Martha Anaya
Están que se truenan los dedos, que no saben si levantar la mano, dejarse ver, pedir una cita, preguntar directamente, ofrecer sus servicios abiertamente, hablar de plano con el presidente electo de sus aspiraciones, o qué.
Así andan muchos-muchos priistas a estas alturas, a menos de ocho días de que se den a conocer los nombres del gabinete -dicen que será hasta el día 30 de este mes que se presente en público- y por ello andan mirando constantemente el teléfono y preguntándose: “Cuándo nos llamarán”.
Y es que, como nos comentarían algunos personajes del equipo cercano de Enrique Peña Nieto, hay tres generaciones de priistas en la disputa por posiciones: “Los que perdieron en 2000, los que se quedaron en el limbo en 2006, y los actuales, que se sienten con más derecho”.
Pero Peña Nieto sigue anotando y borrando nombres en su cuaderno, aseguran. Una de las razones es la dificultad que ha encontrado el mexiquense en hallar mujeres de buen nivel -por aquello de la cuota de género para incorporar al gabinete, aunque no es obligatoria en este caso- y terminar de cuadrar su equipo de arranque de sexenio.
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IVONNE, BEATRIZ, ROSARIO.- El caso de Rosario Robles, por ejemplo -según refieren nuestras fuentes-, se ha caído de la primera línea. Aunque la presentación de su programa fue “muy bueno”, las calificaciones que obtuvo en opinión pública fueron malas y por añadidura el otorgarle una posición a nivel de secretaría “genera enojo entre los priistas y confronta con la izquierda”.
Beatriz Paredes, según nos dijo ella misma, no tiene idea de a dónde irá. Nada le han dicho. Asegura que no es la única en esta situación: “De no ser dos (Luis Videgaray para Hacienda y Miguel Osorio Chong en Gobernación), quien te diga que ya sabe te está cuenteando; así es esto de los cochecitos…”. Sin embargo, desde el grupo cercano a Peña nos comentan que se irá de embajadora.
La ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, parece tener un futuro más promisorio. Si no la requieren en el gabinete por aquello de la cuota de género, iría derechito a la presidencia del PRI en sustitución de Pedro Joaquín Coldwell. Si se queda en el gabinete, se abren dos posibilidades: Sedesol o la Secretaría de la Reforma Agraria, que se convertirá en Desarrollo Agrario, Urbano y Territorial.
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OTROS QUE SUENAN.- Aunque bien dicen que del plato a la boca se cae la sopa, varios nombres suenan firmes (aparte de los multicitados Videgaray y Osorio). Uno de ellos, indican nuestras fuentes, es el de Alfredo del Mazo Maza para Turismo. Otro, aunque no para el gabinete, es el de Felipe Solís Acero como Consejero Jurídico de la Presidencia de la República. Y hay quien nos asegura que Guillermo Ruiz de Teresa va a la Comisión Federal de Electricidad.
Menos seguros, pero también comentados en los cafés, están los nombres de Francisco Labastida Ochoa para la Secretaría de Energía, el de Jesús Murillo Karam para la Procuraduría General de la República, y el de Alfonso Navarrete Prida para Trabajo.
Al rector de la UNAM, José Narro, han intentado convencerlo hasta la fecha para que se vaya a la Secretaría de Educación. Él no cede. Pero Peña aún no quita el dedo del renglón. Y a quienes mencionan de esta administración para ser “rescatados” en alguna posición importante (aunque no dentro del gabinete) son José Antonio Meade y Juan José Suárez Coppel.
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GEMAS: Obsequio dedicado a los priistas, por parte de la diputada Luisa María Alcalde Luján, de Movimiento Ciudadano: “Ustedes no van a gobernar borregos, se los garantizo”.
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