Martha Anaya
¿Cómo interpreta la ausencia de Elba Esther Gordillo en este acto (la presentación de la iniciativa de reforma educativa), es un mensaje?, le preguntaban insistentemente a Emilio Chuayffet. Y él respondía: “No lo sé… no tengo por qué interpretar”. ¿Le hicieron llegar una invitación personal a la profesora?, insistían.
El secretario de Educación, quien llegó con una enorme sonrisa al acto en el Museo de Antropología junto con el presidente Enrique Peña Nieto, mantenía el buen humor al término del evento ¿a pesar? de la ausencia de la profesora, y reconocía que sí, que la habían invitado.
¿Entonces? Chuayffet halló una salida: “… alguien me dijo que sí hubo representantes del sindicato…”. Y sí, efectivamente, perdido entre los invitados se encontraba Juan Díaz, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
El caso es que el ex gobernador mexiquense seguía bien contento. Afirmaba que estaba más que puesto para reunirse con la lideresa del SNTE, “en privado y en público”; reconocía que a él no le había expuesto aún la maestra su opinión sobre la reforma educativa, “pero he estado atento a sus declaraciones”.
De hecho, lo que una y otra vez repetía el funcionario estrella de ayer es que el Estado tenía que recuperar la rectoría de la educación. Que esto no era cuestión de personas, sino de volver a tomar las riendas que le corresponden al gobierno, mismas que durante más de una década se fueron soltando y terminaron perdiéndose “porque los huecos, en política, se llenan”.
Al enfilar hacia su camioneta, Chuayffet mostraba de nuevo la enorme sonrisa. Estaba en lo suyo: la lucha política. Y además, esta vez, “con el apoyo de la sociedad”, presumía.
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NO HUBO DESAIRE.- Prácticamente el gabinete en pleno estuvo presente en la presentación de la iniciativa por la educación. Sólo faltaba el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que andaba en la Cámara de Diputados explicando el proyecto de presupuesto.
Estaban también los presidentes de PRI, PAN y PRD (aunque la presencia de Jesús Zambrano, según indicó el secretario general del PRD, Alejandro Camacho, vía boletín, fue “a título personal”). Los tres estamparon su firma en la iniciativa. Presentes igualmente, los líderes de las bancadas de estos tres partidos en el Congreso; y estaban también -nuevamente como observadores- los del Verde Ecologista. Del PT nadie y del Panal, ni luces.
Según Luis Castro, presidente de Nueva Alianza, aún nadie los ha invitado “formalmente” a sumarse al Pacto por México (del cual esta iniciativa forma parte), pero consideró que “no hubo desaire, ni de un lado ni del otro”. Y reiteró que los objetivos y el contenido de la reforma educativa coincide con su plataforma: “En algunas cosas hay acuerdo y coincidencia”.
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BIEN ARROPADO.- Como en la ceremonia de la firma del Pacto por México, también asistieron los iniciadores de esta historia: José Murat, Santiago Creel, Jesús Ortega; y los negociadores Aurelio Nuño y Juan Molinar Horcasitas.
Y los que se sumaron esta vez, arropando a Chuayffet, fueron quienes son ahora parte de su propio equipo: Enrique del Val, Fernando Serrano, Rodolfo Tuirán, Alba Martínez, Nicolás Kubri, Rafael Tovar y de Teresa, María Cristina García Zepeda, Carolina Villano, Fernando Salmerón, César Becker, Pedro Enrique Velasco, Fernando Mora y Octavio Mayen.
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GEMAS: Regalito del secretario de Educación, Emilio Chuayffet, a propósito de la autonomía del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación: “La evaluación es obligatoria, no potestativa, y produce consecuencias jurídicas; no obedece a caprichos ni a intereses particulares; no puede pactarse o diferirse”.
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