Confirmado la LXI, de Noroña

Francisco Rodriguez / Índice Político

En un par de días más, este viernes, la LXI Legislatura será historia. A partir del sábado primero de septiembre el turno será de los diputados y senadores que ya integran la LXII que, espero, no resulte tan ñoña como ha sido esta que culmina.

Y por ser precisamente ñoña es que, confirmo, la LXI es sin duda la Legislatura Noroña. Corrían los últimos días de octubre de 2009 cuando le comenté aquí al respecto. A partir de mi experiencia personal, recordaba con usted que como reportero, comencé a “cubrir” los trabajos camerales en la L --allá por 1977--, que, sin duda fue la de don Rodolfo González Guevara… la LI que lo fue de don Luis M. Farías, y así hasta la de Guillermo Jiménez Morales, que creo fue la LIV.

Destacó en aquella de 1997, en la que por vez primera el PRI era minoría, Porfirio Muñoz Ledo. Y esa fue, por supuesto, su Legislatura.

La que culmina en estos días, tampoco hay duda, es la de Fernández Noroña, quien ejerció a cabalidad su papel de legislador. Quien es estudioso. Y quien posee un sentido común que, paradójicamente, no es común ante sus pares.

Hizo valer su fuero. No se arredró ante las pomposidad y grandilocuencia –demodés, por si fuera poco-- de personajes atípicos como los comparecientes del Ejecutivo, ante quienes los demás legisladores son genuflexos, bien portados y, claro, bien trajeados, perfumados y peinaditos.

Es polémico, sin duda. Pero lo es, repito, por ejercer su papel a cabalidad. Y es por tal que, tirios y troyanos, le tienen en la mira. Sus pares le envidian la libertad que goza y disfruta, y hacen rabietas que lo colocan en el blanco. Los medios, repletos de gente “decente” –Juan Molinar dixit--, se escandalizan por actuaciones que deberían ser comunes en aquellos que, por el equilibrio de poderes, pueden y deben asumir su papel de valladares ante los excesos del Ejecutivo, cual por ejemplo –uno entre miles-- ha sido la “ganga” con la que, originalmente, Nextel y Televisa se hicieron de las frecuencias del espacio radioeléctrico licitadas por Cofetel y la SCT.

¿Qué ha dicho Noroña que no se repita ante humeantes tazas de café o en sobremesas? Exactamente lo mismo que piensa y dice libremente la mayoría. ¿Por qué coartarlo sólo a él, entonces?
Veo a Fernández Noroña y recuerdo aquellas palabras de Víctor Hugo, el poeta francés, destinadas a un pueblo sometido por invasores galos, de su propia patria: “Mexicanos, combatid, luchad, pisad fuerte, resistid, ¡sed terribles!”

En aquellos, como en estos tiempos, nuestra clásica pusilanimidad sobra. Están de más las buenas maneras y los comedimientos de la gente “decente”, cual apela el nocivo Molinar. Hay que enfrentar a quienes venden o de plano regalan al país, a quienes mantienen sometida y empobrecida a su población, a quienes nos han colocado a dos fuegos: el de la delincuencia y el de aquellos que dicen dizque combatir a la delincuencia.

O, dígame usted, ¿es correcto que en estas circunstancias cruciales para el país que han destruido los panistas, Fernández Noroña haga como los demás? ¿Que sólo vaya a pestañear a su curul y comodinamente recoja mensualmente sus dietas? Tal es lo que los demás hacen en el Congreso. Eso es lo que mantiene al país en el desorden. Nada funciona. Ni la economía, ni la democracia, ni la honestidad. Menos aún la seguridad.

Fernández Noroña hizo desde San Lázaro el esfuerzo de frenar los abusos de la pandilla que mal administra a la Nación. ¿Los demás qué hicieron? Todos nosotros, ¿qué hacemos aparte de comentar con los amigos, en tertulias, lo mal que estamos, el que no se vea ya la salida?

Con liderazgos inventados, personajes con ascensos meramente burocáticos, sólo destacó ahí en San Lázaro Fernández Noroña. ¿A quién mueve y/o conmueve Francisco Rojas? ¿Qué otra dote, además de la de merolica, le observó usted a Josefina Vázquez, quien invariablemente necesita “un segundo de abordo”? Medroso y acorralado, ¿para qué sirvió Alejandro Encinas? Son, insisto, liderazgos ficticios, burocráticos. Que no destacan.

Y ese vacío lo llenó Fernández Noroña, quien sí mueve y conmueve. Concitó aplausos y enojos. Polarizó. Esgrimió verdades. Irritó. Fue contrapeso, cual recomendaba Montesquieu.
De los 500 dizque representantes populares que regularmente se citan en San Lázaro, personalmente a mí sólo me representó Fernández Noroña.

Sin él, esta moribunda Legislatura sería –como muchas otras lo han sido-- simplemente ñoña.

Índice Flamígero: ¿Habrá un clon de Fernández Noroña en la LXII Legislatura? ¿Alguien que se atreva a interrumpir a Felipe Calderón en la lectura de su documento si es que, como se anuncia, ahora sí le abren las puertas de San Lázaro? + + + Y ya falta menos. ¡Sólo 94 días!

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