Armando Guzmán / Proceso
Cerca de la medianoche del 1 de julio, cuando el PRI intentaba “reventar” la elección para la gubernatura con robo de urnas, Enrique Peña Nieto pidió a Pedro Joaquín Coldwell que ya “soltara” Tabasco y reconociera el triunfo del perredista Arturo Núñez Jiménez, para mandarle un “guiño” a Andrés Manuel López Obrador.
Así lo revela el excandidato presidencial de la izquierda en su libro No decir adiós a la esperanza que esta tarde-noche se presenta en la Ciudad de México, bajo el sello de Grijalbo.
López Obrador relata:
“Al cierre de las casillas, cuando ya se sabía que Arturo Núñez había ganado, lo buscaron de Televisa para entrevistarlo en su condición de candidato triunfador. Más de una hora lo tuvieron esperando frente a las cámaras, donde supuestamente se haría un enlace con Joaquín López Dóriga, en el marco de un programa especial en que estaban dando a conocer resultados de elecciones locales”.
Sin embargo, dice, para asombro del candidato del Movimiento Progresista, López Dóriga informó al aire que en el caso Tabasco no se podía dar un ganador por lo cerrado de los resultados, según Consulta Mitofsky.
Y resume: “Aquí agrego que, casi a la media noche, Peña le habló por teléfono a Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, pidiéndole que ya ‘soltaran’ Tabasco, porque quería mandarme un ‘guiño’. Por decencia no digo lo que pienso sobre esta situación”.
A lo largo de las 158 páginas, López Obrador reflexiona sobre su lucha como líder social y aclara que no se retira de la política.
“En este mes de noviembre voy a cumplir 59 años, todavía no llego a la edad en que se retiraban los grandes políticos de la antigüedad. Además, afortunadamente cuento con buena salud, sigo en el beisbol, bateando arriba de 300, pero sobre todo, tengo pasión suficiente para luchar toda mi vida por mis ideales, si así me lo permite el destino, de modo que nos seguiremos encontrando”, advierte.
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