• El TRIFE Cuestionado
• Distancia con Andrés
Rafael Loret de Mola / Desafío
Como con el célebre Circo Romano, las Olimpíadas distraen, aunque no lo suficiente para que sigan los jalones de trenzas en la política nacional. ¡Caramba, la única buena noticia generada en México -la tranquilidad y mesura de la ciudadanía en la jornada electoral-, se fue al traste estrepitosamente. Y sólo hay un nombre a señalar; por mucho que pudiera tener razón, ¿es válido y legítimo colocar al país en una disyuntiva oscura, sobredimensionando las acciones turbias de los adversarios? Nunca entenderé porque los legisladores lópezobradorista, durante seis años desde 2006, jamás hicieron algo para poner candados a los viejos vicios conocidos y recurrentes como los carruseles de sufragios y la distribución de despensas supuestamente encaminadas a la compra de sufragios. Pero, ¿de verdad creemos que quienes hicieron uso de las tarjetas de débito fueron supervisados hasta que cruzaron e introdujeron sus boletas en las ánforas?
El caso es que la política y el ámbito nacional, de impotencia ante los violentos con jerarquía territorial, inhiben, desde hace no sé cuantas décadas, el ánimo y la confianza de los mexicanos. Por eso nos es tan difícil ganar una medalla olímpica y tener triunfadores en distintas especializades. Fíjense: apenas Telmex decidió financiar a los pilotos de nuestro país en las distintas categorías, comenzaron a desarrollarse y a subirse a los podios en distintas partes del mundo; y así ha sido siempre.
¿Recuerdan el triste caso del Coronel Humberto Mariles, ganador de dos medallas de oro y una más de bronce, precisamente en Londres, en los Juegos Olímpicos de 1948? Para lograrlo debió imponerse a una orden del entonces presidente Miguel Alemán Valdés quien, al visitar las cuadras de caballos de los mílites, preparados para la equitación, descubrió que la estrella, "Arete", no tenía el tipo de las espléndidas jacas de los ingleses.
--Se van a burlar de nosotros -concluyó-. Mejor que no vayan.
Pero Mariles tenía sus cómplices -sus propios compañeros de equipo quienes ganaron en conjunto las pruebas-, y se escapó con todo y animales. Alemán montó en cólera y ordenó que el equipo regresara de inmediato antes de los primeros eventos en donde debían lucirse antes de los Juegos. Y comenzaron a ganar sin someterse a la autoridad presidencial, como prófugos del gobierno en funciones. Llegada la Olimpíada, el criterio de la superioridad había cambiado y dejaron a los militares mexicanos participar. Una especie de asonada deportiva que culminó con la gloria de los jinetes. Pero jamás le perdonaron.
Años después, transcurridas las premiaciones y los honores -en México fue recibido como héroe-, Mariles sufrió un penoso accidente de tránsito, precisamente el 14 de agosto de 1964. Un sujeto irascible le ofendió de palabra y hecho mientras conducía su automóvil en la ciudad de México, en ruta hacia las instalaciones del diario La Afición. El jaloneo terminó cuando el Coronel disparó su arma accidentalmente -el sujeto, de apellidos Velásquez Méndez, se le abalanzó y fue así como se accionó la pistola-, siendo detenido el militar. Lo curioso del asunto es que el baleado sobrevivió y una semana después fue declarado libre de peligro. Pero ni así varió la "justicia". El juez, Celestino Porte Petit, quien años después sería maestro de este columnista en la Universidad Nacional, le sentenció a veinte años de prisión ¡por homicidio!, consumándose así el castigo que el ejército no pudo imponerle, en su momento, al gran campeón olímpico.
Pero no llegó hasta allí la persecución. En diciembre de 1972, meses después de haber dejado la prisión, le fue encomendada una misión en París; y apenas pisó suelo francés fue de nuevo aprehendido bajo acusaciones de que transportaba drogas. Agotada su voluntad por defenderse, Mariles se suicidó en su celda de París como un grito desesperado contra la opresión que no le había permitido disfrutar de una vida plena por causa de una indisciplina culminada con la gloria olímpica. Así se las da nuestro peculiar sistema... todavía.
