Reforma laboral: prueba para Peña Nieto


Reuters

Diputados aprobarían esta semana una polémica reforma laboral que dejaría fuera un plan para controlar a los sindicatos, históricos aliados del PRI, en una muestra de que el partido del presidente electo, Enrique Peña Nieto, no respaldará algo que amenace añejos intereses corporativos.

El proyecto de dictamen de la reforma, del que Reuters obtuvo una copia, modifica una iniciativa presentada por el presidente saliente Felipe Calderón que proponía obligar a los sindicatos a rendir cuentas de sus finanzas, algo que no existe actualmente y es el origen de una extendida corrupción sindical.

La mayoría de los sindicatos del país, como el de maestros, el más numeroso de América Latina, surgieron bajo el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país por 71 años hasta el 2000 y el 1 de diciembre regresará al poder con Peña Nieto.

A pesar de que el futuro mandatario se ha mostrado proclive a reformas como la laboral, observadores ven en la vieja guardia del PRI el problema más álgido que tendrá que enfrentar Enrique Peña Nieto. El proyecto de Calderón habría puesto a prueba en cuánto está dispuesto a enfrentarse a los viejos dirigentes.

La iniciativa de Calderón, presentada el 1 de septiembre y que el martes comenzó a discutirse en una comisión de diputados, sacó chispas entre dirigentes gremiales que son legisladores del PRI, quienes presionaron para hacer más tibios los puntos que buscan afectar la autonomía sindical.


El proyecto de dictamen ignoró propuestas como el voto libre, directo y secreto en la elección de jefes sindicales, además de que las organizaciones estén sujetas a auditorías y que los sindicatos que no informen a los trabajadores el destino de sus aportes obligatorios podrían perder esas contribuciones.

Decenas de millones de dólares pasan cada año por las manos de los jefes de grandes sindicatos, como el de maestros o el de trabajadores petroleros, sin que estén obligados a informar sobre el manejo de esos fondos.

En cambio, el documento plantea incluir en los estatutos de los sindicatos algunas reglas para la rendición de cuentas que considere el derecho de los trabajadores a recibir información del manejo de los recursos, pero sin fijar plazos o medidas concretas para ello.

La Ley Federal del Trabajo no ha sido modificada sustancialmente desde hace cuatro décadas.

La propuesta de Calderón no sólo puso al PRI en un aprieto por lo álgido del tema, sino que fue presentada como una de las iniciativas preferentes en el Congreso, lo que implica que debe ser aprobada o rechazada a más tardar a fines de octubre.

Legisladores del PRI y del Partido Acción Nacional (PAN), de Calderón, han dicho que aprobarán a tiempo la reforma, que incluye regular el "outsourcing" o subcontratación, modalidades de contratación más flexibles y el pago por hora.

Según el PAN, con esta parte de la reforma se generarían 400,000 nuevos empleos al año, lo cual resolvería parcialmente el desempleo, uno de los principales problemas de la segunda economía latinoamericana.

Se espera que la reforma sea avalada esta semana por el pleno de la Cámara de Diputados, para pasarla al Senado, que tendrá 30 días para darle el visto bueno.

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