La destrucción de las boletas electorales, tal como lo marca la ley, es una mala noticia pues con este acto, se va toda posibilidad de conocer con certeza el resultado de la elección presidencial de 2006. Existen formas de preservar esta información sin dejar de cumplir con la ley.
Grupo Fórmula
Para el ex consejero del Instituto Electoral del DF (IEDF), Eduardo Huchim, la destrucción de las boletas electorales de la elección presidencial de 2006, representa una mala noticia para toda la sociedad, ya que de llevarse a cabo esta acción, no habrá forma de tener certeza del resultado de dichos comicios.
Aunque el origen de la decisión del Instituto Federal Electoral (IFE), tiene fundamento en la ley que dispone la destrucción de las boletas una vez concluido el proceso electoral, el eliminar las boletas electorales de la elección de 2006, es una muy mala noticia para la sociedad en general.
"Esa existencia de las boletas puede llevar, más adelante, a dilucidar lo que hasta ahora no puede con toda certidumbre clara. Es el hecho de quién ganó las elecciones de 2006", dijo el ex consejero del IEDF en entrevista para el programa "Fórmula Detrás de la Noticia".
Debido al interés por parte de historiadores e investigadores por preservar esta documentación. En 2008, recordó Huchim, él mismo propuso, sin dejar de cumplir la ley, la digitalización de las boletas. "Esto como una medida alterna a la destrucción de este material tan valioso para investigaciones futuras", señaló.
"Lo que no debe ocurrir es que se cancele la posibilidad de disponer de esta documentación; de la información que tiene esa documentación: las boletas electorales, para el interés que tienen investigadores, académicos, historiadores", concluyó.
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