Se instaló el narcoCongreso en México, listos para seguir saqueando a la nación

Primera sesión legislativa: escenario de protestas, reclamos y alabanzas

Jesusa Cervantes / Apro


Al instalarse la sesión del Congreso General de la LXII Legislatura federal, los diputados de PRD, PT y Movimiento Ciudadano anunciaron que interpondrán juicio político contra magistrados y consejeros electorales por haber actuado en complicidad con los poderes fácticos y haber incumplido con la ley en la calificación de los comicios presidenciales, además de haber dado como válida una elección fraudulenta.

Ricardo Monreal, coordinador de los diputados del Movimiento Ciudadano, anunció desde la tribuna la demanda de juicio político y pidió a la ciudadanía que quiera respaldarlos que acuda a firmar el documento; antes, cuestionó el papel realizado por las autoridades electorales:

“Las máximas autoridades encargadas de respetar la ley, mandaron al diablo a las instituciones. Al calificar la elección como válida, los tribunales cortesanos y de consigna terminaron descalificándose así mismos”.

El legislador aclaró que lo realizado por magistrados electorales y consejeros del Instituto Federal Electoral, de desechar todas las impugnaciones del Movimiento Progresista les afecta sí, pero es la afectación menos importante; lo grave, dijo, es que de manera colateral deja abierta en carne viva la herida a la Constitución, pues se violenta el derecho a tener elecciones libres y auténticas.

Por otro lado, añadió, al permitir el uso y abuso de dinero ilícito en la elección, se sienta un precedente para subastar al mejor postor posible los puestos de elección popular. “De hoy en adelante las elecciones serán ganadas por el candidato y el partido que más dinero ilícito y empresas fantasmas presente para triangular recursos, para el partido que más voto compre”.

A diferencia de otras sesiones del Congreso general, las cuales son previas a la entrega del Informe de Gobierno del Ejecutivo federal, en esta ocasión los posicionamientos de los partidos políticos no se centraron en la forma de gobierno, los aciertos, errores u omisiones del año que transcurre, no se juzgó la labor del presidente de la República como en otros años, los discursos se centraron en el pasado proceso electoral y mientras la izquierda reclamó la sumisión de las autoridades electorales, la compra de la elección y la burla a la ciudadanía que salió a votar en mayor cuantía que otros comicios, el PRI y el PVEM se dedicaron a vanagloriarse de los resultados y a ver en la figura de Enrique Peña Nieto al futuro presidente que dará rumbo a la nación.

Por el PRI, la encargada de fijar la postura fue la michoacana Adriana Hernández Íñiguez, quien dijo que su partido “extiende su mano fraterna”, aclarando que el PRI no retoma el poder federal “con actitud de triunfalismo ni con ánimo de confrontación”.

Al momento de fijar la posición, la última de la sesión del Congreso general, legisladores de PRD, PT y MC subieron al primer nivel de la tribunal para, de frente a los diputados y senadores, extender cuatro grandes mantas de rechazo al resultado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

En una de ellas se podía leer “la democracia ha muerto” o “el destino de México no tiene precio”.

Provocadoramente, la diputada del PRI dijo que en su partido “nos congratulamos de que las instituciones electorales funcionen como lo establece el marco constitucional y que la actitud responsable y mesurada de los actores políticos a lo largo del proceso electoral continúa prevaleciendo. Saludamos el fallo del Trife y la oportuna declaración que reconoce a Enrique Peña Nieto como presidente de México”.

La bancada de izquierda enfureció y los gritos de ¡fraude, fraude! empezaron. De la parte central del salón de sesiones, los priistas sacaron pequeñas banderitas que agitaban intermitentemente, como sucedió hace seis años, cuando al legitimar a Felipe Calderón Hinojosa como presidente de los Estados Unidos Mexicanos, permitieron su entrada a San Lázaro.

El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el priista Jesús Murillo Karam, hizo un llamado al respeto. Los perredistas y petistas se callaron pero no se bajaron del primer nivel de la tribuna sino hasta que la priista concluyó su intervención y se declaró un breve receso para recibir de Alejandro Poiré, secretario de Gobernación, el último Informe de Gobierno de Calderón Hinojosa.

