Los reos gobiernan en 60% de las prisiones

José Juan Reyes / El Economista

La CNDH detalla que hay cobros indebidos para la protección o plancha para dormir y encontraron sustancias prohibidas.

En una grave crisis se encuentra el sistema penitenciario en nuestro país, fue la conclusión del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, quien denunció que en 60% de los penales prevalece el llamado autogobierno (grupos de internos que mediante el empleo de la violencia se erigen en autoridad con capacidad de decisión y someten a su régimen a la mayoría de la población y controlan el establecimiento).

“Los penales del país están reprobados. Es un problema de recursos, pero también de voluntad política. No reúnen las condiciones de seguridad interior, pero tampoco exterior. Falla seguridad perimetral para evitar que lleguen caravanas a asaltar a los presos”.

Estas fallas han derivado en que las prisiones, con capacidad para 189,397 reos, alberguen 238,269, tengan una sobrepoblación de 48,872. Incluso en los dos últimos años se han registrado 14 fugas, con el escape de 521 presos. También se registraron 75 riñas, con saldo de 352 fallecidos; dos motines, con un saldo de dos muertos y 32 lesionados.


La serie de irregularidades encontradas en las visitas dejó en evidencia que el sistema debe perfeccionarse. “Con las condiciones actuales no habrá política de seguridad pública que dé resultados. Recuperar la seguridad requiere de un sistema penitenciario articulado y funcional que cumpla con su propósito principal que es la reinserción del sentenciado. Ninguna política de seguridad pública dará resultados si no se atiende y corrige la situación que se vive dentro de los penales”, dijo el ombudsman nacional.

Reconoció –al dar lectura al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2011- que la problemática se profundiza por la ausencia de acciones públicas y desinterés de la sociedad.

Algunas de las fallas detectadas son: sustancias prohibidas, prostitución, grupos o personas que ejercen violencia, cobros indebidos para la protección, la asignación de estancia o plancha para dormir, pase de lista, mantenimiento de dormitorios, acceso a alimentos; hasta se han encontrado gallos de pelea y palomas mensajeras dentro de las instalaciones.

Sin embargo, esto no es nuevo, pues el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos reconoció que “por años”, el organismo ha señalado las irregularidades en los penales, las cuales no se han corregido.

Con los datos obtenidos, en general, los centros penitenciarios obtuvieron una calificación reprobatoria; sin embargo, los peor calificados fueron los penales asentados en Distrito Federal, Estado de México, Tamaulipas, Nuevo León, Quintana Roo, Oaxaca, Guerrero, Tabasco y Nayarit.

Cabe mencionar que algunos penales federales también presentan problemas, principalmente el Cefereso 5, de Villa de Aldama, Veracruz, al cual la CNDH ha enviado recomendaciones.

Aunque los penales militares no se incluyen en los diagnósticos, la CNDH ha realizado visitas en esos sitios y desde su punto de vista del tercer visitador de la CNDH, Andrés Aguirre, estas prisiones son modelos ideales, debido a la capacidad de vigilancia, orden entre los reos y actividades de reinserción.

CONSTRUCCIÓN PUDO FACILITAR FUGA DE REOS

Desde el año pasado, la zona en donde se detectó un túnel, por el cual presuntamente se fugaron reos del penal de Piedras Negras, estaba acordonado, pues había una construcción. Las llaves para el ingreso no las tenían las autoridades penitenciarias, sino uno de los reos.

Personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos realizaba el recorrido de supervisión por los centros de reclusión del país. El año pasado les fue impedido –inicialmente- el acceso; sin embargo, un interno dio luz verde y lograron ingresar.

De acuerdo con el relato del Tercer Visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Andrés Aguirre, en el penal se detectaron dos construcciones, pero a éstas no había ingreso, pues los custodios no tenían las llaves de los candados. Estaban en poder de un interno. “Una (construcción) estaba en los dormitorios y otra en el patio central. Ahí se construyó el túnel. Claro a nosotros no nos dejaron pasar”. Tampoco sabían que había un túnel.

En este centro penitenciario se corroboró la presencia del autogobierno, es decir, que los grupos con poder económico –en complicidad con las autoridades- toman el control de la cárcel.

La ocasión en la que el personal de la CNDH logró acceder al penal –octubre del 2011- encontró que había 15 custodios para una población de 737, es decir, cada custodio tenía que vigilar 50 reos.

Las diversas irregularidades como la presencia de autogobierno, venta clandestina, hacinamiento, entre otras se hicieron del conocimiento de las autoridades, sobre todo porque el Penal –desde que fue construido- tenía como objetivo albergar a reos en la etapa final de reintegración social, no para concentrar a peligrosos delincuentes.

A pesar de que ya tenían el permiso para ingresar, las autoridades penitenciarias, específicamente los custodios, advirtieron que no garantizaban la seguridad, pues los reos tenían el control.

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