Desfaciendo entuertos


Martha Anaya

Al final de cuentas los senadores priistas optaron por poner buena cara al mal tiempo: retiraron la reserva sobre la ratificación (por parte del Senado) de los nombramientos del Comisionado Nacional de Seguridad Pública y del secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, y se abstuvieron a la hora de la votación.

Así, después de múltiples jaloneos durante dos semanas -que incluyeron gritos, mentadas, acusaciones, reventón de la sesión y hasta la demanda de destituir al panista Ernesto Cordero de la presidencia de la mesa directiva-, fue aprobada en su totalidad la reforma a la administración pública que pedía Enrique Peña Nieto. Y ya ni quien chistara.

Con decir que Cordero hasta quiso evitarle ayer a los priistas la exhibida con una votación por mayoría (sólo a mano alzada), pero el perredista Miguel Barbosa solicitó el trámite a que obligaba el reglamento tratándose de una ley: la votación nominal. Y ni hablar, el tablero se encendió hasta contabilizar 58 votos a favor y uno en contra.

Entonces preguntaron: ¿Falta algún senador de emitir su voto? El primero en responder desde su escaño fue el coordinador de la bancada tricolor, Emilio Gamboa: ¡Abstención! Y de ahí en adelante, todos los demás priistas en el mismo sentido, hasta sumar 57 abstenciones.

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SOBRE LA CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL.- Aunque del lado del PRD aún consideran la posibilidad de que PRI y PVEM vayan a la controversia constitucional para echar abajo la ratificación de los mandos policiacos, los panistas piensan que eso ya no ocurrirá.

Javier Corral señaló que el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, había dado su palabra de refrendar lo que se aprobara en el Senado y esperaban cumpliera. “De lo contrario -diría- estarán reteniendo la reforma todavía unos meses más”. Y eso, evidentemente, afectaría más al gobierno y al propio Peña.

En realidad, los cambios finalmente realizados a la Ley Orgánica de la Administración Pública -y que fueron aprobados ayer- eran parte del acuerdo original al que habían llegado los senadores hace dos semanas.

Y ya metidos en esa historia de desfacer entuertos, el panista Francisco Domínguez Servién aprovechó también el ambiente para disculparse públicamente con Héctor Lie, después de haberle gritoneado por haber permitido el paso de los reporteros al pleno del Senado el jueves pasado, cuando el PAN reventó la sesión. “Esta es una lección”, comentaría.

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NI RUPTURA, NI ENFRENTAMIENTO.- Había expectación por conocer la postura del SNTE sobre la reforma educativa. Muchos, incluso, pensaban que Elba Esther Gordillo se haría presente para darla a conocer. Pero la maestra prefirió reservarse. Eso sí, envió el mensaje de que no caerá en la “provocación absurda” de quienes buscan generar la percepción de una “ruptura o un enfrentamiento” entre el sindicato y el gobierno federal.

De los 15 puntos que leyó el secretario general del SNTE, Juan Díaz de la Torre, el número 13 fue el que más caló, ya que habla de críticos y adversarios que “intentan estigmatizar y debilitar” al magisterio e incluso a la escuela pública, e intentan “empujar hacia la privatización”.

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GEMAS: Regalito de Federico González, vocero de la dirección política de la CNTE: “¿Por qué no evalúan a diputados y senadores? Les hace uno una pregunta de historia y no saben”.

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