Alberto Osorio / Proceso
La violencia desatada en la zona limítrofe entre Jalisco y Michoacán desde el pasado fin de semana, obligó a decenas de policías del municipio de Ayotlán a presentar su renuncia, ante el temor de ser asesinados por bandas del crimen organizado que operan en diferentes partes de la franja que hace frontera entre ambas entidades.
La madrugada del domingo 23 de diciembre un grupo de sicarios asesinó a tres agentes y atacó el cuartel de la Dirección de Seguridad Pública. Tres días después se confirma la renuncia de 32 de los 67 agentes que integran la corporación.
La Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco (SSP) reforzó la vigilancia de la zona limítrofe con Michoacán desde el domingo tras la serie de asesinatos registrados durante el fin de semana, que asciende a cerca de 30 en diferentes municipios.
El lunes 25, en Ayotlán aparecieron otras tres personas ejecutadas y con huellas de tortura, cerca de una brecha que conduce al rancho El Cohetero.
En medio de la ola de violencia en la franja entre Jalisco y Michoacán, durante la mañana de este miércoles versiones extraoficiales indicaban sobre un enfrentamiento en Pihuamo, con un saldo extraoficial de 18 muertos.
Pihuamo es un municipio enclavado en la región sureste, en donde el pasado domingo un grupo de delincuentes “levantó” a cuatro policías y un civil que después aparecieron asesinados y algunos de ellos decapitados.
Las autoridades municipales negaron el supuesto enfrentamiento de hoy y la Secretaría de Seguridad de Jalisco declinó comentar al respecto.
Sin embargo, se espera que en las próximas horas autoridades federales o estatales hagan un pronunciamiento oficial.
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