Martha Anaya
La plenaria de los senadores priistas en Chihuahua transcurría entre las conferencias de Agustín Carstens y Bernardo Sepúlveda. Pero la comidilla -y vaya que la saborearon- era la fiesta de cumpleaños del presidente Felipe Calderón. ¡No salían del asombro!
Reían, primero, por lo que algunos compañeros les contaban sobre lo que vivieron el sábado pasado al llegar a Los Pinos. Según decían, cada vez que tuvieron que pararse en la residencia oficial durante este sexenio, los revisaban de pies a cabeza, tenían que pasaron filtro tras otro y no eran tratados precisamente como invitados de primera por los cancerberos del jefe del Ejecutivo.
Pero he aquí que esta vez la historia fue muy diferente para los tricolores. Con la Presidencia de la República prácticamente en el bolsillo, los miembros del Estado Mayor Presidencial ya no les impusieron ninguna restricción. Los vieron aparecer y sin más les dijeron: “Pasen, pasen…”.
Las carcajadas rubricaban la historia.
Luego quedaron boquiabiertos al oír que Calderón había contado hasta cuántos kilos pesó al nacer (cuatro kilos 300 gramos). Y no se diga ante lo que pasó luego. Lo narraban así: Mencionó que Margarita (su esposa) era lo mejor que le había pasado en la vida. Aplausos. Que tenía a los mejores hijos. Aplausos.
Pero cuando Calderón mencionó que había tenido a los mejores colaboradores, Diego Fernández de Cevallos descaradamente alargó el brazo y giró la mano de un lado al otro, a manera de decir que eran más bien regularzones.
¡Cómo!, soltaban entre risas y asombro quienes escuchaban la narración.
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A CARSTENS LE FUE DE MARAVILLA.- Inició la plenaria. Asisten 51 de los 52 senadores electos del PRI (Teófilo Torres Corzo es el ausente. Su madre murió la noche anterior. Emilio Gamboa pide un minuto de silencio al iniciar la plenaria ayer por la mañana). Se entremezclan los rostros de Romero Deschamps, Joel Ayala, Patricio Martínez, Manuel Cavazos, con los de David Penchyna, Ismael Hernández, Diva Gastelum, Lisbeth Hernández, Eviel Pérez Magaña.
Frente a su primer invitado, Agustín Carstens, quedan encantados. Una docena e preguntas le plantearon, especialmente sobre las dificultades del entorno internacional. Y el Gobernador del Banco de México respondería una a una puntualmente, durante más de horas y media. A decir del ex gobernador queretano Enrique Burgos, dio muestras de ser un hombre “de buena fe y bien informado”.
Quedaron convencidos que podrían trabajar muy bien con él. Y a decir del propio Carstens, él “palpó” a su vez un buen ánimo en los senadores y quedó convencido de que serán respetuosos de la autonomía del Banco de México.
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SEPÚLVEDA Y LOS CORRESPONSALES EXTRANJEROS.- En el turno, el ex canciller Bernardo Sepúlveda. Hace un reseña de cómo México se debilitó en el ámbito internacional. Invita a los senadores del tricolor a rescatar el prestigio de nuestro país en el exterior, a hacer presencia en los organismos internacionales. Buscar, por ejemplo, ser miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero entre algunos senadores electos del PRI revolotean otras inquietudes, más mundanas, por llamarles de alguna manera. Desde las “catacumbas” donde nos encontramos los periodistas, alcanzamos a escuchar la voz de una de las nuevas integrantes de la legislatura que coordina Emilio Gamboa que pregunta: ¿Cómo debe ser el trato con los corresponsales extranjeros?
Sepúlveda responde: “Un trato de primera línea, no preferencial, pero sí de rápida respuesta porque son los que generan los primeros impactos noticiosos”.
La senadora vuelve a pregunta: ¿Pero por qué les tenemos que dar tanto? Don Bernardo reiteró: “Le repito, porque ellos están en la primera línea”. Y cuando una vez más insistió la senadora en el por qué. Sepúlveda, con toda diplomacia, le volvió a contestar lo mismo y la interfecta mejor calló.
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TRES VERDES QUIEREN PLUMAS TRICOLORES.- Humberto Mayans, María Elena Barrera e Itzel Sarahí Ríos, quienes ganaron un escaño vía el PVEM pero que son priistas de hueso colorado, tendrán que esperar a que se instale la legislatura para poder pasarse con sus cachivaches a PRI.
Según se sabe, las negociaciones entre Gamboa y el Niño Verde sobre esa situación andan tensas porque el PVEM no quiere soltar a los tres, pide que al menos le dejen a uno. Por lo pronto, será cosa de ver si los tres implicados asisten hoy a la plenaria del Verde, porque a la de los senadores priistas no llegaron.
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GEMAS: Obsequio del senador electo David Penchyna. “Esos cuates nomás aventaron todas a ver cuál pegaba… Nosotros, a diferencia de lo que ha pasado, sí le damos orden y ritmo a las cosas”.
