No es todavía una década perdida, pero seguramente tomará por lo menos 10 años, desde el inicio de la crisis en 2008, volver a una forma aceptable, dijo Olivier Blanchard, economista jefe del organismo internacional.
Reuters
La economía mundial necesitará por lo menos 10 años para salir de la crisis financiera que comenzó en 2008, dijo el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard, en una entrevista publicada el miércoles.
Blanchard dijo al sitio en internet húngaro Portfolio.hu, en una entrevista realizada el 18 de septiembre, que Alemania tendría que aceptar una mayor inflación y fortalecer realmente su poder adquisitivo, como parte de la solución a los problemas en Europa.
Sin embargo, pese a que la atención se centra ahora en los problemas en Europa, Blanchard dijo que Estados Unidos también tiene complicaciones fiscales que debe resolver.
"No es todavía una década perdida (...) Pero seguramente tomará por lo menos una década, desde el inicio de la crisis económica mundial, volver a una forma aceptable", dijo Blanchard.
"Japón se enfrenta también a un ajuste fiscal muy difícil, que tomará décadas resolver. China ha captado probablemente la atención por su auge de activos, pero tiene un crecimiento más lento que antes, aunque no prevé ningún aterrizaje muy duro", agregó.
Para que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga la inflación del 2 por ciento para el bloque en su conjunto, los estados del centro del continente tendrían que tener una inflación superior al 2 por ciento, algo fuertemente resistido por Alemania, donde la hiperinflación de la década de 1920 aún perdura en el debate popular sobre las tasas de interés.
"Una tasa de inflación algo más elevada en Alemania simplemente debe ser vista como una condición necesaria y deseable, un ajuste relativo de precios", dijo Blanchard.
"Teniendo en cuenta las condiciones generales de la demanda y el mandato fuerte del BCE para garantizar la estabilidad de precios, esto no es el comienzo de la hiperinflación", agregó.
En la crisis de deuda, Blanchard dijo que la reducción de la deuda era inevitable, pero que se debe hacer sin ahogar el crecimiento.
"Si haces esto demasiado lento, el mercado piensa que no eres serio; si lo hace demasiado rápido, se mata a la economía. Cada país tiene que encontrar el camino correcto de la consolidación", concluyó.
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