Francisco Rodriguez / Índice Político
Anote usted la fecha: 25 de junio de 2011. Ese lunes se selló el acuerdo entre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a través de sus representantes Alejandro Poiré y Luis Videgaray, respectivamente. Paso franco a Los Pinos para el primero, a cambio de inmunidad para quien ahora ocupa la residencia presidencial.
Y aunque en un principio se pensó en una reunión a la que asistieran Calderón y Peña, la prudencia se impuso y el contacto final se llevó a cabo con la sola asistencia de quien es ocupante del palacete de los Covián y el todopoderoso coordinador de la campaña presidencial priísta, aunque por ahí se menciona que, para hacer contrapeso a Videgaray y apoyar a Poiré, al encuentro también habría asistido la vocera Alejandra Sota.
Paso franco a Los Pinos para Enrique Peña, sí, lo que desde ese momento implicó la traición de Calderón a su propio partido que, contra la voluntad del michoacano, había postulado para el mismo cargo a Josefina Vázquez Mota.
Y todo para que a la Presidencia de la República no llegara Andrés Manuel López Obrador, quien para esas fechas perfilaba ya un enorme crecimiento en las preferencias electorales –remember la encuesta de Reforma, a finales de mayo, donde el diario regiomontano colocaba a AMLO a sólo cuatro puntos de distancia del puntero Peña Nieto--, por lo que incluso movieron a Vicente Fox a pedir el voto útil para el mexiquense.
Todo, también, para garantizarle a Calderón que en el próximo sexenio no será tocado ni por una sola foja de investigación criminal dentro del país, a consecuencia de las decenas de miles de muertos que ha provocado su estúpida –sin inteligencia-- guerra en contra de la delincuencia organizada y, por supuesto, que se le apoyará para que no prospere la denuncia que por tales crímenes de guerra dos decenas y media de miles de mexicanos le han radicado ante la Corte Penal Internacional que mantiene su sede en La Haya.
No estorbar y sí apoyar, con todo, a Enrique Peña Nieto.
Y “con todo” implica, por supuesto, el que la fallida Administración ralentice cualquiera de los trámites que las autoridades electorales y las jurisdiccionales del mismo ramo soliciten a dependencias tales como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Fepade de la Procuraría General de la República, el propio SAT, etc., en el entonces supuesto caso –ahora confirmado--, de que el candidato presidencial de las izquierdas se inconformara con los resultados electorales por la más que notoria inequidad que se vivió durante el proceso comicial.
“Con todo”, por supuesto, también implica que la inmunidad a Calderón se convierta en impunidad.
¿Esa inmunidad o impunidad alcanza a los colaboradores directos del ocupante de Los Pinos?, pregunté a quien me confirmó la reunión en la que se pactó el apoyo mutuo Calderón-Peña.
“Todo indica que no es tan amplio. Que debe haber chivos expiatorios”, fue la respuesta que, palabas más o menos, recibí.
“Más concretamente –repregunté--, ¿está contemplado Genaro García Luna en ese acuerdo Calderón-Peña?
Y la respuesta fue:
“Eso habría que preguntárselo a Miguel Ángel Osorio Chong. Es a él a quien le encomendaron establecer contacto directo con García Luna.”
El 25 de junio, seis días antes de la elección, se decidió quien debería ganar la dizque justa democrática. Injusta, más bien.
Peña Nieto, sólo para evitar que a la Presidencia de la República llegara López Obrador.
Con dicho pacto, Felipe Calderón traicionó al PAN.
A ese mismo PAN que ahora busca, desesperado, controlar transexenalmente.
Anote, pues, la fecha.
El pacto se firmó el lunes 25 de junio.
Y no, hasta ahora Calderón no lo ha roto, como sí lo hizo con aquel que firmaran los entonces dirigentes nacionales del PRI y del PAN, teniendo a quien a la sazón era secretario de Gobernación como testigo, para evitar que una alianza panista con el PRD estorbara el camino de Peña Nieto hacia Los Pinos… que ahora sí se alienta.
Índice Flamígero: La página terra.com.mx atribuyó a Felipe Calderón el haber “salado” a los deportistas mexicanos que el domingo participaron en justas olímpicas y carreras de autos. Fue alrededor de las 8:00 horas que apareció el siguiente twit en la cuenta @FelipeCalderon: "Buena suerte a todos los deportistas mexicanos hoy, comenzando por @SChecoPerez".
El aludido, el piloto de Sauber Sergio Pérez, compitió esa mañana en el gran Premio de Hungría y no logró mejorar su posición, pues inició y terminó en el lugar 14”. Y luego, uno a uno, detalla las derrotas de los participantes en la XXX Olimpiada ese domingo fatal. + + + A esta fallida Administración Pública Federal ya sólo le restan 122 días de mal fario… y traiciones.
