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El regreso del PRI a la Presidencia desató este sábado una serie de disturbios y violentos enfrentamientos entre las fuerzas del orden y diversos grupos de manifestantes en las inmediaciones de San Lázaro y distintos puntos del Centro Histórico, con un saldo de al menos 35 lesionados –15 civiles y 20 uniformados– y 65 detenidos, a uno de los cuales se le decomisó una granada de fragmentación, según informó el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.
En conferencia de prensa, Ebrard, quien dejará el cargo el próximo miércoles 5 a su sucesor Miguel Ángel Mancera, añadió que la situación, que por momentos desbordó a la autoridad, ya está bajo control.
El mandatario capitalino señaló que lo ocurrido en avenida Juárez, la puerta de entrada al Centro Histórico de esta capital, fue una verdadera “barbarie”.
Además, prendieron fuego a cinco patrullas e intentaron quemar un camión de bomberos.
Para evitar que esa situación se repita, Ebrard ordenó que el cuerpo de granaderos permanezca en dichas avenidas las próximas horas.
Destacó que estos actos nada tienen que ver con las manifestaciones ‘políticamente aceptadas’, y aseguró que llegarán hasta sus últimas consecuencias.
Incluso agregó que a uno de los detenidos se le aseguró una granada de fragmentación.
“Dicen ellos que son anarquistas, pero tenemos que investigar quién los mandó y con qué propósito”, apuntó Ebrard.
En medio de los disturbios, el movimiento #YoSoy132 se deslindó del grupo de jóvenes que marcharon por distintas calles del Centro Histórico.
Las movilizaciones comenzaron en la madrugada, en absoluta calma. Integrantes del movimiento #YoSoy132 partieron del Monumento a la Revolución a San Lázaro por el Eje 1 Norte. Al llegar a su destino, se toparon con una barrera policiaca. Minutos después llegó un contingente del Frente Popular Francisco Villa (FPFV), una organización popular cuyo feudo se encuentra en la delegación Iztapalapa.
Sumadas las fuerzas, los grupos estudiantil y popular comenzaron a forcejear con elementos de la Policía Federal (PF) y del Estado Mayor Presidencial (EMP) en su intento de ingresar al Palacio Legislativo, para protestar contra lo que ellos llamaron “una imposición”, refiriéndose a la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto.
De pronto, los inconformes comenzaron a derribaron vallas metálicas a patadas y empujones. Luego lanzaron petardos caseros, piedras y palos contra los uniformados, quienes repelieron la agresión con gases lacrimógenos y a toletazos.
El enfrentamiento subió de nivel cuando los manifestantes utilizaron botes de aerosol como sopletes contra los uniformados. En respuesta, la policía echo mano de tanquetas antimotines, de esas que escupen agua.
En la esquina de Eduardo Molina y Zaragoza, un grupo de granaderos aventó un camión contra los jóvenes impetuosos para replegarlos, pero estos últimos rodearon el vehículo placas A2-095 y comenzaron a tundir al conductor con piedras, palos y patadas. El chofer tuvo que replegarse en una maniobra que puso en riesgo la vida de los manifestantes.
Conforme transcurrían las horas, la tensión aumentaba. A pesar del desorden, los manifestantes mantenían en alto las mantas en las que se leía: “Enrique Peña Nieto no es nuestro Presidente” y “Estamos manifestándonos para hacerles saber que no tenemos miedo y que no estamos vencidos, México, se levanta”.
A la protesta estudiantil se sumaron más tarde maestros de la Coordinadora Nacional de la Trabajadores de la Educación (CNTE) provenientes de los estados de Oaxaca y Michoacán.
“Nuestra manifestación es pacífica pero enérgica. Estamos haciendo un papel histórico en este día en que el país enfrenta una imposición”, dijo uno de los maestros desde el megáfono.
Y añadió:
“Nuestra actividad ha iniciado para rechazar rotundamente la imposición de quien hoy pretende dirigir al país. Este es el inicio de las protestas del CNTE y de otras organizaciones y sindicatos que llevaremos día a día nuestras protestas a todos los rincones del país”.
Alrededor de las nueve de la mañana, el caos ya era total afuera del recinto legislativo. Cerca de 3 mil personas gritaban consignas contra el nuevo presidente y realizaron pintas con las frases: “Asesino”, “No somos guerrilleros, pero pronto lo seremos”, “Peña, el pueblo no te eligió”, “RIP”, “México no es su cochinero”.
Tras los enfrentamientos en los alrededores de la sede de la Cámara de Diputados de San Lázaro, las autoridades del Distrito Federal emitieron un primer reporte: 15 heridos, seis de los cuales tuvieron que ser hospitalizados, cuatro de ellos en la Cruz Roja de Polanco.
