Exxon, codicia e imperio


John Saxe-Fernández 

Ante el Consejo de Relaciones Exteriores, el cabildo de cabildos del alto capital (financiarizado), vinculado a los Rockefeller y a la planeación bélico-imperial, Rex Tillerson, director ejecutivo de Exxon/Mobil, con la mira en el petróleo y gas de esquisto (shale), habló de la vasta riqueza mexicana y se pronunció por reformas que les permita tajada en la renta petrolera, reservada a la nación por la Constitución. Financial Times, por su lado, recordó que Peña Nieto (EPN) calificó de ideologías caducas todo freno a esa codicia. Con una legitimidad tan cuestionada ¿mentirá al jurar respetar y defender una Carta Magna cuyo artículo 27 constitucionalizó el derecho del pueblo a desarrollar y disfrutar sus recursos naturales, una piedra en el zapato imperial desde 1917, combatido desde entonces y formalmente rechazado por Estados Unidos ante la UNCTAD en los años 1960?

Hay gran prisa de Exxon, Chevron et al, por asumir el control y usufructo de los hidrocarburos, desde el megayacimiento de Vaca Muerta en Neuquén, al sur de Argentina (tercera reserva mundial de gas y petróleo shale, después de Estados Unidos y China) a las ricas formaciones geológicas en el norte de México. Así se deja ver en el mandato de la Casa Rosada de proceder a toda costa en Neuquén –con Chevron– y en la orden de EPN a la diputación del PRI para que den prioridad a reformas que abran el gas de esquisto a la IP, nacional y/o extranjera. La Agencia Internacional de Energía, que lleva de la mano a Pemex según intereses y planificación de las petroleras de Estados Unidos, espera (su economista Fatih Biro dixit) que México produzca 40 billones de metros cúbicos de gas para 2035. Se usaría el fracking, es decir, perforación horizontal y alta presión hidráulica sobre la roca porosa, con enorme cantidad de agua, arenas y compuestos químicos tóxicos, metales pesados, sustancias radiactivas, pólvora, etcétera.
Hasta hace poco Exxon negaba la existencia del calentamiento global. Con Tillerson, más sensato que su antecesor ante la evidencia científica de lo antropogénico del fenómeno, la firma reconoció lo insostenible de esa postura. Ahora propone que para seguir con el negocio –y la emisión de gases con efecto invernadero (GEI), se use geo-ingeniería para mitigar una irreversible y catastrófica dislocación del termostato global. Además, sin sustento científico, el cabildo petrolero y la Casa Blanca consideran al gas de esquisto una panacea para la transición energética, aunque el fracking se asocie a fugas de metano, un GEI mucho más potente que el CO2. ¿Es por eso que la Cámara de Comercio de Esados Unidos recomienda adaptarse a un clima más cálido(sic)?

El apremio de las petroleras en Argentina y en México por explotar gas y petróleo de esquisto es por lo fabuloso del negocio, en medio del pico petrolero. La ofensiva de Exxon/Móbil, Conoco/Phillips, Chevron/Texaco, etcétera, en pos de los recursos de las Américas, incluidas las arenas bituminosas de Canadá y yacimientos en aguas profundas de Brasil, fue anunciada por el New York Times (20/9/11) que calificó de nueva Arabia Saudita a esa vasta región. Un estudio de Citigroup de 2012 informa a sus inversionistas/especuladores que Arabia Saudita, la principal reserva y exportadora de crudo del mundo !pasará a la categoría de importadora neta en 2030! Con una producción de 11 millones de barriles diarios (mbd) hoy exporta 7 millones de barriles diarios y consume todo el gas que produce. Su capacidad ociosa, como la de otros productores del golfo Pérsico, es incierta. Se aumenta la probabilidad de un mega shock petrolero, por lo que, como dicen en Goldman Sachs, señores: ¡hagan sus apuestas!

Mientras el 1 por ciento juega con el clima, se mantienen asimetrías en las emisiones de CO2. En 2010 los 6 mil 980 millones de humanos emitían 4.74 toneladas de CO2 per cápita (t/CO2/capita). Las cifras para las Américas son reveladoras: Estados Unidos derrocha 19.65 (id); Canadá 17.55 frente a México con 3.98 y Brasil, 2.43. Aunque es posible un buen nivel de vida con menos despilfarro (Francia, 6.20; Alemania, 10.13; Japón 10.24), para seguir con el festín fósil, se explotan las rocas de esquisto y Estados Unidos implanta (México, Colombia) o impulsa (Argentina, Brasil, etcétera) diseños militares de guerra irregular para el control de la población ante un esquema extractivista incapaz de generar empleo y bienestar.

Para sacar el jugo de las rocas de mil pozos a ser fracturados en Vaca Muerta en 2013, dice Diego Urretabizkaya, se utilizarían 30 mil millones de litros de agua y 424 millones de kilos de químicos tóxicos, que ponen en riesgo a la población neuquina (Argenpress 5/9/12). Según la AIE en el norte de México se perforarían 60 mil pozos en pocas décadas. Aunque son formaciones geológicas distintas, es posible estimar las astronómicas cifras de millones de metros cúbicos de roca quebrada y de miles de millones de litros de agua y de kilos de tóxicos: enfrentamos gran destrucción humana y la demolición de la vasta franja norte del suelo patrio.

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