Notimex
El representante del despacho White & Case, Vicente Corta, afirmó que la decisión del juez del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Felipe Consuelo Soto, de rechazar a este despacho como interventor en el proceso de la aerolínea, es una táctica dilatoria y una determinación “muy burda”.
En conferencia de prensa, explicó que se trata de una estrategia dilatoria porque Consuelo Soto se tomó cuatro meses para resolver algo que pudo haber hecho en un día. “En caso de que el juez hubiera considerado que no entraba el despacho, pudo decir que pusiéramos una persona en lo individual y no hubiera habido problema”.
Corta lamentó esta determinación, ya que la Ley de Concursos Mercantiles establece que el proceso se debe resolver en seis meses porque todas las empresas que entran en concurso se empiezan a deteriorar y su viabilidad se pierde si pasa más tiempo.
Por ejemplo, dijo, Mexicana ya bajó sus aviones y no genera ingresos importantes, por lo que el paso del tiempo afecta a los acreedores a quienes no se les están pagando sus deudas, mientras que a los trabajadores no se les paga su sueldo y pierden derechos laborales.
Su derecho de cobranza contra la empresa está respaldado por los activos que ya se están deteriorando desde el momento que se deja de volar, y aquí los activos llevan dos años deteriorándose sin que pase absolutamente nada”, puntualizó Corta.
Si bien, dijo, el concurso mercantil ofrece seis meses para ponerse de acuerdo, el plazo se puede alargar otro medio año si por alguna razón avanzan pero no terminan con el proceso.
No obstante, lo que hizo el juez Consuelo es prolongar el proceso de manera indefinida, aunque él “lo vende como a favor de los trabajadores”, porque les dice que la empresa no se va a quiebra, consideró el representante del despacho White & Case.
Subrayó que un proceso concursal sólo tiene éxito cuando se abren las cartas y hay información absoluta para todos los participantes, como ocurrió con Comercial Mexicana, donde hubo mesas en las que se discutían qué ofrecía la compañía, cómo se iba a dividir ese dinero, cuánto se le iba a pagar a los bancos, bonos, derivados y otros aspectos.
Mientras que en Mexicana de Aviación no ha habido una sola reunión con los acreedores, “los han querido mantener separados, los inversionistas no han respondido cada vez que se les ha pedido que pongan el dinero sobre la mesa, no hay un plan de trabajo o un plan de negocios creíble y no se ha logrado el convenio concursal”, lamentó.
Corta adelantó que la próxima semana decidirán si impugnan la decisión del juez Consuelo Soto, ya que el magistrado sostiene que White & Case no está capacitado legalmente para desempeñar funciones de interventor, pues sus servicios profesionales se limitan a la asesoría y consultoría jurídica, lo cual “es una lectura incorrecta de los estatutos del despacho”, apuntó.
El representante del despacho White & Case, Vicente Corta, afirmó que la decisión del juez del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Felipe Consuelo Soto, de rechazar a este despacho como interventor en el proceso de la aerolínea, es una táctica dilatoria y una determinación “muy burda”.
En conferencia de prensa, explicó que se trata de una estrategia dilatoria porque Consuelo Soto se tomó cuatro meses para resolver algo que pudo haber hecho en un día. “En caso de que el juez hubiera considerado que no entraba el despacho, pudo decir que pusiéramos una persona en lo individual y no hubiera habido problema”.
Corta lamentó esta determinación, ya que la Ley de Concursos Mercantiles establece que el proceso se debe resolver en seis meses porque todas las empresas que entran en concurso se empiezan a deteriorar y su viabilidad se pierde si pasa más tiempo.
Por ejemplo, dijo, Mexicana ya bajó sus aviones y no genera ingresos importantes, por lo que el paso del tiempo afecta a los acreedores a quienes no se les están pagando sus deudas, mientras que a los trabajadores no se les paga su sueldo y pierden derechos laborales.
Su derecho de cobranza contra la empresa está respaldado por los activos que ya se están deteriorando desde el momento que se deja de volar, y aquí los activos llevan dos años deteriorándose sin que pase absolutamente nada”, puntualizó Corta.
Si bien, dijo, el concurso mercantil ofrece seis meses para ponerse de acuerdo, el plazo se puede alargar otro medio año si por alguna razón avanzan pero no terminan con el proceso.
No obstante, lo que hizo el juez Consuelo es prolongar el proceso de manera indefinida, aunque él “lo vende como a favor de los trabajadores”, porque les dice que la empresa no se va a quiebra, consideró el representante del despacho White & Case.
Subrayó que un proceso concursal sólo tiene éxito cuando se abren las cartas y hay información absoluta para todos los participantes, como ocurrió con Comercial Mexicana, donde hubo mesas en las que se discutían qué ofrecía la compañía, cómo se iba a dividir ese dinero, cuánto se le iba a pagar a los bancos, bonos, derivados y otros aspectos.
Mientras que en Mexicana de Aviación no ha habido una sola reunión con los acreedores, “los han querido mantener separados, los inversionistas no han respondido cada vez que se les ha pedido que pongan el dinero sobre la mesa, no hay un plan de trabajo o un plan de negocios creíble y no se ha logrado el convenio concursal”, lamentó.
Corta adelantó que la próxima semana decidirán si impugnan la decisión del juez Consuelo Soto, ya que el magistrado sostiene que White & Case no está capacitado legalmente para desempeñar funciones de interventor, pues sus servicios profesionales se limitan a la asesoría y consultoría jurídica, lo cual “es una lectura incorrecta de los estatutos del despacho”, apuntó.
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