Narcomercado de Televisa, alerta para Telemundo

Guadalupe Lizárraga

El activista Jorge Iniestra Urrutia emprendió una campaña recientemente en Los Ángeles, California, por la censura que ha estado ejerciendo Telemundo contra el periodista mexicano Rubén Luengas. Iniestra realizó un video promovido en las redes sociales para explicar los hechos y ha señalado los cambios que ha tenido el programa de televisión de Luengas, transmitido desde esta ciudad.

Sin embargo, la cadena estadounidense NBC Universal, propietaria de Telemundo, no sólo ha ignorado estas denuncias, sino que eliminó definitivamente En Contexto, el programa de Luengas. Lo que generó disgusto en la comunidad de sus seguidores.

Iniestra escarbó en la red y encontró la información sobre el convenio de alianza comercial entre Televisa y Telemundo con fecha de 2008. Se trata de un acuerdo estratégico entre ambas televisoras con licencia de programación exclusiva para distribuir el contenido de Telemundo a través de múltiples plataformas en México: "La transacción fue anunciada por Jeff Zucker, presidente y director General de NBC Universal; Don Browne, presidente de Telemundo Communications Group; y Alfonso de Angoitia, vicepresidente ejecutivo de Grupo Televisa".

No obstante, a partir de la alianza, no se registró censura relevante a pesar del espeluznante número de feminicidios y ejecuciones que se perpetraron ese mismo año y los tres siguientes por la militarización y presencia de policías federales en regiones como Juárez, Morelia, Cuernavaca y Acapulco. Ni la corrupción del Ejército fue motivo de censura para Telemundo. Tampoco los dineros de Elba Esther Gordillo, ni las luchas encarnizadas contra el cártel favorecido por Felipe Calderón, el del Chapo Guzmán.

Pero entrados en el 2012, el año electoral, y con Enrique Peña Nieto de consigna, Telemundo inició su censura. El periodista Gabriel Huerta y Rubén Luengas cubrieron los atentados de Peña Nieto contra su expareja homosexual cuando solicitó el asilo político. Pero no fue transmitido en Telemundo, aunque medios como La Opinión de Los Angeles , TV Miami y Estrella TV Canal 62, y dos radiodifusoras regionales cubrieron el caso después de que Los Angeles Press publicara la serie de reportajes donde la víctima imputa la responsabilidad directa a Peña Nieto.

La imagen de Peña Nieto ha sido cuidada en Telemundo, aunque Luengas no se supeditó al acuerdo y cubrió las elecciones in situ sin seguir el guión de Televisa. Así, en medio de la crisis política que vive México debido a la imposición del grupo del poder relacionado estrechamente con el narcotráfico y lavado de dinero, Televisa echa sus garras al exterior e intenta acaparar el mercado internacional.

Pero no es omnipotente. Así lo revelan los recientes sucesos en Nicaragua, donde las autoridades detuvieron a 18 mexicanos por narcotráfico que trabajaban para este consorcio televisivo. Los detenidos trasladaban más de nueve millones de dólares en cuatro camionetas y usaban equipo de telecomunicaciones de la empresa.

Una semana después, en Costa Rica fueron decomisados 725 kilos de cocaína que entraron por mar. Y Raquel Alatorre, prima del conductor de TV Azteca, Javier Alatorre, y líder del grupo de mafiosos, tenía más de quince viajes a Costa Rica, de enero a agosto de 2012, según las autoridades de Nicaragua por los sellos de su pasaporte, más los viajes en años anteriores. Pero también señalaron las autoridades que el número de salidas era muy superior en estos seis meses. Esto es que Alatorre ha entrado a ese país por avión y tierra más de quince veces en tiempo electoral, y Nicaragua sólo era un país de paso.

Si juntamos algunas piezas de los hechos, una hipótesis por demás plausible es que al haber sido detenidos los narcotelevisos en Nicaragua, la mercancía no fue recogida a tiempo en Costa Rica, estuvo estacionada y fue descubierta, por eso la decomisaron.

Si dividimos los nueve millones de dólares de Televisa entre los 725 kilos de cocaína decomisados en Costa Rica, arroja un precio por kilo de cocaína pura a $ 12,413 dólares al mayoreo en Centroamérica. Puesta en Estados Unidos, cada kilo –al menos– se duplica su valor, unos 18 mil a 20 mil dólares por kilo conservadoramente. Es decir, que en la hipótesis de que Raquel Alatorre regresaría con las camionetas de Televisa cargadas de mercancía, estaríamos hablando de que los nueve millones de dólares se transformarían para esta empresa en unos 20 millones de dólares. Pero la cocaína pura en las calles, es revendida y adulterada, como se sabe. Y puede llegar producir en el mercado hasta 90 millones de dólares por esa cantidad. Esto es lo que, insisto en hipótesis, ha perdido Televisa con la detención de Alatorre.

Televisa tiene acuerdos con las dos principales televisoras en español dentro de los Estados Unidos y un historial cada vez más negro en el mercado de las drogas y lavado de dinero, esto es ya conocido por este país, principalmente en Texas, y desde hace varias decenios. Si los activistas antiTelevisa, desde el plano judicial estadounidense, ponen atención en este asunto, Obama no podría ignorar un tema tan delicado para su campaña y para la justificación de lo que sería la continuidad del Plan Mérida, porque la comunidad hispana en Estados Unidos es clave para su reelección, y la mayoría son mexicanos.

El contexto de impunidad en el que incurre Televisa hasta ahora, protegida por las autoridades mexicanas, no puede ser sostenerse en todo el continente, como ya lo vimos con Nicaragua.

Los empresarios de NBC Universal tampoco pueden ignorar este contexto de ilegalidad internacional en el que se mueve su aliado Grupo Televisa. Y en Estados Unidos, NBC Universal es una empresa más. Su poder financiero no doblega ni doblegaría a jueces ni tribunales, como sí sucede en México.

Por eso, juntar las piezas, coordinar denuncias y apostar a tiempos clave para los políticos estadounidenses es parte de la solidaridad estratégica que requieren los mexicanos contra la imposición del narcopoder en el que Televisa por ahora lleva la delantera.

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