Salvador García Soto
Los partidos políticos eran anoche un hervidero. La definición de las coordinaciones parlamentarias de senadores y diputados para la próxima legislatura enfrentaba no sólo egos y vanidades, también a grupos políticos, tribus y alas partidistas que exhiben alianzas y enfrentamientos en las principales fuerzas políticas del país.
En el PRI, el partido que menos pugnas internas registraba, las decisiones que se oficializan este miércoles parecen tomadas a favor de Manlio Fabio Beltrones como jefe de la bancada de diputados, mientras que en el Senado se perfila Emilio Gamboa Patrón, aunque aún se mencionaba anoche que Peña Nieto podría optar por Cristina Díaz.
El caso de Manlio Fabio está más que avalado por Peña y se definió en el encuentro que sostuvieron hace 20 días. Pero el entendimiento entre ambos se selló desde la noche del 20 de noviembre de 2011, en un restaurante japonés de Reforma y Constituyentes, donde Beltrones le anunció a Peña que no pediría una contienda interna y apoyaría su candidatura de unidad. En ese encuentro dicen, no hubo pactos ni negociación de posiciones o arreglos, pero sí hubo una petición de Manlio que el virtual ganador de la elección presidencial registró: “Mi carrera parlamentaria va por sí sola y esa no está en ningún acuerdo”.
En el escenario de un PRI sin mayoría absoluta en el Congreso, Peña Nieto necesita operadores y negociadores probados y es en ese escenario que la dupla Beltrones-Gamboa tiene un valor para el impulso de reformas ya sea con el PAN o con las bancadas de izquierda. El colmillo político y la experiencia de esos dos personajes iría por encima de cualquier otra consideración.
El PAN aparece en estos momentos como el partido más convulsionado ante la selección de coordinadores parlamentarios. Cuando ya todo estaba dispuesto para que en la plenaria que hoy arrancó en Querétaro el CEN panista definiera a Ernesto Cordero, calderonista puro, como coordinador de los senadores, y a Luis Alberto Villarreal (cercano a Madero) como jefe de la bancada de diputados, vino una maniobra maquiavélica de Gustavo Madero que sacudió al panismo.
Utilizando su facultad estatutaria, Madero pospuso la elección de coordinadores hasta el fin de semana, en otro revés al presidente Calderón. Al retrasar la decisión, Madero condiciona a los calderonistas a que, con su mayoría de consejeros en la Asamblea Nacional del sábado, no intenten un golpe contra su dirigencia. Después del sábado, si los calderonistas no se pasan de la raya en la Asamblea, Madero liberará los nombramientos; caso contrario, si hay un ataque del grupo de Calderón hacia él, podría tirarles a Cordero en el Senado.
En el PRD la situación no es menos candente. Anoche en el Senado se hablaba de tres bloques en conflicto por la coordinación: de un lado Los Chuchos, que son mayoría en la fracción, intentaban impulsar a Miguel Barbosa, pero su falta de liderazgo lo hace débil. Marcelo Ebrard impulsa a Manuel Camacho y a Mario Delgado, aunque de los dos Camacho presionaba fuerte a los senadores en busca de apoyo y, dicen algunos, comprometía a cambio apoyos hasta económicos. Como tercera en discordia se apuntaba Alejandra Barrales sin grupo pero presentándose como “opción de conciliación” entre las tribus.
NOTAS INDISCRETAS… Los perredistas del DF aún no se reponen de lo que llaman “la traición de Bejarano en Cuajimalpa”. El perverso profesor apoyó en las elecciones pasadas al candidato del PRI, Adrián Ruvalcaba, viejo cuadro bejaranista, y le dio la espalda a Luis Rosendo, ex tesorero de Ebrard. Con esa jugada Bejarano buscó convertirse en interlocutor con el PRI del DF vía Miguel Osorio Chong, y para ello se aseguró de que al ebrardista Rosendo le dieran palo en el Tribunal Electoral donde el magistrado Alejandro Delint, afín a Bejarano, rechazó la impugnación de Rosendo al declarar “falsa” la rúbrica del representante perredista ante el IEDF. Así que aun perdiendo el PRD, Bejarano gana y ahora venderá caro su amor a los priistas en Cuajimalpa… Los dados mandan Escalera doble para la gran Chavela Vargas. “Y en el último trago nos vamos…”.
