Apro
Con un mitin frente a la embajada de Ecuador, miembros de la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos –una organización no gubernamental ecuatoriana– repudiaron el nombramiento del general colombiano Oscar Naranjo Trujillo como asesor de seguridad de Enrique Peña Nieto.
Según la agrupación civil, Naranjo Trujillo fue responsable de graves violaciones a los derechos humanos en Colombia y “uno de los artífices de la ilegal e injusta persecución política de Lucía Morett”.
Morett Alvarez, universitaria mexicana, fue la única sobreviviente de la matanza desatada en Sucumbíos, en la frontera entre Ecuador y Colombia, donde el Ejército bombardeó un campamento de la guerrilla de las FARC, el 1 de marzo de 2008, con saldo de 25 muertos.
En el campamento rebelde, cinco estudiantes mexicanos se encontraban en calidad de visitantes: Verónica Velázquez, Fernando Franco, Juan González de Castillo, Soren Avilés y Morett.
Este miércoles, los activistas consideraron “una ofensa y agresión que se pretenda traer a México a un personaje vinculado al narcotráfico y grupos paramilitares de Colombia, responsable de miles de asesinatos, desapariciones e innumerables crímenes de lesa humanidad”.
En la protesta, denunciaron que en México “se quieren implementar las mismas políticas de seguridad que en Colombia. Rechazamos la violencia y muerte que se pretende traer a nuestro país adoptando el modelo colombiano de la violencia de Estado como ejemplo a seguir”.
Con un mitin frente a la embajada de Ecuador, miembros de la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos –una organización no gubernamental ecuatoriana– repudiaron el nombramiento del general colombiano Oscar Naranjo Trujillo como asesor de seguridad de Enrique Peña Nieto.
Según la agrupación civil, Naranjo Trujillo fue responsable de graves violaciones a los derechos humanos en Colombia y “uno de los artífices de la ilegal e injusta persecución política de Lucía Morett”.
Morett Alvarez, universitaria mexicana, fue la única sobreviviente de la matanza desatada en Sucumbíos, en la frontera entre Ecuador y Colombia, donde el Ejército bombardeó un campamento de la guerrilla de las FARC, el 1 de marzo de 2008, con saldo de 25 muertos.
En el campamento rebelde, cinco estudiantes mexicanos se encontraban en calidad de visitantes: Verónica Velázquez, Fernando Franco, Juan González de Castillo, Soren Avilés y Morett.
Este miércoles, los activistas consideraron “una ofensa y agresión que se pretenda traer a México a un personaje vinculado al narcotráfico y grupos paramilitares de Colombia, responsable de miles de asesinatos, desapariciones e innumerables crímenes de lesa humanidad”.
En la protesta, denunciaron que en México “se quieren implementar las mismas políticas de seguridad que en Colombia. Rechazamos la violencia y muerte que se pretende traer a nuestro país adoptando el modelo colombiano de la violencia de Estado como ejemplo a seguir”.
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