Santiago Igartúa / Apro
Señalados desde el mismo 1° de diciembre por el todavía jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, y su procurador de justicia, Jesús Rodríguez Almeida, como responsables de los “actos vandálicos” de ese día, así como de “atacar” a los cuerpos policiales en las inmediaciones del Congreso de la Unión y del Centro Histórico de la ciudad, dirigentes de organizaciones “anarquistas” acusaron a las autoridades capitalinas de utilizarlos como “chivos expiatorios” para justificar “la brutalidad” policíaca contra las manifestaciones realizadas por la toma de protesta de Enrique Peña Nieto.
En conferencia de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), representantes de Alianza Anarquista Revolucionaria, Cruz Negra Anarquista México y Bloque Negro Anarquista que “por seguridad” prefirieron omitir sus nombres –dos hombres y una mujer que no ocultaron su rostro–, aseguraron que las del primer día de diciembre fueron acciones de defensa ante las “provocaciones” y “agresiones” de las autoridades y aseguraron que no fueron ellos quienes lanzaron piedras ni bombas durante los disturbios.
“Desde el 1° de diciembre se desató una campaña de linchamiento y criminalización de los grupos e individuos anarquistas, queriendo hacernos responsables, intentando cubrir con esa acusación la brutalidad inherente de la policía y del gobierno de la ciudad que presume de ser un gobierno de izquierda”, denunciaron y responsabilizaron principalmente a Marcelo Ebrard de haber desatado una “cacería” en contra suya durante toda la administración a su cargo.
“Ebrad prefiere señalar a grupos anarquistas antes que hacer un trabajo exhaustivo de investigación y de inteligencia. Lo que pasó el 1° de diciembre no fue un acto vandálico, no fue un acto hecho por provocadores como lo ha querido hacer pasar la prensa burguesa. Fue la expresión legítima y genuina del descontento de un pueblo arrinconado al que no le han dejado más salidas. Se nos está acusando de ser directamente los organizadores de lo que fue una gran movilización de masas, que no fue más que el resultado de la desesperación de la gente y su voluntad de manifestarse fuera de los límites institucionales”, dijo uno de los voceros de la Alianza Anarquista .
Para exhibir a las autoridades capitalinas, que los marcaron como culpables, dijeron: “Nos culparon a nosotros y de los detenidos ninguno tiene que ver con nuestras organizaciones. Es obvio que nosotros no fuimos quienes hicimos los desmanes y que tampoco son culpables los detenidos. Todo lo inventaron”, comentó un joven anarquista al reportero.
Sobre su papel en la violenta jornada, aseguran que “ningún miembro de la alianza tiró ninguna piedra”. Dicen que en su marcha identificaron infiltrados dedicados a provocar y lastimar. Repudian ser llamados vándalos o delincuentes y agregan que, ante la “brutalidad” del estado, cualquier forma de “rebelión” es legítima.
“Somos pueblo, no somos fantasmas ni criminales. Estamos en el día a día luchando por mejorar las condiciones de vida de nuestro país. Somos individuos, hombres y mujeres cabales que estamos en la primera línea de combate por la libertad y por os derechos del mexicano. Y por eso es muy fácil ponernos el dedo encima.
“Reivindicamos los actos del 1° de diciembre. Sin embargo, no asumimos ninguna de estas acciones. Nosotros fuimos a marchar con las manos y las banderas. Si hubo otras expresiones políticas, organizadas o desorganizadas, que hicieron manifiesto su descontento de otras maneras, nosotros no somos quién para decir si son infiltrados.
Entendemos que hay un momento de crispación política y que el pueblo está buscando nuevas formas de manifestarse”, concluyeron.
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