De panzazo (2)


Guerra cupular
Gordillo, ausente
Salinas y Solidaridad

Julio Hernández López / Astillero

Disfrutando de la alegría del recreo denominado Pacto por México, el peñismo-salinismo ensaya en el salón de clases México un reformismo cupular que según eso pretende desplazar a los actuales ocupantes de las bancas principales por nuevos-viejos párvulos que por su origen, historia y características generales no terminarían realizando transformaciones profundas, sino politiquería sexenal con maquillajes metodológicos circunstanciales: un jonguitudismo-gordillismo-¿? en el primer golpe de fuerza del actual régimen, con Elba Esther ausente de un acto gubernamental relacionado con lo educativo por primera vez desde que Carlos Salinas la sentó en la silla principal del SNTE, y con una acomedida participación gozosa de los representantes del PAN pero sobre todo del PRD, los nuevos gatilleros partidistas de entre los cuales el del sol azteca ha disparado no solamente contra el aparato tradicional de control caciquil de lo educacional sino también, oportuno para los planes de pacificación por la fuerza que prepara Los Pinos, contra los profesores que por razones diversas dejan a los alumnos sin clases, sin citar pero teniendo en la mira a los de Oaxaca y a otros que forman parte del movimiento magisterial no alineado al sindicalismo bajo control.

Emilio Chuayfett es el pavimentador en jefe del camino de las buenas intenciones reformistas (por cierto, este 22 le recordarán ampliamente la matanza de Acteal que sucedió mientras él ocupaba la Secretaría de Gobernación con los mismos aires pretenciosos de ahora). A su lado tiene a representantes del grupo del rector José Narro, que ayer mismo presentó en un acto distinto un compendio de propuestas para la reforma educativa. La fuerza de tarea para empujar la presunta insurrección peñista contra el cacicazgo elbista está conformada por los firmantes del Pacto por México, en especial el panista Madero y el perredista Zambrano, y a ellos ha dedicado el Primer Teleprompter del País sentidas palabras de agradecimiento por permitirle hablar del gran consenso que dice se ha creado en derredor de sus propuestas de cambio, general orgulloso de que su Estado Mayor está presto para acompañarlo en las faenas por venir.

Pero la tal reforma está predestinada a ser una guerra de cúpulas con impactos negativos, confusos, dispersos en la base (más allá de lo que realmente suceda con la cacica aparentemente caída de la gracia sexenal: en el camaleonismo tan conocido por ambas partes bien podrían aparentarse batallas para terminar con ajustes escenográficos que finalmente preserven los intereses de los contendientes). Por delante se ha puesto la evaluación educativa como presunto golpe maestro, apretando el puño pinolero para advertir que no se permitirán en esta administración los desafíos y a veces francos pitorreos que el calderonismo sufrió en ese tema, con el débil secretario Córdova Villalobos como víctima inmediata.

Dotar de autonomía al ya existente instituto de evaluación educativa, crear un sistema profesional de carrera y realizar un censo de escuelas, maestros y plazas son dardos al corazón de la estructura gordillista, pero no necesariamente significan que los vicios y taras actuales vayan a desaparecer o a aminorar significativamente sino que, conforme al perfil de los convocantes a la asonada legislativa contra la jefa Gordillo, solamente estarían en ruta de ser asumidos y modificados para fines de propaganda de modernidad por similares especímenes e intereses, en un gatopardismo educativo que le es muy funcional al vigente sistema de control social.

En tanto, el presidente Salinas avanzaba en la conformación de su gabinete estratégico. Ahora ha sido desempolvado Carlos Rojas Gutiérrez para que ocupe la dirección del Fondo Nacional de Apoyo a las Empresas de Solidaridad (Fonaes), que conforme a los nuevos arreglos de organigrama se convertirá el año entrante en Instituto Nacional de Economía Social. Carlos es hermano de Francisco, otro de los fieles de Carlos Salinas de Gortari a quien previamente se había instalado en la muy jugosa Comisión Federal de Electricidad. El nuevo encargado del viejo sueño político y partidista de Solidaridad fue subsecretario y secretario de Desarrollo Social con Salinas y con Zedillo, y ha sido enviado por el PRI a rescatar enclaves electorales opositores.

La reincorporación de Carlos Rojas confirma el papel central que Carlos Salinas de Gortari jugará en el manejo político y electoral de la secretaría de Desarrollo Social, donde colocó a Rosario Robles como titular y adonde llegarán algunos cuadros de cierto tipo de izquierda, y de otra oposición, incluso panista, que desarrollarán proyectos de organización social con amplio apoyo presupuestal y la vista puesta en los comicios intermedios de 2015 pero, sobre todo, en la constitución de un partido que en esta etapa se denomina Concertación Mexicana pero que podría llegar a ser la semilla de una transformación del actual PRI, nombre que en términos de mercadotecnia ya no resulta atractivo sino todo lo contrario, para dar paso a una organización  que tendría el concepto de Solidaridad como eje y eventualmente podría llevar el nombre como tal.

En la cascada de nombramientos decembrinos destaca la consolidación del beltronismo en la cámara de diputados con el guanajuatense Francisco Arroyo como presidente de la mesa directiva de San Lázaro en sustitución de Jesús Murillo Karam. En el esquema capitalino, Joel Ortega Cuevas, marcado por la tragedia del News Divine que sucedió cuando era titular de Seguridad Pública en el DF, va a la dirección del Metro.

Y, mientras son vistas las dos partes de la entrevista que este tecleador hizo a un policía del DF en la que, entre otras cosas, habló de las órdenes de detención adjudicadas a Ebrard el 1DMX: bit.ly/SS9xqi y bit.ly/U0oCnw, ¡hasta mañana, con un tribunal nicaragüense metido ya en el juicio abierto del caso de los mexicanos que con vehículos adjudicados a Televisa realizaban allá actividades relacionadas con el narcotráfico!

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