La desobediencia civil, honroso deber: López Obrador; llama a reunión en el Zócalo, el día 9
No voy a reconocer un poder ilegítimo surgido de violaciones graves a las leyes
Roberto Garduño / La Jornada
En mensaje al pueblo de México, Andrés Manuel López Obrador anunció su negativa a aceptar el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que validó la elección presidencial, y señaló que a pesar de los inminentes señalamientos de mal perdedor, loco, mesiánico, necio y enfermo de poder, no voy a reconocer a un poder ilegítimo surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las leyes.
Por la mañana en su casa de campaña, decenas de reporteros respondieron a la convocatoria para conocer el contenido de la respuesta a la determinación del órgano electoral. Desde las 7:30 horas éstos comenzaron a llegar.
En punto de las ocho, inmutable, serio, López Obrador dio lectura a un texto de cuartilla y media en poco menos de cinco minutos. Anunció que la desobediencia civil, cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y la felicidad del pueblo, es honrosa. Por tanto, convocó a los demócratas e integrantes de su movimiento a concentrarse en el Zócalo el domingo 9 de septiembre a las 11 horas.
A continuación se reproduce el texto íntegro del mensaje:
Al pueblo de México:
Informo que no puedo aceptar el fallo del tribunal electoral, que ha declarado válida la elección presidencial. Las elecciones no fueron ni limpias ni libres ni auténticas.
En consecuencia, no voy a reconocer un poder ilegítimo surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las leyes.
Actuar de otra manera implicaría traicionar a millones de mexicanos que luchan contra la simulación y la farsa, y a favor de un cambio verdadero.
Es cierto que debemos respetar a las instituciones, pero en buena medida el problema de México radica en que las instituciones están secuestradas por la delincuencia de cuello blanco. Y un Estado que no procura la justicia ni la democracia, no es más que un instrumento de poder al servicio de un grupo de intereses creados.
Ya sabemos que a los sostenedores de este Estado mafioso (traficantes de influencia, políticos corruptos, dueños y voceros de los llamados medios de comunicación y a otros integrantes del régimen) no les parecerá nuestra postura.
Ellos quisieran que aceptáramos el fraude electoral y que rápido entráramos en el juego de las negociaciones políticas que, en las actuales circunstancias, sólo pueden significar arreglos cupulares o componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación.
Ojalá se entienda que así como ellos defienden por todos los medios al régimen de corrupción, nosotros estamos sinceramente empeñados en abolirlo. Y, como es lógico, en este propósito no daremos ninguna tregua ni concederemos la mínima ventaja.
Por eso, aunque nos sigan atacando, acusándonos de malos perdedores, de locos, mesiánicos, necios, enfermos de poder y otras lindezas, preferimos esos insultos a convalidar o formar parte de un régimen injusto, corrupto y de complicidades que está destruyendo a México.
La desobediencia civil es un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y de la felicidad del pueblo.
Convoco a todos los partidarios de la democracia y de nuestro movimiento a que nos congreguemos en el Zócalo de la ciudad de México el domingo 9 de septiembre a las 11 de la mañana.
Ahí definiremos lo que sigue.
Adelanto que continuaremos defendiendo los derechos individuales y sociales de todos los ciudadanos, usando, para ello, nuestra autoridad política y moral.
Asimismo, informo que seguiremos actuando con responsabilidad y por la vía pacífica, sin dar motivo para que los violentos nos acusen de violentos.
No claudicaremos. El destino de México no tiene precio.
No voy a reconocer un poder ilegítimo surgido de violaciones graves a las leyes
Roberto Garduño / La Jornada
En mensaje al pueblo de México, Andrés Manuel López Obrador anunció su negativa a aceptar el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que validó la elección presidencial, y señaló que a pesar de los inminentes señalamientos de mal perdedor, loco, mesiánico, necio y enfermo de poder, no voy a reconocer a un poder ilegítimo surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las leyes.
Por la mañana en su casa de campaña, decenas de reporteros respondieron a la convocatoria para conocer el contenido de la respuesta a la determinación del órgano electoral. Desde las 7:30 horas éstos comenzaron a llegar.
En punto de las ocho, inmutable, serio, López Obrador dio lectura a un texto de cuartilla y media en poco menos de cinco minutos. Anunció que la desobediencia civil, cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y la felicidad del pueblo, es honrosa. Por tanto, convocó a los demócratas e integrantes de su movimiento a concentrarse en el Zócalo el domingo 9 de septiembre a las 11 horas.
A continuación se reproduce el texto íntegro del mensaje:
Al pueblo de México:
Informo que no puedo aceptar el fallo del tribunal electoral, que ha declarado válida la elección presidencial. Las elecciones no fueron ni limpias ni libres ni auténticas.
En consecuencia, no voy a reconocer un poder ilegítimo surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las leyes.
Actuar de otra manera implicaría traicionar a millones de mexicanos que luchan contra la simulación y la farsa, y a favor de un cambio verdadero.
Es cierto que debemos respetar a las instituciones, pero en buena medida el problema de México radica en que las instituciones están secuestradas por la delincuencia de cuello blanco. Y un Estado que no procura la justicia ni la democracia, no es más que un instrumento de poder al servicio de un grupo de intereses creados.
Ya sabemos que a los sostenedores de este Estado mafioso (traficantes de influencia, políticos corruptos, dueños y voceros de los llamados medios de comunicación y a otros integrantes del régimen) no les parecerá nuestra postura.
Ellos quisieran que aceptáramos el fraude electoral y que rápido entráramos en el juego de las negociaciones políticas que, en las actuales circunstancias, sólo pueden significar arreglos cupulares o componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación.
Ojalá se entienda que así como ellos defienden por todos los medios al régimen de corrupción, nosotros estamos sinceramente empeñados en abolirlo. Y, como es lógico, en este propósito no daremos ninguna tregua ni concederemos la mínima ventaja.
Por eso, aunque nos sigan atacando, acusándonos de malos perdedores, de locos, mesiánicos, necios, enfermos de poder y otras lindezas, preferimos esos insultos a convalidar o formar parte de un régimen injusto, corrupto y de complicidades que está destruyendo a México.
La desobediencia civil es un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y de la felicidad del pueblo.
Convoco a todos los partidarios de la democracia y de nuestro movimiento a que nos congreguemos en el Zócalo de la ciudad de México el domingo 9 de septiembre a las 11 de la mañana.
Ahí definiremos lo que sigue.
Adelanto que continuaremos defendiendo los derechos individuales y sociales de todos los ciudadanos, usando, para ello, nuestra autoridad política y moral.
Asimismo, informo que seguiremos actuando con responsabilidad y por la vía pacífica, sin dar motivo para que los violentos nos acusen de violentos.
No claudicaremos. El destino de México no tiene precio.
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