Georgina Saldierna / La Jornada
Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial de la izquierda, demandó ayer la destitución de Miguel Ángel Osorio Chong de la Secretaría de Gobernación por la represión contra jóvenes que se manifestaban afuera del Palacio Legislativo de San Lázaro, en el contexto de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.
Y si Manuel Mondragón tiene responsabilidad en esos hechos, también debe renunciar a la subsecretaría de Seguridad Pública, subrayó.
El líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) expuso que es tan grave lo que se hizo contra el pueblo de México que no estamos para galanterías. Pintamos claramente nuestra raya. Nada con Peña Nieto, nada con la mafia del poder. La dignidad no tiene precio, subrayó ante miles de personas.
Anunció que su protesta contra el fraude electoral no se limitará al desconocimiento del gobierno espurio del mexiquense, sino que se llevarán a cabo acciones de desobediencia civil pacífica activa, lo que implica –precisó– el compromiso de seguir trabajando en concientizar y organizar al pueblo.
La manifestación encabezada por López Obrador se realizó de manera pacífica, lo que contrastó con los enfrentamientos entre jóvenes y elementos policiacos ocurrida al mediodía en avenida Juárez y las inmediaciones del Monumento a la Revolución, y previamente afuera de la Cámara de Diputados.
Informado sobre los acontecimientos afuera de San Lázaro, López Obrador empezó su discurso pidiendo las renuncias de Osorio Chong y de Mondragón. Resaltó que ha tomado la decisión de seguir luchando por la vía pacífica. Pero esta postura no significa de ningún modo quedarse callado o solapar actos de represión, como los de ayer por la mañana.
No había motivo –dijo– para que se usara la fuerza bruta y se dispararan balas de goma contra jóvenes y estudiantes; debe castigarse a los culpables de los hechos, ya que la autoridad es la responsable de garantizar la tranquilidad y la paz social en el país, y no es con el uso de la fuerza, enfatizó.
Recordó que desde hace varios días cercaron por completo la Cámara de Diputados y el centro de la ciudad. ¿Por qué tanta prepotencia? ¿Por qué ese afán autoritario? Ellos fueron los que provocaron esta situación de violencia en San Lázaro.
El también ex jefe de Gobierno de la ciudad de México señaló que durante la campaña presidencial propuso a Manuel Mondragón como su secretario de Seguridad, pero no por ello se van a ocultar hechos represivos o a tratar de tapar medidas coercitivas. Además –dijo–, él no iba a tener de jefe a Chong ni a Peña, sino a personajes que iban a aplicar la ley, que se iban a ceñir al mandato juarista.
El mitin de Morena se desarrolló con el lema: No a la Presidencia comprada. Empezó poco después de las 11 de la mañana con una parodia sobre la actuación del mexiquense en su gira por Europa, donde dijo que ayudaría a rescatar a España, y siguió con la participación de Jesús González Schmal, quien leyó el veredicto del tribunal popular sobre el proceso electoral pasado, donde se pide juicio político contra los consejeros del IFE y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, porque actuaron en complicidad con los delincuentes electorales.
Martí Batres y Eduardo Cervantes, presidentes del movimiento a escala nacional y en el Distrito Federal, respectivamente, llamaron a continuar la organización de la agrupación y convertirla en la principal fuerza de la oposición. Todo ello frente a miles de personas que portaban pancartas con leyendas como Fuera Peña y Peña no ganó, la Presidencia compró. Varios de los asistentes llevaban un moño negro en señal de luto por la toma de posesión del priísta como jefe del Ejecutivo federal.
Acompañado por Elena Poniatowska, Jesús Martín del Campo, Assa Cristina Laurel, Bernardo Bátiz y los legisladores Alberto Anaya, del PT; Layda Sansores, Alfonso Durazo y Ricardo Monreal, de Movimiento Ciudadano, entre otros, López Obrador manifestó que el ex gobernador del estado de México y su partido obtuvieron millones de votos entregando dinero en efectivo, monederos electrónicos de Soriana y Monex y otras dádivas, aprovechando la pobreza extrema de millones de mexicanos. Esta es sin duda la mayor inmoralidad que se registró en la elección. Sin el voto comprado no habrían podido imponer al priísta, afirmó.
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