El desastre de Josefina


Exgobernador, exdiputado federal y miembro desplazado del equipo de campaña de Josefina Vázquez Mota, Carlos Medina Plascencia revela a Proceso los desencuentros que tuvo con la excandidata presidencial y los serios errores en que ha incurrido el blanquiazul. Opuesto a la injerencia de Felipe Calderón en el PAN, el guanajuatense alerta acerca de las embestidas del Yunque y del corporativismo de estilo priista que tienen copada a la dirección nacional de su partido.

Álvaro Delgado

Como candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota enalteció durante su campaña al exgobernador Carlos Medina Plascencia por haberla invitado a participar en política en 2000, pero repentinamente lo hizo a un lado.

Lo mismo al bajacaliforniano Ernesto Ruffo, primer gobernador del Partido Acción Nacional (PAN), quien la empujó también para que conquistara la candidatura a la Presidencia de la República con el compromiso de que ella impulsaría la participación ciudadana.

–¿Qué pasó? –se le pregunta a Medina Plascencia.

–¡Nos desaparecieron!

Al frente de casi 300 expertos que formularon propuestas para articular el proyecto presidencial de Vázquez Mota, Medina Plascencia revela que las hacía llegar al equipo de campaña porque ya no tenía acceso directo a la candidata.

“Nos sentimos y quedamos marginados en el camino, sólo observando las cosas”, revela el exgobernador interino de Guanajuato, quien lamenta que Vázquez Mota haya quedado atrapada en su equipo por decisión de ella misma.

“Creo que fue eso. También dejé de mandarle correos directamente a ella, porque veía que lo que no coincidía con su equipo más cercano no se tomaba en cuenta. No tenía caso. Había que dejar que su equipo cercano, si creía que estaba en lo correcto y era dueño de la verdad, agarrara el camino y la llevara al éxito.”

–¿La decisión fue de ella?

–Sí, sí. Creo que también tiene su forma de organizarse y hacer las cosas y desgraciadamente no se terminó de comprender que algunos de su equipo nos veían no como amenaza pero sí como intromisión, a pesar de que, como en mi caso, señalamos, y lo reitero, que no buscaba cargo público ni chamba ni quiero que me paguen nada.

–¿Esperaba más de Josefina?

–Creo que pudo ser mejor.

Tras la victoria interna de Vázquez Mota sobre Ernesto Cordero y Santiago Creel el 5 de febrero, Medina Plascencia participó todavía en el diseño de las directrices de la campaña, estuvo presente en la toma de protesta en el Estadio Azul y aun en el arranque de la gira.

Asegura no saber quién y cuándo definió el controvertido lema de campaña, “Diferente”, pero sí conoció los primeros spots de la candidata elaborados por Pedro Torres, el publicista de Televisa que trabajaba también para el priista Enrique Peña Nieto, en los que ella aparecía en un entorno sombrío.

“¡Párenlos!”, le dijo al equipo de Vázquez Mota, que alegaba que perderían tiempo porque ya estaban registrados ante el Instituto Federal Electoral. “¡No le hace, no pueden salir con esos spots!”

Ese fue un error mayúsculo porque ya no realizó los mensajes el cineasta Alejandro González Padilla –como en la precampaña– pues lo despidió Roberto Gil Zuarth, coordinador de la campaña.

“Lo trataron mal”, cuenta Medina, quien conoce otros casos de exclusión como el suyo. “No me siento frustrado porque son naturalezas humanas y hay que entender la dinámica de la política, que son circunstancias y coyunturas y a veces se pueden acomodar o no”.

Ya no volvió a hablar con Vázquez Mota, ni solo ni con la presencia de Ruffo, con quienes ella había acordado retomar la convocatoria a la participación ciudadana, como se hizo en la precampaña.

“¿Qué pasó con Josefina? Una vez que se gana la precampaña y lleva muy buena energía y dosis de resultados positivos, creo que le hizo falta una estrategia (no sé si no la hubo o no la conocí) para ganar a partir de la propia sociedad.”

Evoca: “A Ruffo y a mí nos hablaba de la familia y la sociedad, pero ese discurso ya no fue explícito y pudo haber tenido mucho más impacto”.

Medina revela que le planteó a Vázquez Mota que, ante una población harta de la partidocracia, había que ofrecer una candidatura ciudadana más que del PAN.

“Y una equivocación que hubo en la campaña es que le seguíamos hablando a los panistas y no a la sociedad. Esa fue una de las líneas que se plantearon claramente, pero que después el equipo de campaña fue cambiando. Le fue hablando más a los panistas que a la sociedad.”



Injerencia calderonista



Segundo gobernador que tuvo el PAN en el país y primero de Guanajuato (1991-1995) –desde donde Vicente Fox inició su proyecto para ganar la Presidencia de la República en 2000–, Medina participó en la Comisión de Evaluación y Mejora que, por mandato del Consejo Nacional de su partido, realizó el diagnóstico de la derrota.

Convencido de que esa comisión hizo un “trabajo espléndido”, afirma –en una amplia entrevista el martes 13– que los estatutos que se pretende aprobar en la Asamblea Nacional de marzo de 2013 no son suficientes para resolver la crisis del PAN, que se ha acumulado durante años.

El desastre electoral del 1 de julio es responsabilidad de Vázquez Mota, pero también del gobierno de Calderón y su “injerencia” en la vida interna; y lo mismo de Fox, por llamar a votar por el priista Enrique Peña Nieto.

