Alejandro Cruz / La Jornada
Del número de jóvenes detenidos por la policía por distintas causas, 75 por ciento manifestaron ser víctimas de aprehensiones arbitrarias y con un uso desproporcionado de la fuerza. Asimismo, declararon padecer discriminación por su forma de vestir, según el Informe sobre la Juventud 2010-2011 elaborado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
El documento destaca que 30 por ciento de las medidas precautorias que ha emitido el organismo tienen que ver con personas de entre 15 y 29 años de edad que se encuentran en estado de vulnerabilidad, y que de las recomendaciones emitidas en 2010 y 2011, 40 por ciento –10 en total– están relacionadas con violaciones a los derechos humanos de ese grupo de la población.
En la presentación del documento, Alfredo Nateras Domínguez, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana y especialista en ese tema, afirmó que en el panorama actual ser joven en el Distrito Federal y el país significa un riesgo, incluso de morir, que se recrudece cuando se trata de muchachos morenos y de barrios populares desfavorecidos.
Cuestionó que se criminalice a ese sector de la población por sus expresiones culturales, como el caso de los reguetoneros, las detenciones arbitrarias del pasado 1º de diciembre, el hostigamiento al movimiento #YoSoy132 y de los estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México por “denunciar el autoritarismo de la rectora Esther Orozco.
La diputada local Dinorah Pizano reconoció que en materia de atención a jóvenes le hemos quedado a deber a la ciudad; de allí que, manifestó, la Asamblea Legislativa debe dar mejores resultados. Dijo que la semana pasada se presentó una iniciativa de ley de derechos de personas jóvenes, la cual fue consensuada con organizaciones juveniles.
La secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez, dijo que se tomará en cuenta el informe para diseñar políticas públicas. Aseguró que en la administración de Miguel Ángel Mancera la prioridad sí serán los jóvenes.
El presidente de la CDHDF, Luis González Placencia, sostuvo que se requiere una visión de Estado para reconducir el destino de ese sector de la población. Agregó que a los jóvenes no se les puede seguir metiendo a la cárcel, sino pensar en alternativas más profundas, con visiones a largo plazo para entender qué es lo que nos están diciendo, tomarlos en serio y construir un camino que les permita tener un futuro.
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