La plenaria de los senadores priistas en Chihuahua transcurría entre las conferencias de Agustín Carstens y Bernardo Sepúlveda. Pero la comidilla -y vaya que la saborearon- era la fiesta de cumpleaños del presidente Felipe Calderón. ¡No salían del asombro!
Reían, primero, por lo que algunos compañeros les contaban sobre lo que vivieron el sábado pasado al llegar a Los Pinos. Según decían, cada vez que tuvieron que pararse en la residencia oficial durante este sexenio, los revisaban de pies a cabeza, tenían que pasaron filtro tras otro y no eran tratados precisamente como invitados de primera por los cancerberos del jefe del Ejecutivo.
Pero he aquí que esta vez la historia fue muy diferente para los tricolores. Con la Presidencia de la República prácticamente en el bolsillo, los miembros del Estado Mayor Presidencial ya no les impusieron ninguna restricción. Los vieron aparecer y sin más les dijeron: “Pasen, pasen…”.
Las carcajadas rubricaban la historia.
Luego quedaron boquiabiertos al oír que Calderón había contado hasta cuántos kilos pesó al nacer (cuatro kilos 300 gramos). Y no se diga ante lo que pasó luego. Lo narraban así: Mencionó que Margarita (su esposa) era lo mejor que le había pasado en la vida. Aplausos. Que tenía a los mejores hijos. Aplausos.
Pero cuando Calderón mencionó que había tenido a los mejores colaboradores, Diego Fernández de Cevallos descaradamente alargó el brazo y giró la mano de un lado al otro, a manera de decir que eran más bien regularzones.
¡Cómo!, soltaban entre risas y asombro quienes escuchaban la narración.
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A CARSTENS LE FUE DE MARAVILLA.- Inició la plenaria. Asisten 51 de los 52 senadores electos del PRI (Teófilo Torres Corzo es el ausente. Su madre murió la noche anterior. Emilio Gamboa pide un minuto de silencio al iniciar la plenaria ayer por la mañana). Se entremezclan los rostros de Romero Deschamps, Joel Ayala, Patricio Martínez, Manuel Cavazos, con los de David Penchyna, Ismael Hernández, Diva Gastelum, Lisbeth Hernández, Eviel Pérez Magaña.
Frente a su primer invitado, Agustín Carstens, quedan encantados. Una docena e preguntas le plantearon, especialmente sobre las dificultades del entorno internacional. Y el Gobernador del Banco de México respondería una a una puntualmente, durante más de horas y media. A decir del ex gobernador queretano Enrique Burgos, dio muestras de ser un hombre “de buena fe y bien informado”.
Quedaron convencidos que podrían trabajar muy bien con él. Y a decir del propio Carstens, él “palpó” a su vez un buen ánimo en los senadores y quedó convencido de que serán respetuosos de la autonomía del Banco de México.
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SEPÚLVEDA Y LOS CORRESPONSALES EXTRANJEROS.- En el turno, el ex canciller Bernardo Sepúlveda. Hace un reseña de cómo México se debilitó en el ámbito internacional. Invita a los senadores del tricolor a rescatar el prestigio de nuestro país en el exterior, a hacer presencia en los organismos internacionales. Buscar, por ejemplo, ser miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero entre algunos senadores electos del PRI revolotean otras inquietudes, más mundanas, por llamarles de alguna manera. Desde las “catacumbas” donde nos encontramos los periodistas, alcanzamos a escuchar la voz de una de las nuevas integrantes de la legislatura que coordina Emilio Gamboa que pregunta: ¿Cómo debe ser el trato con los corresponsales extranjeros?
Sepúlveda responde: “Un trato de primera línea, no preferencial, pero sí de rápida respuesta porque son los que generan los primeros impactos noticiosos”.
La senadora vuelve a pregunta: ¿Pero por qué les tenemos que dar tanto? Don Bernardo reiteró: “Le repito, porque ellos están en la primera línea”. Y cuando una vez más insistió la senadora en el por qué. Sepúlveda, con toda diplomacia, le volvió a contestar lo mismo y la interfecta mejor calló.
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TRES VERDES QUIEREN PLUMAS TRICOLORES.- Humberto Mayans, María Elena Barrera e Itzel Sarahí Ríos, quienes ganaron un escaño vía el PVEM pero que son priistas de hueso colorado, tendrán que esperar a que se instale la legislatura para poder pasarse con sus cachivaches a PRI.
Según se sabe, las negociaciones entre Gamboa y el Niño Verde sobre esa situación andan tensas porque el PVEM no quiere soltar a los tres, pide que al menos le dejen a uno. Por lo pronto, será cosa de ver si los tres implicados asisten hoy a la plenaria del Verde, porque a la de los senadores priistas no llegaron.
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GEMAS: Obsequio del senador electo David Penchyna. “Esos cuates nomás aventaron todas a ver cuál pegaba… Nosotros, a diferencia de lo que ha pasado, sí le damos orden y ritmo a las cosas”.
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