La Revolución social mexicana, iniciada en 1910, ha triunfado definitivamente (…) ha hecho germinar y arraigarse en las grandes masas obreras y campesinas del país un claro concepto y una conciencia precisa de sus intereses, de sus deberes y de sus derechos: general Manuel Pérez Treviño durante la inauguración de la Convención Constitutiva del Partido Nacional Revolucionario, marzo de 1929.
Juan Pablo Proal
Regresa el PRI a Los Pinos y con ello aparece una nueva retórica que sepultará la verborrea panista. Del “comes y te vas” y el “haiga sido como haiga sido”, pasamos al “no soy la señora de la casa”.
Este PRI, nuevo como es, no puede regresar al discurso posrevolucionario, necesita una estética diferente, a tono con la teledictadura contemporánea. Así, en esta época de transición, hemos estado escuchando nuevos términos y conceptos de boca del equipo de Peña Nieto, que vale la pena resumir en un glosario para su mejor comprensión.
Caprichos políticos: forma de llamarle a las denuncias de los escasísimos opositores decentes que no van en sintonía con los intereses del gobierno.
Combate al crimen organizado: el título “guerra” fue muy desafortunado, en los hechos será lo mismo que con Felipe Calderón, pero con un término más amable.
Comisión Anticorrupción: órgano para castigar a los adversarios y posibles traidores.
Consejo Nacional por la Ética Pública: instituto donde las peores sanguijuelas darán clases de moral al electorado.
Debate de propuestas: somnolientos discursos parlamentarios carentes de cualquier viso de crítica.
Diálogo interpartidista: comilonas donde se reparte lo que queda del país.
Fortalecimiento de las relaciones comerciales: viajes para vender en el extranjero los restos de los recursos naturales de México.
Instituciones confiables: gigantes edificios con gruesa burocracia donde nadie repela públicamente y se evita velar por los intereses de los ciudadanos.
Oposición responsable: título con el que se nombra a los compañeros de otros partidos que juegan en el mismo equipo de la clase gobernante.
Político maduro: vetusto acomodaticio que extravió todos sus ideales de juventud.
Prole: tierna manera para referirse a los jodidos pobretones.
Puñado de envenenados: nombre para denostar a los revoltosos, activistas, defensores de los derechos humanos, sacerdotes valientes, líderes sociales y demás parias quejosas.
Reforma constitucional: forma de legalizar la explotación, el abuso y la trampa en nombre del bien del país.
Secretaría de Gobernación: agencia de espionaje y tortura contra los enemigos del régimen.
Uso legítimo de la fuerza: manera romántica de llamarle al vulgar “macanazo”.
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