Rosalía Vergara / Apro
Con cien votos a favor y 28 en contra, el pleno del Senado aprobó en lo general el dictamen de reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) y reservó 90 artículos, a propuesta principalmente de las legisladoras perredistas Angélica de la Peña y Dolores Padierna Luna.
Cerca de las 15:00 horas y luego de casi cuatro horas de discusión, aparte del encuentro de Andrés Manuel López Obrador con los senadores del Movimiento Progresista en el que el tabasqueño pidió rechazar la Reforma Laboral, terminó la sesión y se declaró un receso.
En el ínterin, perredistas y panistas buscan consensuar la aprobación de aquellos artículos referentes a la transparencia sindical, tema que el PRI rechaza y que tenía atorada la discusión.
Se prevé que este miércoles por la madrugada quede avalada la Reforma Laboral, considerada lesiva para los trabajadores.
Para el senador priista Héctor Larios esta reforma es “nini”, porque “ni abarata la mano de obra ni facilita el despido”.
Para el exsecretario del Trabajo y Previsión Social, el senador panista Javier Lozano, “es falso que se diga que esta Reforma Laboral atente contra el artículo 123 constitucional y cualquier convenio suscrito por México a escala internacional”, estableció.
“Porque la Reforma Laboral que hoy estamos discutiendo, y lo digo con absoluto conocimiento de causa, es un paso adelante en el sentido correcto, es una buena reforma laboral. Y lo es porque está orientada a tres grandes objetivos, a tres grandes ejes rectores: competitividad, productividad y trabajo decente”, indicó.
En su opinión, es importante la competitividad porque es la mejor manera de que haya inversión nacional y extranjera en el país y así generar trabajo, dijo, para los jóvenes.
Para los panistas, la contratación a prueba permitirá tener prestaciones, salarios y seguridad social, dijo.
“Y los contratos por unidad de tiempo u obra determinada, incluidos los trabajos por hora. De lo que se trata –acotó– es que haya flexibilidad entre la oferta y la demanda. Si hay un patrón que quiere y puede contratar una persona por medio tiempo y ésta está dispuesta a trabajar solamente por medio tiempo, que lo hagan, pero siempre, nuevamente, con seguridad social, con prestaciones y con salario, y siempre acumulando antigüedad”, apuntó.
Para el extitular de la STPS, es “falso” que se imponga una cuota de remuneración por hora, aunque los detractores de la reforma argumentan que la jornada laboral es de ocho horas, y a siete pesos la hora se cumple con el salario mínimo vigente.
Mientras, el priista David Penchyna fue categórico: “Los senadores del PRI vamos a votar la Reforma Laboral porque hoy queremos a los trabajadores en sus centros de trabajo y no como ha ocurrido en más de una década, sin nuevas oportunidades laborales, en las calles, en la incertidumbre y en la desesperanza, por eso vamos a votar a favor”.
También se dijo a favor de la transparencia sindical, la democracia y la rendición de cuentas, pero que nadie se confunda porque eso, advirtió, es distinto a aprobar la autonomía sindical.
“Por eso, además de asegurar la libertad de asociación de los trabajadores, nuestra Constitución garantiza el derecho a la información sobre los recursos y define responsabilidades claras por omisión o malos manejos en las cuotas sindicales”, resaltó.
Al argumentar en contra de la reforma, la senadora perredista Dolores Padierna dijo que la misma elimina las conquistas de la clase obrera porque está hecha a modo de los patrones, del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Concamin, “los únicos beneficiarios de la reforma.
“La Reforma Laboral es la demostración del poder de la oligarquía que impone su fuerza para lograr cambios a su favor en la estructura económica de México. Los Chicago Boy’s se metieron a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para dar rienda suelta al capitalismo neoliberal. El Estado pasó a ser un mero regulador del liberalismo económico que genera ganancias sólo para una elite poderosa en detrimento del patrimonio y a costa del subdesarrollo del país”, criticó.
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