Ferrari-Altamirano: chefs
Ebrard: cursos de natación
Carlos Fernández-Vega / México SA
Desde el oráculo oficial se garantizó –así lo afirmaron– que el vertiginoso aumento en el precio del huevo no afectaría el resultado de la inflación, por tratarse de un asunto coyuntural. Pero más allá del discurso, la realidad hizo su chamba y el mayor impacto en el índice inflacionario lo tuvo (¡sorpresa!) la carrera alcista en el precio de dicho producto, y ese registro sólo corresponde a la primera mitad de agosto, cuando (también según la versión oficial) se logró su abaratamiento. Falta por conocer el impacto de tal situación durante la segunda quincena del mes, a lo largo de la cual tal precio avanzó más de 100 por ciento.
Y lo anterior no lo informó un enemigo de México (léase del régimen), sino el mismísimo Inegi, el cual en su reporte detalla que el impacto inflacionario del precio del huevo fue más de dos veces superior al provocado por el gasolinazo del mes o al incremento –también mensual– en el precio del gas LP para uso doméstico. En síntesis, la inflación registrada en los primeros 15 días de agosto de 2012 resultó la mayor en dos años para un mismo periodo, y el citado instituto lo atribuye, en mayor medida, al vertiginoso crecimiento en el precio del huevo.
Pero no hay de qué preocuparse, porque el secretario de Economía y la Profeco encontraron la solución: decidieron cambiar de giro, y en lugar de dedicarse a garantizar el abasto y defender al consumidor, ahora dedican su tiempo y esfuerzo a elaborar sabrosas recetas de la variada cuan rica cocina nacional para evitar la ingesta de blanquillo. Por ejemplo, el chef Bernardo Altamirano (hace no mucho procurador Federal del Consumidor) anunció que “a partir del próximo lunes comenzará a funcionar el micro sitio ‘Tú eliges bien comer’, que ofrecerá opciones de menú para remplazar las proteínas de dos huevos por comida. Será una herramienta de educación, capacitación y divulgación para crear una cultura de consumo alimentario para contrarrestar el alza productos que dañan la economía del consumidor. Se darán diversas opciones con productos accesibles de temporada y una canasta inteligente, así como una lista de menús para preparar en casa”.
¡Qué rico!, pero los chefs Ferrari y Altamirano deberán apresurarse, porque, independientemente de que el precio del huevo aumenta de forma espectacular (ayer a 68 pesos por kilogramo en Monterrey y a 45 pesos en otras zonas de la República) y que ello está siendo pretexto para que los precios de otros alimentos tomen la misma ruta, de acuerdo con la estadística de la Unión Nacional de Avicultores México es el principal consumidor per cápita de huevo en el mundo. Esa misma numeralia precisa que 44 por ciento de la producción de blanquillo es acaparada por nueve empresas (los nombres brillan por su ausencia, aunque una de ellas es Bachoco, de la familia Bours, es decir, la del ex gobernador sonorense, Eduardo, que tras la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo declaró dormir como un bebé), y el 56 por ciento restante se la reparten alrededor de 180 productores adicionales en todo el país.
De acuerdo con la versión oficial, serían esas empresas (especialmente las nueve grandes concentradoras) las que, por la vía de la especulación, han promovido la escasez de huevo y el aumento artificial de su precio, aunque la autoridad (así le llaman) no les ha tocado un pelo. Para combatir tales prácticas, desde junio pasado la Secretaría de Economía anunció la importación de 211 mil toneladas de blanquillo, pero hasta la fecha sólo 400 de ellas habrían llegado al país, es decir, 0.19 por ciento de las prometidas para contrarrestar el embate empresarial, y mientras arriba el resto, si es que algún día sucede, la recomendación es dejar de consumir ese producto y entrarle a las sabrosas recetas de los chefs Ferrari y Altamirano. Como bien dijo una sabia consumidora en entrevista para la telera: si seguimos así, con este aumento de precios terminaremos por comernos unos a otros.
