Roberto Garduño y Enrique Méndez / La Jornada
Aun cuando la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados aceptó distribuir hoy un documento con las observaciones de los grupos parlamentarios a la iniciativa de reforma laboral presentada por el Ejecutivo, PRI y PAN están decididos a aprobar el proyecto de dictamen sin cambios. En la perspectiva del tricolor, la reforma le daría al gobierno de Enrique Peña Nieto condiciones para atraer inversión al país.
En el primer día de discusión del proyecto de dictamen, el PRI y sus dirigentes obreros defendieron la permanencia de las condiciones de elección en los sindicatos y en el manejo de las cuotas de los trabajadores, temas cuestionados por diputados panistas, perredistas, petistas y de Movimiento Ciudadano.
Las conquistas no son concesiones. Tal parece que en México hay un problema sindical de mucha gravedad. Pero hoy México tiene tranquilidad social y laboral gracias a los sindicatos, acotó el presidente del consejo de vigilancia del sindicato petrolero, Ricardo Aldana (PRI).
Salvaguardamos derechos de los trabajadores, señala Beltrones
El coordinador del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, explicó que la supuesta democratización de los sindicatos, planteada por Felipe Calderón en su iniciativa, ya está garantizada en las obligaciones pactadas en los contratos sindicales. El PRI está cuidando los derechos de los trabajadores, salvaguardando el derecho constitucional que ellos tienen; en la parte constitucional están también los tratados internacionales que protegen el derecho al trabajo y la vida sindical autónoma, detalló.
Beltrones afirmó en entrevista que se logrará una reforma laboral que combinará el respeto a los derechos de los trabajadores –sobre todo al de huelga y a la libertad para afiliarse a un gremio– con la certeza jurídica para todos los inversionistas.
Flexibilidad laboral para la contratación y modernidad para todos en beneficio del empleo. Hemos culminado un ejercicio que parecía no difícil, sino imposible, en el cual tenemos grandes coincidencias de que es una reforma que beneficia a México, declaró el sonorense.
A lo largo del día, la mayoría de PRI y PAN no lograron someter a votación el proyecto de dictamen circulado desde el lunes, y ante las críticas del PRD de que la comisión se saltó pasos del proceso parlamentario y se dejaron fuera sus propuestas, la comisión asumió que se trataba de un documento de trabajo.
El presidente de la comisión, Carlos Aceves del Olmo (PRI), aceptó que este miércoles, al continuar la discusión, se integraran algunas propuestas de la oposición, pero delimitó que la reforma no está atorada en nada. Al contrario, ¡está viva! Yo estoy puesto para que ya salga.
El objetivo del PRI es que el dictamen sea votado a más tardar el jueves, día en que el pleno se declarará en sesión permanente en espera del texto, y su cálculo es que el debate consuma al menos 36 horas. Sin embargo, para evitar que el derecho al pataleo de los diputados de PRD, PT y Movimiento Ciudadano se dé en el pleno, se abrió un espacio para las críticas. De esta manera, ayer Aceves del Olmo facilitó 55 intervenciones de diputados durante siete horas.
Silvano Blanco Deaquino (PRD) afirmó que si Peña Nieto no ha calculado el costo político de esta contrarreforma y decide que se apruebe en estos términos, la historia lo juzgará. Calderón ya se va y los panistas deben pensar que cargarán en sus hombros la irresponsabilidad de un presidente que nunca se quitará los miles de muertos.
Martí Batres (PRD), secretario de la comisión, sostuvo que con el proyecto se termina la farsa publicitaria de Calderón sobre la transparencia sindical y sale a la luz la verdadera cara de terror que pretende su iniciativa. Porque, insistió, hay una negociación de las peores entre PRI y PAN: el PAN introduce la fragmentación del salario y el PRI mantiene intacto el viejo corporativismo sindical.
Resaltó que se dejaron de lado propuestas de avanzada, como la definición del salario mínimo por parte de la Cámara, y “se ratifica la nula estabilidad en el empleo, se facilita la imposición de bajos salarios, se anulan la seguridad social, la jubilación, se facilitan despidos arbitrarios… es una regresión a condiciones jurídicas previas al siglo XX. Es una aberración, una traición a la historia y a los trabajadores”.
Adolfo Orive (PT) dijo que si bien es satisfactoria la inclusión de candados a la subcontratación, se mantiene la discrecionalidad del gobierno en la toma de nota a los sindicatos. Ejemplificó: Lo que se ha hecho con el sindicato minero es un atropello a su autonomía.
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