Enrique Pérez Quintana | Proyecto sin fin
El 20 de noviembre de 1910 fue el día designado por Francisco I. Madero para que el país se levantara en armas en contra del régimen de Porfirio Díaz que había permanecido en el poder por 30 años. Hoy conmemoramos el 102 aniversario de ese acontecimiento que marcó la vida de México durante el siglo veinte y aún nos encontramos frente a la herencia que dejó a estas generaciones el levantamiento armado cuyo saldo fue de un millón de muertos, la destrucción de un régimen autoritario, la ambición de poder que no dejó a Francisco I. Madero gobernar y terminó con su vida, la rebelión ante las promesas del poder no cumplidas, como la encarnada por Emiliano Zapata con su demanda “Tierra y Libertad” y más.
Las batallas, la violencia de los caudillos, sus derrotas y triunfos fueron el sello de casi dos décadas de confrontaciones caracterizadas por las traiciones fraguadas para alcanzar el poder y mantenerlo. Las facciones de fuerza estuvieron encabezadas por Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco Villa y otros, en el sur Emiliano Zapata encabezó la rebelión. El país entero fue afectado durante casi veinte años por las confrontaciones armadas. La política estuvo ausente por años y la voz dominante fue la de las balas, los cañones, el trotar de los caballos y las ruedas del ferrocarril.
La revolución fue la etapa que puso fin al México del siglo XIX y preparó el ambiente para la creación del México del siglo XX que inició con el regreso de la política cuando por convocatoria de Venustiano Carranza, se llevaron a cabo los trabajos para que el Congreso Constituyente le entregara a la nación en 1917 la Constitución que hasta hoy continua siendo la norma que marca la ruta que seguimos los mexicanos. La Constitución es el legado de la Revolución Mexicana para las generaciones que continúan haciendo de la política el mejor instrumento de su convivencia y es el testimonio de la voluntad política para conciliar los diversos intereses que se disputaban y se disputan el poder.
En términos económicos de 1910 a 1935 no suceden en México acontecimientos significativos. Por el contrario, en ese periodo se contrajeron las inversiones y no vino capital foráneo al país. Se llevaron a cabo importantes fugas de capitales extranjeros y nacionales que para ese momento se habían establecido en diversos lugares del país en actividades agrícolas, industriales y comerciales.
La revolución armada propicio la caída de las actividades económicas de 1910 y hasta 1935, en este lapso fueron creadas las instituciones que sirvieron para generar la estabilidad política y el desarrollo económico, como fue el inicio de la Reforma agraria, la formación del Partido Nacional Revolucionario en 1929 y el surgimiento y fortalecimiento del presidencialismo con Lázaro Cárdenas en 1935.
Los efectos más significativos de la Revolución Mexicana fueron de índole política y social, sin que dejemos de considerar los efectos económicos logrados durante décadas de intentos por modernizar al país por la vía de la industrialización.
Referirse a la Revolución Mexicana en el Siglo XXI es voltear a la historia y ver sus efectos como si fueran ajenos a la realidad que hoy vivimos y no obstante algunas de sus instituciones siguen vigentes y continúan influyendo en nuestra calidad de vida. El Presidencialismo sigue sin cambios. En dos semanas regresa al poder el nieto del PNR fundado por Plutarco Elías Calles en 1929.
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