La priista insistió:

“Con la declaración que reconoce a Enrique Peña Nieto como presidente de todos los mexicanos, después de haber desahogado las impugnaciones presentadas en términos de ley, y la entrega de este informe de gobierno así como la transmisión de poderes, empezaremos una nueva etapa que habrá de transcurrir con normalidad y en un ambiente de civilidad y consideración entre las fuerzas políticas”.

El débil discurso de la diputada del PRI, sin fuerza política y la desconocida presencia de la legisladora, fue opacada en todo momento por las cuatro grandes pancartas de los legisladores de izquierda, quienes civilizadamente se colocaron en el primer nivel de la tribuna sin ocasiona problema alguno.

Más sobresalía la gran manta que rezaba “es una victoria pírrica del cinismo y la corrupción”, que las palabras de la diputada del PRI.

En una manta más se leía: “AMLO, naciste en tiempos de mercenarios”.

Más papista que el Papa

Y mientras los priistas no defendieron a ultranza a “su presidente electo”, el orador del Partido Verde Ecologista Mexicano sí lo hizo.

Carlos Alberto Puente Salas, miembro del PVEM y defensor de los intereses televisivos, inició su discurso con una abierta provocación: “México tiene presidente electo, Enrique Peña Nieto”. Los priistas se levantaron, aplaudieron y los de la izquierda gritaron, reclamaron “fraude electoral”, lo llamaron vendido. El presidente de la Mesa llamó a la serenidad, y el senador del Verde siguió.

“Hoy inicia en México una nueva era. Hoy, la legitimidad, la legalidad, la inclusión, el respeto a las instituciones y las leyes que nos rigen, serán distintivos de este nuevo gobierno. Habrá un nuevo pacto social. Atrás queda el conservadurismo económico y el dogmatismo mesiánico que cree vivir en el siglo pasado. Y lo lograremos con nuestro presidente electo, Enrique Peña Nieto”.

Y cada vez más servil al priismo, el senador del PVEM dijo:

“Con el PAN hubo avances y retrocesos, pero el advenimiento de una nueva etapa está por concretarse, Enrique Peña Nieto, presidente electo, encabeza el proyecto de la esperanza, el cambo de rumbo para México”.

De nuevo la respuesta de la izquierda fueron los gritos, más reclamos hubo de PRD, PT y MC al PVEM que al propio PRI, pues éste en ningún momento defendió ni nombró con tanto fervor el nombre del exgobernador del Estado de México.

“La legitimidad y legalidad respaldan el triunfo de Enrique Peña Nieto como presidente electo de México, con una participación histórica de más del 60% y con más de 19 millones de votos que depositaron su confianza en el proyecto de la coalición Compromiso con México”.

Luego, con actitud benévola, el hoy senador del Partido Verde aclaró que: “aún con esa cifra (de 19 millones de votos), en la democracia, no es tiranía la mayoría”.

Aclaró también que carecen de sustento quienes señalan que gobernará una élite o que habrá privatizaciones, pero lo mejor de todo dijo, “habrá vales de medicina para todos. Y la Presidencia de Enrique Peña Nieto será la agenda del Partido Verde”.

Contradiciendo justamente su dicho, la diputada del PRI, Adriana Hernández Íñiguez, anunció que el nuevo gobierno propondrá “otra” reforma energética “que amplíe la participación privada en el sector”, una reforma laboral y una reforma hacendaria.

La Corte, regalo para magistrados

El inicio de sesiones del Congreso general se convirtió en el mejor escenario que tuvo la izquierda para hacer una valoración pública, televisada, sobre el papel desempeñado por consejeros y magistrados electorales.

Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de MC, recordó que a lo largo del proceso electoral, en la campaña del PRI el dinero ilegal, ilícito, sudó, dejó rastro, pero eso no lo vieron los magistrados electorales.

Les recordó que en el año 2006, cuando los entonces magistrados electorales avalaron el fraude electoral y proclamaron a Felipe Calderón Hinojosa presidente legal, algunos de estos funcionarios electorales le confesaron más tarde al propio Monreal que funcionarios del gobierno panista les ofrecieron a cambio del reconocimiento de Calderón una posición en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “ellos fallaron a favor del poder pero después el poder les falló a ellos, pregunten dónde están ahora esos magistrados”.

Desde la tribuna, el diputado del Movimiento Ciudadano dijo que “está demostrado que quienes compran una elección terminan vendiendo al país”. Y fue en ese momento cuando anunció que “para que no queden impunes las fechorías de los magistrados se les promoverá juicio político”.