(La vanidad no me permite eludir otro pequeño episodio, si bien grande para mí. Nacido en Parral, Mariles fundó una escuela de equitación en Chihuahua cuando mi padre dirigía El Heraldo de esa ciudad. Y tuve la oportunidad de ser, por unos meses, alumno suyo. El recuerdo es imborrable).
Cuando el deporte se mezcla con la política no hay medallas que valgan... aunque algunos viven del recuerdo efímero la vida entera y le sacan raja al oro de cada medalla que, en realidad, es plata recubierta con el dorado metal. Hasta en eso son miserables quienes ganan millonadas en el fútbol y las Olimpíadas y dejan a los atletas, los verdaderos protagonistas, con las migajas. Contra las mafias, hasta el momento, no hay antídoto. Por eso, claro, México se encuentra en la peor encrucijada de su historia aunque nos deleitemos, en familia, viendo los Juegos de Londres y, si se puede, con una cervecita en la mano. Al fin y al cabo, son un buen pretexto para dejar de oír a López Obrador y demás integrantes de la fauna política que nos ensordece.
Pero el caso es que estamos en el mismo punto, inertes, como nos calificaban antes bajo el modelo del indio agachado, con un tremendo sombrero cubriéndole la cabeza; entre dormilón, fatuo y desganado. Así nos siguen pintando ante la inutilidad de nuestras instituciones... y de las reacciones públicas a las posturas de la dirigencia. No es que debieran invalidar las elecciones; más bien todos los partidos participantes en la contienda, incluyendo al grotesco PANAL, debieran ser coaccionados con la pérdida de sus respectivos registros por las tantas acciones contrarias a la democracia. Todos pecaron; y todos deben cumplir la penitencia.
Si el PRI incurrió en la distribución de tarjetas de débito -que no necesariamente implica la seguridad de que los beneficiarios votaron por este partido-, las asociaciones civiles ligadas a López Obrador tienen estructura de modernas lavanderías; y el PAN, además, incurrió en el chantaje más infantil al promover montajes insostenibles como el de los 56 millones de dólares para la promoción de Peña en los Estados Unidos. Además, quien no haya gastado de más durante la campaña esto es rebasando el "tope" de 330 millones de pesos- que tire la primera piedra para el linchamiento público de sus adversarios. ¿Andrés Manuel?¿Tiene autoridad moral quien ni siquiera cuenta con RFC para firmar recibos por honorarios?¿Peña Nieto, quien maniató a la dirigencia del PRI soltándole las manos a sus colaboradores más cercanos?¿Josefina, la engañada, quien no tuvo pudor alguno al denunciar la presencia del narco en la campaña, salpicando a las mismas altas autoridades y correligionarios suyos? Por favor, seamos sensatos.
Menos mal que somos un país privilegiado y de los pocos, en el globo terráqueo, con acceso a la imagen de todas las competiciones olímpicas y mundiales; y también a los juegos de las grandes ligas del balompié. Por coberturas, desde luego, no paramos. Y más vale adentrarse en las hazañas atléticas para alejarnos de los sonsonetes que ya nos tienen hartos... a pesar de la reducción de los tiempos de campaña y lo apretado de las agendas de los postulantes. Ganamos hoy una medalla: la de resistencia. Gracias, Andrés.
Debate
¿Creemos en el IFE como un organismo autónomo? Desde su creación, durante el mandato nada menos de Carlos Salinas, ha sembrado dudas recurrentes en el conglomerado que no han podido subsanarse. Es verdad que Salinas -el rey de la mafia según López Obrador-, justificó la inversión por su desesperado intento de legitimarse. Pero no lo logró a pesar de que algunos comicios se "adecentaron" si bien otros -como los locales en Michoacán en 1991, fueron resueltos, en contra de la voluntad popular, con el claro propósito de descabezar a la izquierda y dejarla arruinada. Mientras tanto, se daba cuenta del interinato más largo de la historia: el del panista Carlos Medina Plascencia en Guanajuato para contrarrestar a los foxistas que entonces funcionaban igualito a cómo hoy lo hacen los incondicionales de López Obrador. Ni siquiera hay matices entre uno y otro.
Hoy, el IFE requiere bastante más que una sacudida. Sea como fuese, son dos las elecciones federales, bajo gobiernos panistas -no lo olvidemos-, que han entrado en la quiebra histórica pasando por esta institución. Hace seis años, Luis Carlos Ugalde, sudoroso, fue rebasado por los hechos y pareció como encerrado en una ratonera; hoy, Leonardo Valdés Zurita se muestra displicente, por decir lo menos, ante las acusaciones e impugnaciones formuladas por la izquierda, sobre todo, pero también por el PAN gobernante y por el PRI.