Por lo que toca a su informe, el Inegi reseña que el índice nacional de precios al consumidor (INPC) en la primera quincena de agosto presentó un crecimiento de 0.14 por ciento respecto a la inmediata anterior, dato que se compara con el de 0.09 por ciento registrado en la misma quincena de 2011. El índice de precios subyacente aumentó 0.16 por ciento, nivel superior al 0.09 por ciento de igual periodo de 2011, y el índice de precios no subyacente mostró un alza de 0.07 por ciento, cifra que se equipara con la de 0.08 por ciento en la primera quincena de agosto de 2011. Al interior del índice de precios subyacente, el subíndice de precios de las mercancías se incrementó 0.28 por ciento y el subíndice de precios de los servicios 0.05 por ciento. Con tales alzas, la inflación general trepó a 4.45 por ciento (totalmente fuera de la meta prevista para el año); la de alimentos, bebidas y tabaco, a 6.75 por ciento; la de productos pecuarios, a 12.37 por ciento (casi tres veces más que la general), y la de energéticos (gasolinas, diesel, gas) a 8.33 por ciento. En una sola quincena, la primera de agosto, el precio del huevo se incrementó casi en la misma proporción que el índice general en un año.
Para conocer cómo el Inegi mide la inflación, va la siguiente cápsula: para el cálculo se cotizan los precios en 46 ciudades en las 32 entidades federativas; se recaban en promedio 117 mil 500 precios quincenalmente, agrupados en 283 conceptos de consumo genéricos, que abarcan 48 ramas de actividad económica. La recolección de precios de los alimentos se realiza por lo menos dos veces durante la quincena que se trate y las demás se obtienen por lo menos una vez en el propio periodo. Dichas cotizaciones dan lugar a índices de precios relativos, los cuales, ponderados, generan los índices nacionales correspondientes a los distintos conceptos de consumo familiar. La canasta de bienes y servicios considera el total del gasto en consumo de los hogares urbanos y la estructura de ponderación se obtuvo de los gastos reportados en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2008.La base de referencia del cálculo del INPC es la segunda quincena de diciembre de 2010.
Las rebanadas del pastel
Y en el contexto de las soluciones prácticas ofrecidas por los autodenominados gobernantes, lo único que falta es que Marcelo Ebrard anuncie cursos de natación, buceo y clavados para los usuarios del Periférico y demás áreas encharcadas.
Ebrard: cursos de natación
Carlos Fernández-Vega / México SA
Desde el oráculo oficial se garantizó –así lo afirmaron– que el vertiginoso aumento en el precio del huevo no afectaría el resultado de la inflación, por tratarse de un asunto coyuntural. Pero más allá del discurso, la realidad hizo su chamba y el mayor impacto en el índice inflacionario lo tuvo (¡sorpresa!) la carrera alcista en el precio de dicho producto, y ese registro sólo corresponde a la primera mitad de agosto, cuando (también según la versión oficial) se logró su abaratamiento. Falta por conocer el impacto de tal situación durante la segunda quincena del mes, a lo largo de la cual tal precio avanzó más de 100 por ciento.
Y lo anterior no lo informó un enemigo de México (léase del régimen), sino el mismísimo Inegi, el cual en su reporte detalla que el impacto inflacionario del precio del huevo fue más de dos veces superior al provocado por el gasolinazo del mes o al incremento –también mensual– en el precio del gas LP para uso doméstico. En síntesis, la inflación registrada en los primeros 15 días de agosto de 2012 resultó la mayor en dos años para un mismo periodo, y el citado instituto lo atribuye, en mayor medida, al vertiginoso crecimiento en el precio del huevo.
Pero no hay de qué preocuparse, porque el secretario de Economía y la Profeco encontraron la solución: decidieron cambiar de giro, y en lugar de dedicarse a garantizar el abasto y defender al consumidor, ahora dedican su tiempo y esfuerzo a elaborar sabrosas recetas de la variada cuan rica cocina nacional para evitar la ingesta de blanquillo. Por ejemplo, el chef Bernardo Altamirano (hace no mucho procurador Federal del Consumidor) anunció que “a partir del próximo lunes comenzará a funcionar el micro sitio ‘Tú eliges bien comer’, que ofrecerá opciones de menú para remplazar las proteínas de dos huevos por comida. Será una herramienta de educación, capacitación y divulgación para crear una cultura de consumo alimentario para contrarrestar el alza productos que dañan la economía del consumidor. Se darán diversas opciones con productos accesibles de temporada y una canasta inteligente, así como una lista de menús para preparar en casa”.
