funcionarios (cargándole la mano al erario, como ya es costumbre en el faraonismo federal). Extrañamente acomedido, políticamente integrado a la comitiva del mexiquense (aunque dijo que una oficina papal le había extendido una invitación especial) y poco atento al talante liberal de la ciudad de México, Mancera cometió luego un desliz significativo: primero hizo saber extraoficialmente que los boletos de avión y el costo de su estancia en Roma serían cubiertos por la Santa Sede y luego, ya pillado en esa mentira, se refugió en la versión de que él personalmente había pagado lo correspondiente al citado viaje, al igual que el par de funcionarios a los que hizo acompañarle.

Aun cuando la especie de la invitación con gastos pagados fue categóricamente desmentida por Federico Lombardi, quien es el vocero papal, Mancera siguió deslizándose por el tobogán de los errores. En reacción a los planteamientos hechos en Twitter por un tecleador astillado, Mancera respondió: “ @julioastillero exactamente Julio así fue, tampoco el de España. Además se no se generará cobro de salario en esos días #mm”. Confirmaba el jefe de gobierno, sin dar pruebas de ello, que él pagó su viaje a Roma y a España y que, como si cualquier funcionario o empleado del Gobierno del Distrito Federal pudiera simplemente irse de viaje personal durante cinco días, dejaría de cobrar ese salario.

Pifias continuas: ir de música de acompañamiento a una misa en la que no saludó al Papa ni pudo entregar personalmente la invitación para que Francisco visite la capital mexicana (el trámite fue realizado por Norberto Rivera), deslizar que el Vaticano le había invitado con gastos pagados, recomponer la historia y asomar la presunta justificación de que los gastos habían sido con cargo a su bolsillo, y asumirse como empleado irresponsable que deja la chamba tirada (para irse a un asunto de su interés personal, en cuanto fue pagado con su dinero), y luego simplemente pedir que le descuenten los días no trabajados.

En ese sentido resulta poco decoroso lo que la oficialía mayor del gobierno capitalino anunció ante los hechos consumados: que a Mancera y a sus acompañantes no se les acreditarán cinco días de salario que no devengaron por andar de viaje. Por menos días que esos, a cualquier empleado o trabajador le levantan acta de abandono de empleo. Además, ¿con qué carácter viaja Mancera por Europa, si sus gastos son cubiertos por él y oficialmente no está trabajando? ¿Quién fue designado, bajo qué fundamentos jurídicos y con cuál explicación política, como sustituto de un jefe de gobierno que dejó cinco días de trabajar? ¡Santos enredos, BatMancera!

En cambio, Peña Nieto y algunos de sus funcionarios opacos en cuanto a declaraciones patrimoniales ni siquiera se dan por despeinados ante la solicitud de la Cámara de Diputados para que informen cabalmente de ese tema, que en una primera entrega dejó más dudas y preguntas que certezas. Ha dicho Gobernación que el ocupante de Los Pinos ya cumplió con su obligación informativa y que no volverá a hacerlo. Así que los mexicanos seguirán sin saber cuánto valen las propiedades inmobiliarias de Peña Nieto, dónde están ubicadas y cómo las adquirió, sobre todo en razón de las que él atribuye a donaciones, sin explicar quiénes fueron los donantes y cuáles fueron los móviles de esa inusual y justificadamente sospechosa generosidad.

A la hora de cerrar esta columna no se conocía el desenlace de los ajustes en San Lázaro a la iniciativa de reforma en materia de telecomunicaciones, particularmente en los rubros técnicos conocidos como must carry y must offer. Por lo pronto, Carlos Slim ya tiene los derechos para la transmisión en Latinoamérica, con la salvedad de Brasil, de los próximos Juegos Olímpicos.

Y, mientras ha sido aprobada por unanimidad la llamada ley de víctimas, cuya aplicación práctica está rodeada de dudas, ¡feliz fin de semana, con el procurador Murillo Karam identificando a tres presuntas fuentes como responsables gaseosas de la reciente explosión en oficinas de Pemex, aunque no sabe si actuaron las tres juntas o mediante otra combinación asesina!

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