El PRI de Villanueva y Peña Nieto

Jorge Carrasco Araizaga

Mario Villanueva Madrid, exgobernador del PRI en Quintana Roo, se declaró culpable en Estados Unidos de lavado de dinero. Mala noticia para Enrique Peña Nieto, cuyo triunfo aún pendiente de validarse, ya quedó manchado por los alegatos sobre supuestas operaciones de blanqueo de capitales.

A fines de los años noventa, Villanueva Madrid marcó la decadencia del viejo régimen priista, tocado por el narcotráfico y cómplice del desarrollo de la delincuencia organizada en el país.

Mario Villanueva gobernó de 1993 a 1999, pero no alcanzó a entregar el poder a su sucesor, el también priista Joaquín Hendricks, porque huyó semanas antes, acusado de colaborar para el grupo de narcotráfico más fuerte de entonces, el cártel de Juárez, de Amado Carrillo, El señor de los cielos.

Quien lo perseguía no era sólo el gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo, que de esa manera abonaba a la campaña adelantada de Vicente Fox.

Su principal perseguidor fue el exbanquero Roberto Hernández, uno de los exdueños de Banamex y uno de los financiadores de Fox, su viejo compañero en la Universidad Iberoamericana.

Villanueva y Hernández se acusaban mutuamente de apoyar al narcotráfico. De las oficinas gubernamentales de Quintana Roo salían las versiones sobre los supuestos cargamentos de droga que eran “bombardeados” en áreas cercanas a las propiedades del entonces banquero.

La vocera de Villanueva, por cierto era Gina Domínguez, quien ahora cumple la misma función con el gobernador de Veracruz, también del PRI, Javier Duarte de Ochoa.

Duarte mismo ya tiene su propia historia con recursos bajo sospecha, como los 25 millones de pesos asegurados por la Policía Federal (PF) en enero pasado, en el aeropuerto internacional de Toluca.

Aunque el dinero le fue devuelto al gobierno veracruzano, porque la PGR “verificó” que era para pagar al productor Willy Souza –ahora detenido por fraude–, el movimiento de millonarios recursos en efectivo hacia la tierra de Peña Nieto fue un adelanto de la pesadilla en que se convertiría el tema del lavado de dinero en la elección presidencial.

Amigos de Fox, recuérdese, también desarrolló un esquema de triangulación de recursos para financiar la campaña del guanajuatense.

Prófugo, Villanueva Madrid fue detenido en 2001, ya con Fox en la Presidencia, y fue procesado por narcotráfico, pero seis años después fue absuelto. Sin embargo, apenas dio unos pasos en libertad cuando fue nuevamente detenido, requerido por Estados Unidos, a donde fue extraditado en 2010, acusado de narcotráfico y lavado de dinero.

Liberado también allá del cargo de narcotráfico, este jueves 2 se declaró culpable de haber participado en una estructura de lavado de dinero en ese país, en momentos en que el candidato presidencial del PRI pasa por la misma penuria.

Aun cuando los recursos para financiar las tarjetas Monex y Soriana no provengan del narcotráfico, su origen desconocido e introducción al sistema financiero formal se ajustaría a un esquema de lavado de dinero.

La admisión de culpabilidad de Villanueva, que al más puro estilo negociador de la justicia estadunidense le podría significar una reducción de la condena, remueve el pasado delictivo del PRI que nunca se fue.

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