Edmar Ariel Lezama
Justo por estos días, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) se abre y se cierra por sus alumnos, a diferencia de su campus "Del Valle", el cual está tomado aún sin permitir acceso a casi nadie.
El origen del paro en dicha Universidad parece poco claro, aunque la llegada de Ester Orozco a la Rectoría de esa casa de estudios no causó más que enojo entre algunos de sus estudiantes, por lo que podríamos considerarlo como un posible punto de partida.
Durante la gestión de Orozco Orozco, los comentarios de la Rectora no han recibido una buena acogida entre alguna minoría del estudiantado a pesar de ser verdades absolutas; un número menor a los cien graduados con Título en mano a lo largo de su historia, una lista de espera como único requisito de entrada a Licenciaturas y Maestrías, mala formación académica y varios miles de pesos consumidos por la UACM sin dar resultados tangibles a la capital del país son un lastre que hasta hoy los huelguistas no quieren reconocer.
A pesar que la UACM es un colegio público y como tal, deben buscarse objetivos sociales que rindan frutos a las clases marginadas de otras escuelas e institutos de no pago, su modelo de trabajo parece no estar llegando a buen puerto, ya que al momento sus estudiantes no están siendo vinculados a ninguna esfera laboral o a otros colegios para continuar con estudios de Posgrado. De acuerdo al padrón del Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACyT), no existe ningún alumno de la UACM inscrito en algún programa de Posgrado en la UNAM, IPN, UAM, Colegio de México o CIDE. En el ámbito de investigación no ha terminado por cuajar ninguna línea de estudio; una Universidad que no es capaz de generar conocimiento para transmitirlo a sus alumnos y la sociedad no puede ser considerada como tal.
Los males son muchos y las posibles soluciones no están a la vista en el corto plazo, sumado el factor político del Distrito Federal, ya que en países como el nuestro, la educación de calidad a nivel estatal o municipal es baja, debido a la renuencia de erogar recursos que la transformen en un verdadero bien social. La ciudad de México no es la excepción, aunque se escude en sus dos mal logrados proyectos de Bachillerato y Universidad.
El nuevo proyecto de Marcelo Ebrard rumbo a 2018 será financiado en buena parte de partidas que salgan de la ciudad de México, por lo que los recortes en asuntos improductivos serán la principal fuente de ingresos para una futura campaña Presidencial.
La izquierda históricamente se muestra cercana a temas de carácter social, por lo que resultaría una falla de estrategia decretar el fin de la UACM, pero el gobierno perredista sabe que no es necesario que el desenlace venga de parte de ellos, ya que el ambiente que se vive en el plantel "Del Valle", es el escenario perfecto para cancelar presupuestos poco a poco.
En primer lugar, CONACyT retirará los apoyos al sistema de Posgrados, ya que la mayoría de ellos se encuentran en el plantel citado en el párrafo anterior, por lo que es imposible que se beque a estudiantes que no pueden formular proyectos de investigación. Una Universidad sin un sistema fuerte de Posgrados está condenada a la desaparición.
El siguiente paso después de los estímulos Federales, será el castigo local, ya que la Asamblea Legislativa podrá reducir de forma significativa el presupuesto con el pretexto de que resulta en inviable el financiamiento a una institución que no labora.
La UACM tendrá que remar contra la corriente, pues la experiencia que vivió la UNAM a finales de la década de los noventa, marcó a la sociedad, pues la percepción hoy día es contra los paros en centros educativos. Los habitantes de la ciudad de México no tolerarán que se financie a un instituto de mala calidad y que además permanezca cerrado por una minoría.
Los estudiantes que tomaron a la UACM no han entendido que están siendo utilizados para llevar a la Universidad al cierre definitivo; los medios de protesta no son los adecuados y se asemejan más a los vistos por corrientes radicales del siglo pasado, que por un grupo de jóvenes que se educa y trata de acercarse a la ciencia. El hecho de que el campus "Cuatepec" fuera reabierto por los estudiantes, muestra la nueva composición social, alejada de esas formas de lucha, la cual no es comprendida por los paristas hoy día.
La picaresca política mexicana da como experiencia que los golpes bajos vienen de izquierda, centro o derecha. Es probable que la novela que mejor explique lo anterior sea "Las horas violentas" de Luis Spota, ya que en ella se narra la historia de un infiltrado a una huelga fabril para desestabilizar a los trabajadores y llevarlos a mal puerto.
Quizá valga la pena que ese grupo de estudiantes de la UACM se acerque a esa obra y se dé cuenta que la posibilidad de infiltrados por parte del gobierno de la ciudad de México sea alta, pues a final de cuentas, hoy la UACM es una carga económica, pero que nadie se atreve a liquidar por asuntos de prestigio ideológico.
Por último, los argumentos que se dan sobre una posible "bancarización" de la UACM son absurdos y no hacen más que mostrar ignorancia de sus estudiantes. La palabra "bancarización" tiene su origen en la corriente del pensamiento basada en la escuela bancaria del siglo XVIII, el cual tuvo su auge en Francia e Inglaterra, y para nada está vinculada a una idea de enajenación estudiantil que se encarga de formar mano de obra para el capitalismo, aunque a decir verdad, ¿en qué sistema de producción vivimos? Tengo entendido que en uno capitalista, o al menos hasta hoy así es.
