La inflación agarra vuelo

Precios: huevo y algo más
EPN: "mayor y prioritario"

Carlos Fernández-Vega / México SA


El avance inflacionario ha rebasado con creces la meta que en esta materia se fijó el gobierno federal para el presente año. En agosto pasado, el índice nacional de precios al consumidor reportó el mayor incremento (para un mismo mes) desde 2008, y la tasa anualizada llegó a 4.57 por ciento, la más alta desde abril de 2009, cuando la crisis del "catarrito" hacia estragos en la economía mexicana. Y como ya es costumbre, la inflación relativa a los productos que integran la canasta básica duplicó la reconocida en el índice general.

El Inegi divulgó su más reciente informe mensual sobre la inflación, correspondiente al octavo mes del presente año, en el que resume que el índice nacional de precios al consumidor (INPC) registró un incremento de 0.30 por ciento en agosto respecto del mes inmediato anterior, dando como resultado una tasa anual de inflación de 4.57 por ciento. En el mismo periodo de 2011 el comportamiento mensual fue de 0.16 por ciento y el anual de 3.42 por ciento. Por lo que respecta a los componentes del índice de precios no subyacente, el subíndice de precios de los productos agropecuarios fue mayor en 0.59 por ciento en relación con julio pasado. Destaca en este grupo el avance de 1.8 por ciento en los productos pecuarios, originados principalmente por el alza en el precio del huevo y de la disminución de (1.29 por ciento) en frutas y verduras; mientras que el subíndice de precios de los energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno presentó un incremento mensual de 0.53 por ciento, donde resalta el grupo de energéticos con una variación de 0.79 por ciento. El índice de precios de la canasta básica de consumo aumentó 0.60 por ciento, situando su tasa de crecimiento anual en 6.46 por ciento (en agosto de 2011 las cifras correspondientes fueron de 0.34 y 3.56 por ciento, respectivamente).

Obvio es que mayor inflación es igual a menor poder adquisitivo, renglón éste en el que la mayoría de los mexicanos reportan avanzado raquitismo, por mucho que alegres cuenta cuentos de Los Pinos divulguen que desde hace seis años los habitantes de este país ingresaron al paraíso. Durante agosto pasado, ¿cuáles fueron los productos con los más sonados incrementos en sus precios y que impactaron decididamente en el índice general?: el huevo y la gasolina de bajo octanaje, es decir, uno de los principales alimentos en la dieta de la población y el combustible de mayor consumo en el país, respectivamente, o si se prefiere los precios en los que "no se permitirá aumentos", para el primero de los casos, y que no generan inflación, para el segundo, según –desde luego– el discurso gubernamental, el mismo que asegura que no existe escalada de precios en los alimentos.

Los ojos están puestos en el comportamiento diario del precio del huevo, y la mayoría de la información sobre los alimentos gira en torno a este producto. Como lo publicó La Jornada (Susana González), "en 23 de 42 centrales de abasto y mercados mayoristas de 30 entidades del país todavía se vende huevo al menudeo, pero su precio rebasó el 100 por ciento de incremento durante el último bimestre, indican los monitoreos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía. A principios de junio, antes del brote de la influenza aviar en granjas de dos municipios de Jalisco, el alimento se vendía al consumidor final a 14.80 pesos por kilo en promedio, pero para la primera semana de septiembre alcanzó 30 pesos a nivel nacional. Durante julio, cumplido un mes de la contingencia, el huevo subió siete pesos en promedio en dichos establecimientos donde se surten locatarios de mercados populares y dueños de misceláneas y tiendas de abarrotes, pero en agosto el alza fue de más de 10 pesos en promedio". Y para la primera semana de septiembre, tal precio se mantiene por las nubes, con ganas de ir más allá.

Lamentablemente, el problema no se limita al huevo. La información del citado SNIIM documenta aumentos en prácticamente todos los alimentos, y de ello da cuenta con los siguientes ejemplos (todos los precios son de agosto pasado): en pescados marinos, el 58 por ciento de los productos registraron alza en comparación con julio (aleta de raya, jurel, sierra del golfo, trucha o corvina, sierra del pacífico, cazón sin cabeza, lebrancha, pargo huachinango, tiburón marrajo sin cabeza, pierna o conejo, rubia o biajaiba, cintilla, cojinuda, bandera y tiburón sin cabeza). El promedio de incremento fue de 4 por ciento. Además, los pescados de agua dulce: el 57 por ciento de los productos registraron alza (jolote, tilapia chica, carpa y lobina negra); el promedio fue de 3 por ciento.

Por lo que toca a los crustáceos, el SIINM precisa que de este grupo el 69 por ciento de los productos incrementaron su precio respecto del mes inmediato anterior (acamaya cruda, camarón macuil, camarón mediano sin cabeza, camarón chico con cabeza, camarón grande sin cabeza, langostino entero, jaiba entera, camarón pacotilla y camarón chico sin cabeza). Uno por ciento en promedio. Y para la carne de pollo, el reporte es que en agosto el precio de la pechuga se incrementó 6 por ciento; el de la carne de cerdo avanzó entre uno y 6 por ciento, y el de las carnes frías de consumo popular entre 2 y 13 por ciento.

A lo anterior hay que añadir tres elementos fundamentales: que alrededor de la mitad de lo mucho o poco que los mexicanos sirven en sus mesas viene del exterior, donde los precios de los alimentos reportan un constante incremento, sin visos de estabilización; que el supuesto aumento salarial autorizado para 2012 (alrededor de 4 por ciento) quedó nulificado desde principios de año, con los aumentos registrados en el primer bimestre, sin considerar el rezago histórico que en este renglón se registra: y que alrededor de 60 por ciento de los mexicanos con ocupación obtiene, cuando mucho, hasta tres salarios mínimos. Así, inflación creciente en alimentos, pérdida acelerada del poder adquisitivo y menor ingreso no parece ser la mejor fórmula "para vivir mejor", como prometió el que hoy anda muy contento en Vladivostok.

Las rebanadas del pastel

Sexto al hilo: Enrique Peña Nieto ya dijo que cuando se instale en Los Pinos su compromiso "mayor y prioritario" será el combate a la pobreza; es decir, lo mismo que prometieron sus cinco antecesores en la residencia oficial, y a estas alturas el inventario de mexicanos en tan precaria condición se aproxima a 60 millones, y contando. Choro no mata pobreza.

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