Dicho loo anterior cabe precisar un hecho incontrovertible: recuérdese que no es el PRI el partido gobernante sino el PAN. Lo acentuamos porque pareciera, por el tono de los discursos, que las oposiciones siguen siendo el PAN y el PRD...aunque quizá lo sean a partir de diciembre cuando se reviertan las cosas. Todo enfoque es contra el PRI por lo que los dirigentes de este partido comenzaron, hace unos días, a salir de las cuerdas y enfrentar a los enemigos políticos. No sé si para bien.
El hecho que el IFE debe cambiar y nadie se anima a dar cauce a la reforma política indispensable. Recuérdenlo: lo dijimos a tiempo aunque sea chocante recordarlo.
La Anécdota
Dicen quienes están en el círculo cercano a Andrés Manuel que, de nueva cuenta, los dirigentes de los tres partidos, sobre todo el perredista Jesús Zambrano, intenta desmarcarse aunque sin la pretensión de dejar solo al gran icono. Pero a la hora de que los ganadores de esta tendencia ocupen curules y escaños, López Obrador, aunque se resista, se irá quedando al margen con todo y cuanto pretenda hacer con su resistencia civil. Así ocurrió hace seis años.
Recuerdo al respecto, durante los plantones en el zócalo capitalino que abruptamente interrumpió su conversación conmigo y me dijo:
--Puedes irte un rato a comer... y échate un buen taco. Yo, de todas maneras estaré aquí, como si fuera un preso.
Pero cuando regresé más tarde se había ido al sureste.
NO HAY RAZÓN ALGUNA PARA QUE CREZCA LA CRISPACIÓN. QUIENES SE QUEJAN, ADUCIENDO RAZONES EVIDENTES, DEBIERAN PENSAR QUE LOS VICIOS DE HOY ERAN PREVISIBLES DESDE HACE MUCHO TIEMPO... Y NO HICIERON NADA PARA EVITARLOS.
• Distancia con Andrés
Rafael Loret de Mola / Desafío
Como con el célebre Circo Romano, las Olimpíadas distraen, aunque no lo suficiente para que sigan los jalones de trenzas en la política nacional. ¡Caramba, la única buena noticia generada en México -la tranquilidad y mesura de la ciudadanía en la jornada electoral-, se fue al traste estrepitosamente. Y sólo hay un nombre a señalar; por mucho que pudiera tener razón, ¿es válido y legítimo colocar al país en una disyuntiva oscura, sobredimensionando las acciones turbias de los adversarios? Nunca entenderé porque los legisladores lópezobradorista, durante seis años desde 2006, jamás hicieron algo para poner candados a los viejos vicios conocidos y recurrentes como los carruseles de sufragios y la distribución de despensas supuestamente encaminadas a la compra de sufragios. Pero, ¿de verdad creemos que quienes hicieron uso de las tarjetas de débito fueron supervisados hasta que cruzaron e introdujeron sus boletas en las ánforas?
El caso es que la política y el ámbito nacional, de impotencia ante los violentos con jerarquía territorial, inhiben, desde hace no sé cuantas décadas, el ánimo y la confianza de los mexicanos. Por eso nos es tan difícil ganar una medalla olímpica y tener triunfadores en distintas especializades. Fíjense: apenas Telmex decidió financiar a los pilotos de nuestro país en las distintas categorías, comenzaron a desarrollarse y a subirse a los podios en distintas partes del mundo; y así ha sido siempre.
¿Recuerdan el triste caso del Coronel Humberto Mariles, ganador de dos medallas de oro y una más de bronce, precisamente en Londres, en los Juegos Olímpicos de 1948? Para lograrlo debió imponerse a una orden del entonces presidente Miguel Alemán Valdés quien, al visitar las cuadras de caballos de los mílites, preparados para la equitación, descubrió que la estrella, "Arete", no tenía el tipo de las espléndidas jacas de los ingleses.
--Se van a burlar de nosotros -concluyó-. Mejor que no vayan.