Justo por estos días, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) se abre y se cierra por sus alumnos, a diferencia de su campus "Del Valle", el cual está tomado aún sin permitir acceso a casi nadie.
El origen del paro en dicha Universidad parece poco claro, aunque la llegada de Ester Orozco a la Rectoría de esa casa de estudios no causó más que enojo entre algunos de sus estudiantes, por lo que podríamos considerarlo como un posible punto de partida.
Durante la gestión de Orozco Orozco, los comentarios de la Rectora no han recibido una buena acogida entre alguna minoría del estudiantado a pesar de ser verdades absolutas; un número menor a los cien graduados con Título en mano a lo largo de su historia, una lista de espera como único requisito de entrada a Licenciaturas y Maestrías, mala formación académica y varios miles de pesos consumidos por la UACM sin dar resultados tangibles a la capital del país son un lastre que hasta hoy los huelguistas no quieren reconocer.
A pesar que la UACM es un colegio público y como tal, deben buscarse objetivos sociales que rindan frutos a las clases marginadas de otras escuelas e institutos de no pago, su modelo de trabajo parece no estar llegando a buen puerto, ya que al momento sus estudiantes no están siendo vinculados a ninguna esfera laboral o a otros colegios para continuar con estudios de Posgrado. De acuerdo al padrón del Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACyT), no existe ningún alumno de la UACM inscrito en algún programa de Posgrado en la UNAM, IPN, UAM, Colegio de México o CIDE. En el ámbito de investigación no ha terminado por cuajar ninguna línea de estudio; una Universidad que no es capaz de generar conocimiento para transmitirlo a sus alumnos y la sociedad no puede ser considerada como tal.
Los males son muchos y las posibles soluciones no están a la vista en el corto plazo, sumado el factor político del Distrito Federal, ya que en países como el nuestro, la educación de calidad a nivel estatal o municipal es baja, debido a la renuencia de erogar recursos que la transformen en un verdadero bien social. La ciudad de México no es la excepción, aunque se escude en sus dos mal logrados proyectos de Bachillerato y Universidad.
El nuevo proyecto de Marcelo Ebrard rumbo a 2018 será financiado en buena parte de partidas que salgan de la ciudad de México, por lo que los recortes en asuntos improductivos serán la principal fuente de ingresos para una futura campaña Presidencial.
La izquierda históricamente se muestra cercana a temas de carácter social, por lo que resultaría una falla de estrategia decretar el fin de la UACM, pero el gobierno perredista sabe que no es necesario que el desenlace venga de parte de ellos, ya que el ambiente que se vive en el plantel "Del Valle", es el escenario perfecto para cancelar presupuestos poco a poco.
En primer lugar, CONACyT retirará los apoyos al sistema de Posgrados, ya que la mayoría de ellos se encuentran en el plantel citado en el párrafo anterior, por lo que es imposible que se beque a estudiantes que no pueden formular proyectos de investigación. Una Universidad sin un sistema fuerte de Posgrados está condenada a la desaparición.
El siguiente paso después de los estímulos Federales, será el castigo local, ya que la Asamblea Legislativa podrá reducir de forma significativa el presupuesto con el pretexto de que resulta en inviable el financiamiento a una institución que no labora.
La UACM tendrá que remar contra la corriente, pues la experiencia que vivió la UNAM a finales de la década de los noventa, marcó a la sociedad, pues la percepción hoy día es contra los paros en centros educativos. Los habitantes de la ciudad de México no tolerarán que se financie a un instituto de mala calidad y que además permanezca cerrado por una minoría.
Los estudiantes que tomaron a la UACM no han entendido que están siendo utilizados para llevar a la Universidad al cierre definitivo; los medios de protesta no son los adecuados y se asemejan más a los vistos por corrientes radicales del siglo pasado, que por un grupo de jóvenes que se educa y trata de acercarse a la ciencia. El hecho de que el campus "Cuatepec" fuera reabierto por los estudiantes, muestra la nueva composición social, alejada de esas formas de lucha, la cual no es comprendida por los paristas hoy día.
La picaresca política mexicana da como experiencia que los golpes bajos vienen de izquierda, centro o derecha. Es probable que la novela que mejor explique lo anterior sea "Las horas violentas" de Luis Spota, ya que en ella se narra la historia de un infiltrado a una huelga fabril para desestabilizar a los trabajadores y llevarlos a mal puerto.
Quizá valga la pena que ese grupo de estudiantes de la UACM se acerque a esa obra y se dé cuenta que la posibilidad de infiltrados por parte del gobierno de la ciudad de México sea alta, pues a final de cuentas, hoy la UACM es una carga económica, pero que nadie se atreve a liquidar por asuntos de prestigio ideológico.
Por último, los argumentos que se dan sobre una posible "bancarización" de la UACM son absurdos y no hacen más que mostrar ignorancia de sus estudiantes. La palabra "bancarización" tiene su origen en la corriente del pensamiento basada en la escuela bancaria del siglo XVIII, el cual tuvo su auge en Francia e Inglaterra, y para nada está vinculada a una idea de enajenación estudiantil que se encarga de formar mano de obra para el capitalismo, aunque a decir verdad, ¿en qué sistema de producción vivimos? Tengo entendido que en uno capitalista, o al menos hasta hoy así es.
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