Los partidos políticos eran anoche un hervidero. La definición de las coordinaciones parlamentarias de senadores y diputados para la próxima legislatura enfrentaba no sólo egos y vanidades, también a grupos políticos, tribus y alas partidistas que exhiben alianzas y enfrentamientos en las principales fuerzas políticas del país.
En el PRI, el partido que menos pugnas internas registraba, las decisiones que se oficializan este miércoles parecen tomadas a favor de Manlio Fabio Beltrones como jefe de la bancada de diputados, mientras que en el Senado se perfila Emilio Gamboa Patrón, aunque aún se mencionaba anoche que Peña Nieto podría optar por Cristina Díaz.
El caso de Manlio Fabio está más que avalado por Peña y se definió en el encuentro que sostuvieron hace 20 días. Pero el entendimiento entre ambos se selló desde la noche del 20 de noviembre de 2011, en un restaurante japonés de Reforma y Constituyentes, donde Beltrones le anunció a Peña que no pediría una contienda interna y apoyaría su candidatura de unidad. En ese encuentro dicen, no hubo pactos ni negociación de posiciones o arreglos, pero sí hubo una petición de Manlio que el virtual ganador de la elección presidencial registró: “Mi carrera parlamentaria va por sí sola y esa no está en ningún acuerdo”.
En el escenario de un PRI sin mayoría absoluta en el Congreso, Peña Nieto necesita operadores y negociadores probados y es en ese escenario que la dupla Beltrones-Gamboa tiene un valor para el impulso de reformas ya sea con el PAN o con las bancadas de izquierda. El colmillo político y la experiencia de esos dos personajes iría por encima de cualquier otra consideración.
El PAN aparece en estos momentos como el partido más convulsionado ante la selección de coordinadores parlamentarios. Cuando ya todo estaba dispuesto para que en la plenaria que hoy arrancó en Querétaro el CEN panista definiera a Ernesto Cordero, calderonista puro, como coordinador de los senadores, y a Luis Alberto Villarreal (cercano a Madero) como jefe de la bancada de diputados, vino una maniobra maquiavélica de Gustavo Madero que sacudió al panismo.
Utilizando su facultad estatutaria, Madero pospuso la elección de coordinadores hasta el fin de semana, en otro revés al presidente Calderón. Al retrasar la decisión, Madero condiciona a los calderonistas a que, con su mayoría de consejeros en la Asamblea Nacional del sábado, no intenten un golpe contra su dirigencia. Después del sábado, si los calderonistas no se pasan de la raya en la Asamblea, Madero liberará los nombramientos; caso contrario, si hay un ataque del grupo de Calderón hacia él, podría tirarles a Cordero en el Senado.
En el PRD la situación no es menos candente. Anoche en el Senado se hablaba de tres bloques en conflicto por la coordinación: de un lado Los Chuchos, que son mayoría en la fracción, intentaban impulsar a Miguel Barbosa, pero su falta de liderazgo lo hace débil. Marcelo Ebrard impulsa a Manuel Camacho y a Mario Delgado, aunque de los dos Camacho presionaba fuerte a los senadores en busca de apoyo y, dicen algunos, comprometía a cambio apoyos hasta económicos. Como tercera en discordia se apuntaba Alejandra Barrales sin grupo pero presentándose como “opción de conciliación” entre las tribus.
NOTAS INDISCRETAS… Los perredistas del DF aún no se reponen de lo que llaman “la traición de Bejarano en Cuajimalpa”. El perverso profesor apoyó en las elecciones pasadas al candidato del PRI, Adrián Ruvalcaba, viejo cuadro bejaranista, y le dio la espalda a Luis Rosendo, ex tesorero de Ebrard. Con esa jugada Bejarano buscó convertirse en interlocutor con el PRI del DF vía Miguel Osorio Chong, y para ello se aseguró de que al ebrardista Rosendo le dieran palo en el Tribunal Electoral donde el magistrado Alejandro Delint, afín a Bejarano, rechazó la impugnación de Rosendo al declarar “falsa” la rúbrica del representante perredista ante el IEDF. Así que aun perdiendo el PRD, Bejarano gana y ahora venderá caro su amor a los priistas en Cuajimalpa… Los dados mandan Escalera doble para la gran Chavela Vargas. “Y en el último trago nos vamos…”.
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