También dijo que desde ese momento, el Movimiento Progresista hacía responsable a los “usurpadores del poder” por las represiones que pudieran sufrir los jóvenes y ciudadanos que buscan detener este nuevo asalto… Resistiremos esta nueva embestida por quienes busquen afectarnos”.

El discurso de Ricardo Monreal, aplaudido por la izquierda y reconocido como el mejor por los propios priistas (en secreto), resumió lo que viene de nueva cuenta cuando dijo: “pobre de nuestro país, vivirá la restauración autoritaria, el regreso de la resonancia de discursos retóricos y demagógicos que rayan en la incongruencia y la mentira; discursos huecos que hacen crecer los abismos entre la realidad que hay en la calle y la de la comodidad de sus curules”.

En estos momentos aciagos de la República, dijo, nosotros continuaremos con el principal propósito, transformar al país. “La nación está de luto, asistimos a las exequias de la democracia. Frente a esa justicia putrefacta y políticos corruptos y decadentes, y a la impunidad que ya es norma de conducta en el país, sólo nos queda actuar con dignidad”.

Y cerró su discurso sintetizando el comportamiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: el máximo tribunal del país que debería actuar como una corte constitucional, devino en un tribunal de cortesanía política.

“Redactan fallo a ministros”

El coordinador de los diputados del PRD, Silvano Aureoles, acusó a los magistrados electorales de estar bajo sospecha, pues dijo, en ninguna parte de la justicia se actúa por unanimidad; por lo menos el pasado tribunal, en 2006, aceptó la intromisión del Ejecutivo federal y la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador.

En esta ocasión, acusó, parece que el fallo salió de la redacción de alguno de los medios de comunicación que desde antes de la elección ya daban como triunfador al PRI.

Y aunque el PRD cuestionó el papel del tribunal y dio todo su apoyo a Andrés Manuel López Obrador para seguir su lucha y el acto que celebrará el 9 de septiembre en el Zócalo, dijo que en la Cámara, la fracción trabajará por lograr acuerdos que beneficien a México.

Acusó a magistrados y consejeros electorales de actuar como defensores de oficio “sin darse cuenta que violentan la democracia”. Parece, dijo, que consejeros y magistrados no salieron a la calle, no leyeron periódicos, no escucharon radio, pues nunca vieron lo que toda la ciudadanía: dinero de dudosa procedencia en la campaña electoral del PRI.

Los llamó “limpiadores y validadores de corrupción y contubernio”. No existió la imparcialidad, su actitud agravia a los mexicanos y esos señores cargarán con el desprestigio para siempre, “indigna que a pesar de todas las pruebas aportadas, los magistrados no detectaron una sola irregularidad, pero no importa, nosotros seguiremos en la lucha por las mejores causas de México y no nos vamos a quedar en los reclamos ni seremos una fuerza marginal en el Congreso”.

Desde la tribuna, Aureoles hizo un reconocimiento a Andrés Manuel López Obrador, en tanto que Ricardo Cantú, coordinador del PT, gritó desde tribuna vivas para el tabasqueño y el movimiento, lo que fue respondido por los 135 legisladores de izquierda.

Desde sus curules, estos diputados, más los senadores de izquierda gritaron de nueva cuenta la consigna de 2006 y del 2005 cuando el gobierno de Vicente Fox pretendió desaforarlo, “¡es un honor estar con López Obrador, es un honor estar con López Obrador!”.

Y mientras la izquierda criticaba a funcionarios electorales y el Verde vitoreaba a Peña Nieto, respaldado por el PRI, el PAN a través de Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados en San Lázaro, hacía una tibia intervención.

Ni siquiera defendió con pasión los 12 años del PAN al frente de la Presidencia República, si acaso recordó al líder panista Carlos Castillo Peraza, quien dijo que hacer política es un riesgo pero también una posibilidad.

Desdibujado, gris, el panista dijo que su partido “evitará la regresión autoritaria” y que impulsará el financiamiento de responsabilidades, la eliminación del fuero para acabar con privilegios de políticos, la reelección legislativa y una reforma electoral.

En suma, el PAN retomó el discurso que antes de 2000, año en que ganó la Presidencia de la República, mantuvo y que nunca pudo cumplir en los 12 años que estuvo al frente del país,.

La primera sesión de Congreso general duró dos horas y transcurrió sin enfrentamiento alguno.

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