Anote usted la fecha: 25 de junio de 2011. Ese lunes se selló el acuerdo entre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a través de sus representantes Alejandro Poiré y Luis Videgaray, respectivamente. Paso franco a Los Pinos para el primero, a cambio de inmunidad para quien ahora ocupa la residencia presidencial.
Y aunque en un principio se pensó en una reunión a la que asistieran Calderón y Peña, la prudencia se impuso y el contacto final se llevó a cabo con la sola asistencia de quien es ocupante del palacete de los Covián y el todopoderoso coordinador de la campaña presidencial priísta, aunque por ahí se menciona que, para hacer contrapeso a Videgaray y apoyar a Poiré, al encuentro también habría asistido la vocera Alejandra Sota.
Paso franco a Los Pinos para Enrique Peña, sí, lo que desde ese momento implicó la traición de Calderón a su propio partido que, contra la voluntad del michoacano, había postulado para el mismo cargo a Josefina Vázquez Mota.
Y todo para que a la Presidencia de la República no llegara Andrés Manuel López Obrador, quien para esas fechas perfilaba ya un enorme crecimiento en las preferencias electorales –remember la encuesta de Reforma, a finales de mayo, donde el diario regiomontano colocaba a AMLO a sólo cuatro puntos de distancia del puntero Peña Nieto--, por lo que incluso movieron a Vicente Fox a pedir el voto útil para el mexiquense.
Todo, también, para garantizarle a Calderón que en el próximo sexenio no será tocado ni por una sola foja de investigación criminal dentro del país, a consecuencia de las decenas de miles de muertos que ha provocado su estúpida –sin inteligencia-- guerra en contra de la delincuencia organizada y, por supuesto, que se le apoyará para que no prospere la denuncia que por tales crímenes de guerra dos decenas y media de miles de mexicanos le han radicado ante la Corte Penal Internacional que mantiene su sede en La Haya.
No estorbar y sí apoyar, con todo, a Enrique Peña Nieto.
Y “con todo” implica, por supuesto, el que la fallida Administración ralentice cualquiera de los trámites que las autoridades electorales y las jurisdiccionales del mismo ramo soliciten a dependencias tales como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Fepade de la Procuraría General de la República, el propio SAT, etc., en el entonces supuesto caso –ahora confirmado--, de que el candidato presidencial de las izquierdas se inconformara con los resultados electorales por la más que notoria inequidad que se vivió durante el proceso comicial.
“Con todo”, por supuesto, también implica que la inmunidad a Calderón se convierta en impunidad.
¿Esa inmunidad o impunidad alcanza a los colaboradores directos del ocupante de Los Pinos?, pregunté a quien me confirmó la reunión en la que se pactó el apoyo mutuo Calderón-Peña.
“Todo indica que no es tan amplio. Que debe haber chivos expiatorios”, fue la respuesta que, palabas más o menos, recibí.
“Más concretamente –repregunté--, ¿está contemplado Genaro García Luna en ese acuerdo Calderón-Peña?
Y la respuesta fue:
“Eso habría que preguntárselo a Miguel Ángel Osorio Chong. Es a él a quien le encomendaron establecer contacto directo con García Luna.”
El 25 de junio, seis días antes de la elección, se decidió quien debería ganar la dizque justa democrática. Injusta, más bien.
Peña Nieto, sólo para evitar que a la Presidencia de la República llegara López Obrador.
Con dicho pacto, Felipe Calderón traicionó al PAN.
A ese mismo PAN que ahora busca, desesperado, controlar transexenalmente.
Anote, pues, la fecha.
El pacto se firmó el lunes 25 de junio.
Y no, hasta ahora Calderón no lo ha roto, como sí lo hizo con aquel que firmaran los entonces dirigentes nacionales del PRI y del PAN, teniendo a quien a la sazón era secretario de Gobernación como testigo, para evitar que una alianza panista con el PRD estorbara el camino de Peña Nieto hacia Los Pinos… que ahora sí se alienta.
Índice Flamígero: La página terra.com.mx atribuyó a Felipe Calderón el haber “salado” a los deportistas mexicanos que el domingo participaron en justas olímpicas y carreras de autos. Fue alrededor de las 8:00 horas que apareció el siguiente twit en la cuenta @FelipeCalderon: "Buena suerte a todos los deportistas mexicanos hoy, comenzando por @SChecoPerez".
El aludido, el piloto de Sauber Sergio Pérez, compitió esa mañana en el gran Premio de Hungría y no logró mejorar su posición, pues inició y terminó en el lugar 14”. Y luego, uno a uno, detalla las derrotas de los participantes en la XXX Olimpiada ese domingo fatal. + + + A esta fallida Administración Pública Federal ya sólo le restan 122 días de mal fario… y traiciones.
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