¡Qué rico!, pero los chefs Ferrari y Altamirano deberán apresurarse, porque, independientemente de que el precio del huevo aumenta de forma espectacular (ayer a 68 pesos por kilogramo en Monterrey y a 45 pesos en otras zonas de la República) y que ello está siendo pretexto para que los precios de otros alimentos tomen la misma ruta, de acuerdo con la estadística de la Unión Nacional de Avicultores México es el principal consumidor per cápita de huevo en el mundo. Esa misma numeralia precisa que 44 por ciento de la producción de blanquillo es acaparada por nueve empresas (los nombres brillan por su ausencia, aunque una de ellas es Bachoco, de la familia Bours, es decir, la del ex gobernador sonorense, Eduardo, que tras la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo declaró dormir como un bebé), y el 56 por ciento restante se la reparten alrededor de 180 productores adicionales en todo el país.
De acuerdo con la versión oficial, serían esas empresas (especialmente las nueve grandes concentradoras) las que, por la vía de la especulación, han promovido la escasez de huevo y el aumento artificial de su precio, aunque la autoridad (así le llaman) no les ha tocado un pelo. Para combatir tales prácticas, desde junio pasado la Secretaría de Economía anunció la importación de 211 mil toneladas de blanquillo, pero hasta la fecha sólo 400 de ellas habrían llegado al país, es decir, 0.19 por ciento de las prometidas para contrarrestar el embate empresarial, y mientras arriba el resto, si es que algún día sucede, la recomendación es dejar de consumir ese producto y entrarle a las sabrosas recetas de los chefs Ferrari y Altamirano. Como bien dijo una sabia consumidora en entrevista para la telera: si seguimos así, con este aumento de precios terminaremos por comernos unos a otros.
Por lo que toca a su informe, el Inegi reseña que el índice nacional de precios al consumidor (INPC) en la primera quincena de agosto presentó un crecimiento de 0.14 por ciento respecto a la inmediata anterior, dato que se compara con el de 0.09 por ciento registrado en la misma quincena de 2011. El índice de precios subyacente aumentó 0.16 por ciento, nivel superior al 0.09 por ciento de igual periodo de 2011, y el índice de precios no subyacente mostró un alza de 0.07 por ciento, cifra que se equipara con la de 0.08 por ciento en la primera quincena de agosto de 2011. Al interior del índice de precios subyacente, el subíndice de precios de las mercancías se incrementó 0.28 por ciento y el subíndice de precios de los servicios 0.05 por ciento. Con tales alzas, la inflación general trepó a 4.45 por ciento (totalmente fuera de la meta prevista para el año); la de alimentos, bebidas y tabaco, a 6.75 por ciento; la de productos pecuarios, a 12.37 por ciento (casi tres veces más que la general), y la de energéticos (gasolinas, diesel, gas) a 8.33 por ciento. En una sola quincena, la primera de agosto, el precio del huevo se incrementó casi en la misma proporción que el índice general en un año.
Para conocer cómo el Inegi mide la inflación, va la siguiente cápsula: para el cálculo se cotizan los precios en 46 ciudades en las 32 entidades federativas; se recaban en promedio 117 mil 500 precios quincenalmente, agrupados en 283 conceptos de consumo genéricos, que abarcan 48 ramas de actividad económica. La recolección de precios de los alimentos se realiza por lo menos dos veces durante la quincena que se trate y las demás se obtienen por lo menos una vez en el propio periodo. Dichas cotizaciones dan lugar a índices de precios relativos, los cuales, ponderados, generan los índices nacionales correspondientes a los distintos conceptos de consumo familiar. La canasta de bienes y servicios considera el total del gasto en consumo de los hogares urbanos y la estructura de ponderación se obtuvo de los gastos reportados en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2008.La base de referencia del cálculo del INPC es la segunda quincena de diciembre de 2010.
Las rebanadas del pastel
Y en el contexto de las soluciones prácticas ofrecidas por los autodenominados gobernantes, lo único que falta es que Marcelo Ebrard anuncie cursos de natación, buceo y clavados para los usuarios del Periférico y demás áreas encharcadas.
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