Pero Mariles tenía sus cómplices -sus propios compañeros de equipo quienes ganaron en conjunto las pruebas-, y se escapó con todo y animales. Alemán montó en cólera y ordenó que el equipo regresara de inmediato antes de los primeros eventos en donde debían lucirse antes de los Juegos. Y comenzaron a ganar sin someterse a la autoridad presidencial, como prófugos del gobierno en funciones. Llegada la Olimpíada, el criterio de la superioridad había cambiado y dejaron a los militares mexicanos participar. Una especie de asonada deportiva que culminó con la gloria de los jinetes. Pero jamás le perdonaron.
Años después, transcurridas las premiaciones y los honores -en México fue recibido como héroe-, Mariles sufrió un penoso accidente de tránsito, precisamente el 14 de agosto de 1964. Un sujeto irascible le ofendió de palabra y hecho mientras conducía su automóvil en la ciudad de México, en ruta hacia las instalaciones del diario La Afición. El jaloneo terminó cuando el Coronel disparó su arma accidentalmente -el sujeto, de apellidos Velásquez Méndez, se le abalanzó y fue así como se accionó la pistola-, siendo detenido el militar. Lo curioso del asunto es que el baleado sobrevivió y una semana después fue declarado libre de peligro. Pero ni así varió la "justicia". El juez, Celestino Porte Petit, quien años después sería maestro de este columnista en la Universidad Nacional, le sentenció a veinte años de prisión ¡por homicidio!, consumándose así el castigo que el ejército no pudo imponerle, en su momento, al gran campeón olímpico.
Pero no llegó hasta allí la persecución. En diciembre de 1972, meses después de haber dejado la prisión, le fue encomendada una misión en París; y apenas pisó suelo francés fue de nuevo aprehendido bajo acusaciones de que transportaba drogas. Agotada su voluntad por defenderse, Mariles se suicidó en su celda de París como un grito desesperado contra la opresión que no le había permitido disfrutar de una vida plena por causa de una indisciplina culminada con la gloria olímpica. Así se las da nuestro peculiar sistema... todavía.
(La vanidad no me permite eludir otro pequeño episodio, si bien grande para mí. Nacido en Parral, Mariles fundó una escuela de equitación en Chihuahua cuando mi padre dirigía El Heraldo de esa ciudad. Y tuve la oportunidad de ser, por unos meses, alumno suyo. El recuerdo es imborrable).
Cuando el deporte se mezcla con la política no hay medallas que valgan... aunque algunos viven del recuerdo efímero la vida entera y le sacan raja al oro de cada medalla que, en realidad, es plata recubierta con el dorado metal. Hasta en eso son miserables quienes ganan millonadas en el fútbol y las Olimpíadas y dejan a los atletas, los verdaderos protagonistas, con las migajas. Contra las mafias, hasta el momento, no hay antídoto. Por eso, claro, México se encuentra en la peor encrucijada de su historia aunque nos deleitemos, en familia, viendo los Juegos de Londres y, si se puede, con una cervecita en la mano. Al fin y al cabo, son un buen pretexto para dejar de oír a López Obrador y demás integrantes de la fauna política que nos ensordece.
Pero el caso es que estamos en el mismo punto, inertes, como nos calificaban antes bajo el modelo del indio agachado, con un tremendo sombrero cubriéndole la cabeza; entre dormilón, fatuo y desganado. Así nos siguen pintando ante la inutilidad de nuestras instituciones... y de las reacciones públicas a las posturas de la dirigencia. No es que debieran invalidar las elecciones; más bien todos los partidos participantes en la contienda, incluyendo al grotesco PANAL, debieran ser coaccionados con la pérdida de sus respectivos registros por las tantas acciones contrarias a la democracia. Todos pecaron; y todos deben cumplir la penitencia.
Si el PRI incurrió en la distribución de tarjetas de débito -que no necesariamente implica la seguridad de que los beneficiarios votaron por este partido-, las asociaciones civiles ligadas a López Obrador tienen estructura de modernas lavanderías; y el PAN, además, incurrió en el chantaje más infantil al promover montajes insostenibles como el de los 56 millones de dólares para la promoción de Peña en los Estados Unidos. Además, quien no haya gastado de más durante la campaña esto es rebasando el "tope" de 330 millones de pesos- que tire la primera piedra para el linchamiento público de sus adversarios. ¿Andrés Manuel?¿Tiene autoridad moral quien ni siquiera cuenta con RFC para firmar recibos por honorarios?¿Peña Nieto, quien maniató a la dirigencia del PRI soltándole las manos a sus colaboradores más cercanos?¿Josefina, la engañada, quien no tuvo pudor alguno al denunciar la presencia del narco en la campaña, salpicando a las mismas altas autoridades y correligionarios suyos? Por favor, seamos sensatos.
