Martha Anaya
No son uno, ni dos, ni tres… al menos la mitad del equipo nombrado por Enrique Peña Nieto para llevar a cabo la transición en esta alternancia PAN-PRI, no tiene ni idea de qué hacer.
Y no es una cuestión de aptitudes o ineptitudes de los “elegidos” -que sabido tienen no deben “encariñarse” con la encomienda-, sino porque sus “jefes” no les han asignado las tareas a realizar. Ni les han marcado terrenos para moverse, ni las fronteras a ceñirse, ni si deben apersonarse en tal o cual secretaría o dependencia para recibir información.
En el mejor de los casos, a algunos de los integrantes del equipo les han solicitado trabajar proyectos en tal o cual tema y sobre ello se han abocado. Y no siempre, por cierto, es el espacio en el que les gustaría desempeñarse.
De ahí que no extrañe el desconcierto de algunos funcionarios del gobierno porque nadie se haya parado por sus oficinas, o que simplemente se mofen y digan que el equipo de transición de Peña “está sólo de adorno”.
Por lo que toca a las reuniones en Los Pinos entre Peña Nieto y sus equipos con el presidente Felipe Calderón y los suyos, tampoco hay gran cosa a destacar. Asistentes a los encuentros refieren que la información que les ofrecen es tan sólo un parte informativo de las acciones de la semana, que luego se da a conocer públicamente.
CREEN QUE GANARON SOLOS.- Entre los priistas de base no hay un buen ambiente que digamos. Se quejan de no ser tomados en cuenta para nada: “Ni siquiera una carta de agradecimiento nos enviaron por nuestro trabajo en la elección… creen que ganaron solos”, comentan.
Frases semejantes a la anterior hemos escuchado en distintos tonos y a muy distintos niveles, desde ex presidentes del partido, ex gobernadores, ex legisladores, hasta dirigentes y delegados en diferentes entidades del país. Vaya, ni el clásico festejo con una comida les han ofrecido. “¿Dónde está la mano que apapache?”, preguntan.
Lo que se temen -y no parecen estar muy alejados de la realidad- es que el equipo entrante, encabezado por Luis Videgaray, actúe al estilo zedillista con ellos: con una “sana distancia”. O en sus palabras: “Una malagradecida distancia”. Y entre quienes sentidos están por cierto con esta actitud, anoten el nombre del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
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BARRALES Y PADIERNA SE CORRETEAN.- Los reporteros que “cubren” el Senado andan atareadísimos. Y es que la competencia por aparecer en medios es feroz, sobre todo entre la izquierda. Según el recuento de notas que llevan los perredistas de lo publicado durante el primer mes de trabajo, “nos habríamos llevado de calle a los panistas si no fuera por la muerte de Lujambio”, comenta su coordinador de Comunicación, Rubén Sánchez.
Pero la competencia más cruda -y eso lo atestiguamos- se está dando en estos momentos entre dos mujeres del PRD: Alejandra Barrales y Dolores Padierna (el caso de Miguel Barbosa se cuece aparte porque es el coordinador de la fracción). Si una convoca a conferencia de prensa, la otra no tarda en hacer lo mismo. ¡Andan correteándose!
Quienes aparecen en segundo lugar son Alejandro Encinas, Mario Delgado y Armando Ríos Piter. Del lado del PT el que sobresale es Manuel Bartlett. Y si alguien quiere saber cómo andan en el PAN, ahí no hay quien le gane a la incontinencia verbal de Ernesto Cordero.
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