Aún impresionado por lo sucedido, José Inocencio Aguirre Willars, estuvo una noche antes platicando con José Eduardo Moreira.
Tenía planes para su vida en familia, incluso había bajado de peso y dejado de fumar.
Aguirre Willars trabajó dos años con José Eduardo, en la Secretaría de Asistencia Social, recorriendo caminos y comunidades de Coahuila. Servir era parte de su andar.
En charla entre amigos, José Eduardo Moreira planeaba una vida plena con su hijo y esposa; estaba cambiando hábitos de su vida cotidiana.
José Inocencio dijo estar profundamente consternado por lo sucedido, que no logra comprende el por qué del asesinato del quien era su amigo.
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