Uno de los heridos, el más grave, fue identificado inicialmente con el nombre de Carlos Valdivia, de 25 años y originario del estado de Oaxaca. Sin embargo, horas después se informó que se trataba de Juan Francisco Quinquedal, un simpatizante de “La Otra Campaña”, de 67 años
El joven recibió un fuerte impacto en el ojo derecho durante el enfrentamiento con la policía al punto que se desmayó. En un principio, corrió la versión de que se encontraba muerto. Incluso el rumor llegó hasta la Cámara de Diputados. El coordinador del grupo parlamentario del Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, subió a la tribuna a denunciar lo que él mismo llamó el “primer crimen político del nuevo gobierno”.
Luego se sabría que el joven de 22 años resultó con una fractura en la nariz y daños severos en el ojo derecho, al parecer producido por las esquirlas de un petardo.
José Jesús Ortega, de 52 años, también fue hospitalizado, con una herida grave en el rostro, debido a que un petardo le estalló muy cerca de la cara. Su estado de salud fue reportado como estable.
Jorge Velázquez Villavicencio, de 17 años, resultó con una herida expuesta en el muslo izquierdo, en tanto que Juan Francisco Coydenall, de 65 años, tuvo una lesión en el cráneo.
Los otros dos hospitalizados no presentan heridas graves, y el resto fueron atendidos por paramédicos en el lugar de los hechos.
Luego del enfrentamiento en San Lázaro, elementos de la Policía Federal detuvieron a tres manifestantes: Guillermo Cornejo Rojas, estudiante de 20 años de edad; Guillermo Arellano, de 62, proveniente de la CTM Culhuacán, y Juan Carlos Sosa Guerrero, de 41 años, artista plástico originario de Puebla.
Disturbios en el Centro Histórico
Más tarde, alrededor de las 12:00 horas, una protesta contra Peña Nieto derivó en vandalismo en el Centro Histórico, donde alrededor de 500 inconformes se enfrentaron con granaderos frente al Palacio de Bellas Artes, donde se instalaron vallas para impedir el paso hacia Palacio Nacional.
En esta segunda trifulca, las personas lanzaron botellas de refresco, latas, piedras, huevos y diversos objetos a los elementos policiacos, y rompieron las ventanas de un banco localizado frente al Palacio de Bellas Artes.
Las vidrieras de varios restaurantes de comida rápida también fueron destrozadas.
Los manifestantes fueron perseguidos por elementos de la policía capitalina y algunos se introdujeron en la Alameda Central, donde destrozaron las vallas metálicas que hay en los costados.
Las baldosas del lugar, recientemente remodelado, fueron pintadas con consignas, y en otros casos los manifestantes de plano las arrancaron para enfrentarse a la policía.
Entre gritos de “¡Peña, represor!; ¡eres usurpador!”, integrantes de la Asamblea Inquilinaria agredieron a los policías, quienes los repelieron y soltaron gas lacrimógeno para contener la violencia.
En la calle 20 de Noviembre, esquina con Uruguay, un grupo de más de 40 personas lanzó consignas contra los granaderos de Seguridad Pública del DF y la Policía Federal.
El movimiento #YoSoy132 se deslindó de los hechos vandálicos ocurridos en el Centro Histórico de la capital, y no reconoció a ninguno de los jóvenes heridos como parte de su grupo.
En la rueda de prensa, Ebrard comentó al respecto:
“Esta es la ciudad de las libertades, a muchos y muchos les puede generar otra opinión contraria al nuevo gobierno, y para eso existen los partidos políticos, para eso los partidos pueden expresarse libremente en nuestra ciudad, y para eso también son las libres manifestaciones pacíficas”.
A su vez, el titular de la Procuraduría capitalina, Jesús Rodríguez Almeida, precisó que las detenciones se realizaron en diferentes puntos de la ciudad como Avenida Juárez, Monumento a la Revolución, y en calle Regina, por vandalismo.
“Los delitos que vamos a investigar son daños en propiedad ajena, ataques a la paz pública en pandilla, delito grave que va de cinco a 30 años de prisión y que se aumenta una mitad más por la pandilla.
“Vamos también por supuesto a mandar a Servicios Periciales las bombas molotov y una granada de fragmentación que fue asegurada a estas personas que incluso se tapaban la cara para buscar ser o tener una cobertura con respecto a las acciones violentas que realizaron en la Ciudad”, enfatizó.
Rodríguez Almeida precisó que hay 11 personas heridas por petardos, cuatro civiles y siete policías, cuatro de ellos locales y tres federales, además de cinco unidades de la Policía de Investigación y de la Policía capitalina dañadas.
Los detenidos están siendo revisados por el médico legista, pues al parecer hay menores de edad entre ellos.
Por separado, un grupo de cerca de 300 personas se manifestó en las oficinas de la PGJDF para exigir la liberación de los detenidos.
Varios de los manifestantes, en su mayoría jóvenes, portan palos y piedras, aunque no se han registrado enfrentamientos.
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