Tras la captura del narcotraficante colombiano Henry de Jesús López Londoño, “Mi Sangre”, el cártel mexicano de Los Zetas se quedó sin “el mayor proveedor de cocaína”, afirmó el director de la Policía Nacional de Colombia, general José Roberto León.
El capo –detenido el pasado martes 30, luego de una reunión con Los Zetas– era buscado por las autoridades colombianas y la Interpol, y reclamado por una corte de Florida (EU) por narcotráfico.
Carlos Mario, otro de los alias con los que se identificaba el narcotraficante, salió de Colombia hace dos años por la presión de las fuerzas de seguridad, y desde entonces hasta su captura pasó por varios países de la región, hasta que se instaló en la capital de Argentina, detalló el general durante una rueda de prensa.
Incluso, dijo, se realizaron dos operaciones policiacas antes de detener a “Mi Sangre”. La primera fue en Argentina, de donde logró escapar, y la segunda en Paraguay, país en que la operación fue abortada porque coincidió con el retiro del poder del expresidente Fernando Lugo, en junio pasado.
“Hace dos meses regresó a Buenos Aires y lo ubicamos”, subrayó León, quien refirió que “Mi Sangre” fue detenido gracias a informes de los servicios de inteligencia y con la ayuda de las autoridades argentinas y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), cuando supuestamente gestionaba documentos en la embajada de Ecuador.
La trayectoria delictiva de López Londoño se remonta a los años 90, cuando fungía como uno de los cabecillas de “Los Urabeños”, grupo de origen paramilitar del que era “financiador”, puntualizó el general colombiano.
“Mi Sangre”, agregó, controlaba lo que quedaba de la llamada Oficina de Envigado, cuya base se encuentra cerca de Medellín, y se dedica a blanquear dinero del narcotráfico, así como a la extorsión y al reclutamiento de sicarios.
La Oficina de Envigado fue creada por Pablo Escobar, jefe del desaparecido cártel de Medellín, y tras la muerte de éste pasó a manos de Don Berna, alias del narcotraficante y paramilitar Diego Fernando Murillo.
Don Berna fue extraditado a Estados Unidos en 2008 junto con otros 12 exjefes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una organización paramilitar cuya disolución dio origen en 2006 a bandas de narcotraficantes como la de “Los Urabeños”.
Según el jefe policiaco, una serie de “alianzas con narcotraficantes y temibles delincuentes” le permitió a López Londoño conocer la geografía colombiana y las distintas redes del narcotráfico.
Su búsqueda y ubicación, agregó, implicó el despliegue de tecnologías de control técnico para saber todos sus movimientos, y de tecnología satelital en coordinación con las autoridades argentinas.
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