–¿Ese fue un acto de traición?

–En cierto sentido sí, pero a mí no me corresponde juzgar.

–¿Se debe expulsar ya a Fox?

–No es un asunto en el que el PAN deba distraerse en este momento.

Insatisfecho con los dos sexenios panistas Medina atisba “nubarrones en el escenario” por los cambios en el PAN, sobre todo en “esa vertiente de corporativismo, de intereses, de acuerdos previos y movilización de personas”, lo mismo que de corrupción de sus militantes.

Censura la intromisión de Calderón en el partido durante todo el sexenio, como cuando impuso a Germán Martínez y a César Nava. “Hubo una clara injerencia”, censura.

–¿Es (Calderón) corresponsable de la derrota?

–Creo que sí. Como en cualquier elección hay muchos factores y por supuesto que él también es uno.

–¿Querrá seguir influyendo?

–Creo que le hará mucho bien al partido si lo deja con las aportaciones que pueda hacer, pero no buscando tener control o injerencia. Eso no le hará bien a él ni al PAN.

Pese al desastre, advierte, Acción Nacional “no ha tocado fondo”, tiene un problema de congruencia y pese a que ha gobernado 24 años el municipio de León –que apenas perdió ante el PRI–, 23 Baja California, 22 Guanajuato y 12 el país, no ha sido capaz de elaborar un modelo de partido y de gobierno.

–¿Esto es también un fracaso del PAN?

–Más que fracaso ha sido una grave omisión no haber planteado más concretamente en blanco y negro cómo debe ser evaluado, verificado, certificado un comité municipal. ¿Cómo se va a evaluar? ¿Por el número de miembros, por votos conseguidos, por elecciones ganadas? Esa es la parte donde estamos en déficit.



El modelo guanajuatense



Perdida la Presidencia de la República, el exdiputado federal y preaspirante presidencial en 2005 plantea diseñar un modelo de partido y de gobierno que “debe ser desde lo local a lo nacional”, puntualiza.

“Hay que ver hasta dónde llegamos en la Asamblea Extraordinaria, pero no hay que estar a expensas de eso, sino que a nivel local, como queremos en Guanajuato, detectar y definir dónde están aquellos que lideran el corporativismo dentro del PAN, porque traen su propio proyecto político y esto ya tiene harta a la sociedad.”

Y así como Guanajuato fue estado clave en el ascenso del PAN y en la alternancia presidencial, Medina Plascencia se ha propuesto que sea el “modelo” de gobierno con el mandatario Miguel Márquez, y de partido con al presidente estatal Gerardo Trujillo, a quienes asesora.

En Márquez y Trujillo, asegura, hay voluntad para que Guanajuato establezca un modelo que, aclara, debe ser ajeno al “corporativo” que aplicó el exgobernador Juan Manuel Oliva, actual secretario general adjunto de Elecciones del CEN del PAN, cuyo proyecto de suceder a Gustavo Madero no comparte.

“Es un hombre que trabaja día y noche, no tengo la menor duda, pero por lo que hemos vivido en nuestro estado no creo que sea la mejor opción para Acción Nacional”, opina.

–¿Es el modelo que le conviene al PAN?

–¡No! No porque el corporativismo no va con el PAN, no debe ir con el PAN. Es algo que combatimos, que debemos ir combatiendo. ¿Dónde está la libertad, la dignidad de la persona, dónde están esos principios rectores cuando se impulsan este tipo de esquemas de masificación de apoyos, de corporativismos, de intereses y prebendas?

Medina niega que Márquez sea parte de la misma facción de El Yunque que encabeza Oliva, cuyo aparato aplastó en la elección interna a José Ángel Córdova Villalobos, actual secretario de Educación. “Fue la opción que Oliva apoyó, pero no necesariamente puede catalogarse como su delfín”.

–¿Fue auténtica la expresión de Márquez de “menos Yunque y más PAN?

–Sí. Más ciudadanos. No sé si llega a ruptura pero hay una gran diferencia entre lo que hacen uno y otro. Y si no, yo no estaría ahí.

Derrotado en su búsqueda de la presidencia de su partido por Manuel Espino en 2005 –lo que puso fin también a su ambición de ser presidente de México–, Medina asegura que existen grupos de panistas, aún dispersos, que quieren relanzar al PAN como escuela de ciudadanía.

“Se requiere un referente y como no lo tenemos, debemos construirlo. Y en esto coincidimos Ruffo, Fernando Canales Clariond, Juan Antonio García Villa, cada quien trabajando en su ámbito”.

El problema es que pese al desastre electoral, aún hay grupos enquistados en el PAN que no quieren ningún cambio real. “Hay que tocar fondo”, dice.

–¿No ha tocado fondo con la pérdida de la Presidencia?

–Creo que no. Hay diferentes niveles de conciencia, es cierto, pero no hemos terminado de tocar fondo.

Un ejemplo, dice, es la campaña de refrendo de militantes que supuestamente acabará con quienes fueron afiliados corporativamente:

“Veo nuevamente el movimiento de mucha gente empujando el refrendo masivo y ese impulso nos dice que no han tocado fondo los que apoyan eso. Están apostando a impulsar candidaturas para su beneficio, están viendo la política como algo patrimonial y ese es el grave error.”

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