Marcela Turati / Proceso
En la Estela de Luz, “símbolo de la corrupción del sexenio”, esta noche víctimas integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) despidieron a Felipe Calderón con un recuento de los daños causados por su guerra contra el crimen organizado, recordando a los activistas asesinados y con la exigencia de que se les haga justicia.
“Vinimos para recordar a nuestras víctimas en estos años de lucha, para recordarle al gobierno que se va que sus muertes y traiciones lo perseguirán a través de los años”, señaló el MPJD en su posicionamiento.
Por el micrófono, desde el templete, se escucharon las mismas súplicas de las víctimas del país, las mismas peticiones alzadas desde abril de 2011 en las caravanas al norte y el sur del país, en Estados Unidos y en los distintos encuentros que sostuvieron con Calderón y su gabinete, diputados y senadores.
Eran las voces de quienes fueron calificados como “daños colaterales” por Calderón, que repetían el mismo desolador estribillo de los dolorosos impactos de la violencia del sexenio, de los mecanismos de la impunidad que la hacen posible, de la orfandad de autoridades en la que se encuentran:
“Somos muchos los dolidos en esta guerra que nosotros no pedimos”… “Desde que desaparecieron a mi hijo, recién egresado de Telecomunicaciones, lo he buscado por cielo, mar y tierra, hemos ido a cárceles, Semefos, a Presidencia, y nadie nos dice nada”… “Es horrible no saber dónde está mi hijo”… “Cuando me entregaron su cuerpo no tenía ni una parte de su cuerpo sano, esta es su foto, tocando su guitarra”… “Desde 2007 hemos pedido ayuda y las autoridades no han hecho nada”… “Ya perdí la cuenta de tantas veces que he ido a la Procuraduría”… “Este es el costo de esta guerra”…
“Me ven temblando pero soy una madre que busca al malnacido que le quitó la vida a mi hijo y a su novia”… “soy desplazada de Jalisco y en Províctima no me ayudaron”… “Son miles las familias como nosotros, aquí sólo somos una muestra”… “Es un dolor muy fuerte que se lleva en el alma”…
Los testimonios se sucedieron durante tres horas. A cada momento nuevas víctimas se fueron sumando. Ahí estaban los desplazados de las zonas narco, los familiares que buscan a sus seres queridos desaparecidos, los que lloran al hijo muerto, los que son amenazados por defender los derechos de otros, los huérfanos, las viudas, los heridos, los sobrevivientes del sexenio.
En el acto conmemorativo se levantó un altar con decenas de cruces por las muertes del sexenio, rodeadas de veladoras encendidas; se pintaron siluetas de asesinados ensangrentados sobre el piso y se colocó una manta con la foto de Calderón con la banda presidencial y la leyenda “genocida”, que las víctimas mancharon con pintura roja.
También se presentó una entrevista en video al señor Nepomuceno Moreno, el padre sonorense que buscaba a su hijo desaparecido, pidió ayuda a Calderón pero fue asesinado este mismo día pero hace un año. El poeta Javier Sicilia, quien a raíz del asesinato de su hijo Juanelo, el 28 de marzo de 2011, encabezó este movimiento que logró visibilizar a las víctimas de la violencia, no estuvo presente porque se encuentra en un periodo de reflexión fuera del país.
En un comunicado, el Movimiento explicó que la organización “se levantó contra esta brutal derrama de sangre y contra la impunidad. Desde entonces, hemos recorrido el país hacia el norte y hacia el sur, hemos emplazado al gobierno federal en diálogos públicos, hemos cruzado la frontera hacia Estados Unidos y hemos formulado y logrado la aprobación unánime en el Congreso de la Ley de General de Atención a Víctimas. Como respuesta del gobierno federal hemos recibido el veto, la traición de los compromisos y el asesinato de compañeros”.
En el acto bautizado como “El recuento de los daños del sexenio de muerte”, las víctimas y los representantes de organizaciones sociales o personajes solidarios que las acompañan –como el sacerdote Alejandro Solalinde o el actor Daniel Giménez Cacho– acusaron a Calderón de traidor por no haber hecho justicia, por levantar un memorial a la víctimas sin su consenso y por haber vetado la ley de víctimas, impulsada por el Movimiento, cuando ya había sido aprobada por el Poder Legislativo.
“¡Te vas y no estarás en paz jamás!”, “¡traidor, genocida!”, fueron algunos de los gritos de las víctimas. El MPJD señaló que sólo este sexenio más de 250 mil personas fueron desplazadas, 70 mil asesinadas y más de 20 mil desaparecidas.
Los organizadores pidieron un minuto de aplausos para todas las víctimas.
Esta es la tercera protesta que realizan las víctimas de la violencia como despedida del sexenio. El domingo pasado, en Bellas Artes, organizaciones con familias de desaparecidos de todo el país manifestaron su desaprobación al gobierno que termina y llevaron una colcha bordaba con los nombres de decenas de desaparecidos para Calderón, con la intención de que no descanse nunca.
El lunes 26, la organización HIJOS-México, acompañada de otros familiares de personas desaparecidas por el Estado, organizaron una protesta en repudio al monumento a las víctimas de la violencia que el gobierno federal está por inaugurar.
Y el sábado 1 de diciembre está anunciada la protesta de los círculos de Bordadoras por la Paz, quienes expondrán en varias ciudades del país los pañuelos que han bordado con los nombres de las personas asesinadas o desaparecidas este sexenio.
Comentarios