Menos mal que somos un país privilegiado y de los pocos, en el globo terráqueo, con acceso a la imagen de todas las competiciones olímpicas y mundiales; y también a los juegos de las grandes ligas del balompié. Por coberturas, desde luego, no paramos. Y más vale adentrarse en las hazañas atléticas para alejarnos de los sonsonetes que ya nos tienen hartos... a pesar de la reducción de los tiempos de campaña y lo apretado de las agendas de los postulantes. Ganamos hoy una medalla: la de resistencia. Gracias, Andrés.
Debate
¿Creemos en el IFE como un organismo autónomo? Desde su creación, durante el mandato nada menos de Carlos Salinas, ha sembrado dudas recurrentes en el conglomerado que no han podido subsanarse. Es verdad que Salinas -el rey de la mafia según López Obrador-, justificó la inversión por su desesperado intento de legitimarse. Pero no lo logró a pesar de que algunos comicios se "adecentaron" si bien otros -como los locales en Michoacán en 1991, fueron resueltos, en contra de la voluntad popular, con el claro propósito de descabezar a la izquierda y dejarla arruinada. Mientras tanto, se daba cuenta del interinato más largo de la historia: el del panista Carlos Medina Plascencia en Guanajuato para contrarrestar a los foxistas que entonces funcionaban igualito a cómo hoy lo hacen los incondicionales de López Obrador. Ni siquiera hay matices entre uno y otro.
Hoy, el IFE requiere bastante más que una sacudida. Sea como fuese, son dos las elecciones federales, bajo gobiernos panistas -no lo olvidemos-, que han entrado en la quiebra histórica pasando por esta institución. Hace seis años, Luis Carlos Ugalde, sudoroso, fue rebasado por los hechos y pareció como encerrado en una ratonera; hoy, Leonardo Valdés Zurita se muestra displicente, por decir lo menos, ante las acusaciones e impugnaciones formuladas por la izquierda, sobre todo, pero también por el PAN gobernante y por el PRI.
Dicho loo anterior cabe precisar un hecho incontrovertible: recuérdese que no es el PRI el partido gobernante sino el PAN. Lo acentuamos porque pareciera, por el tono de los discursos, que las oposiciones siguen siendo el PAN y el PRD...aunque quizá lo sean a partir de diciembre cuando se reviertan las cosas. Todo enfoque es contra el PRI por lo que los dirigentes de este partido comenzaron, hace unos días, a salir de las cuerdas y enfrentar a los enemigos políticos. No sé si para bien.
El hecho que el IFE debe cambiar y nadie se anima a dar cauce a la reforma política indispensable. Recuérdenlo: lo dijimos a tiempo aunque sea chocante recordarlo.
La Anécdota
Dicen quienes están en el círculo cercano a Andrés Manuel que, de nueva cuenta, los dirigentes de los tres partidos, sobre todo el perredista Jesús Zambrano, intenta desmarcarse aunque sin la pretensión de dejar solo al gran icono. Pero a la hora de que los ganadores de esta tendencia ocupen curules y escaños, López Obrador, aunque se resista, se irá quedando al margen con todo y cuanto pretenda hacer con su resistencia civil. Así ocurrió hace seis años.
Recuerdo al respecto, durante los plantones en el zócalo capitalino que abruptamente interrumpió su conversación conmigo y me dijo:
--Puedes irte un rato a comer... y échate un buen taco. Yo, de todas maneras estaré aquí, como si fuera un preso.
Pero cuando regresé más tarde se había ido al sureste.
NO HAY RAZÓN ALGUNA PARA QUE CREZCA LA CRISPACIÓN. QUIENES SE QUEJAN, ADUCIENDO RAZONES EVIDENTES, DEBIERAN PENSAR QUE LOS VICIOS DE HOY ERAN PREVISIBLES DESDE HACE MUCHO TIEMPO... Y NO HICIERON NADA PARA EVITARLOS.
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