Calderón, Wornat, Bauducco

Francisco Rodriguez / Índice Político

Tras la segunda gran guerra del siglo XX, en 1944 el filósofo francés Jean Paul Sartre inició una de sus colaboraciones en Lettres Françaises con un párrafo demoledor: “Jamás fuimos tan libres como bajo la ocupación alemana. Habíamos perdido todos nuestros derechos y, ante todo, el de hablar; diariamente nos insultaban en la cara y debíamos callar; nos deportaban en masa, como trabajadores, como judíos, como prisioneros políticos; por todas partes, en las paredes, en los diarios, en la pantalla, veíamos el inmundo y mustio rostro que nuestros opresores querían darnos a nosotros mismos: a causa de todo ello éramos libres.”

Nos sucede igual a los periodistas mexicanos a partir del inicio del siglo XXI cuando en nuestro país llegó al poder un partido distinto al que gobernó al país durante los 70 años previos. Aunque cierto sector de la prensa comenzó a cacarear que, ¡por fin!, habían llegado las libertades de expresión, de prensa, de comunicación, la verdad es que jamás fuimos tan libres como cuando vivíamos encadenados.

Y es que, como todo partido político de derecha, el PAN no sólo se cerró ante la crítica, la combatió con censura, despido de periodistas de diarios y estaciones de radio –ahora también de la televisión--, amenazas en contra de la seguridad de los afectados, auditorías fiscales, selectivos contratos de publicidad gubernamental y cierre de espacios.

No sólo eso. Debido a la estúpida –sin inteligencia-- guerra de Felipe Calderón en contra de casi toda la delincuencia organizada, colocó a muchos medios y a quienes en ellos se desempeñan a la mitad de un fuego cruzado. Hoy suman decenas los colegas desaparecidos y asesinados. No son pocos, asimismo, los casos de instalaciones periodísticas y televisivas que han sufrido la metralla en sus instalaciones.

Es cierto. Desde mi punto de vista y experiencia propia sí fuimos más libres cuando estábamos encadenados por el PRI.

El sexenio que por un fallido fallo de un Tribunal aún encabeza Calderón, vale reiterarlo, ha sido pródigo en dar muestras de ese contraste.

Las más recientes --amén del caso Carmen Aristegui que acarrea consecuencias a los miembros de la familia Vargas, sus empleadores-- es la serie de amenazas de muerte que desde el anonimato se ha enderezado en contra de Gabriel Bauducco, editor de la revista Playboy México, aparentemente por haber publicado en la actual edición de este medio un fragmento del libro “Felipe el Oscuro”, de la autoría de Olga Wornat.

El periodista Bauducco recibió el primer día de agosto la primera amenaza de muerte y la segunda, según comentó, fue dos días después. En sus propias palabras afirmó: “concretamente me dicen que me van a matar”.
Pero, ¿de qué trata el libro como para que suceda esto?

La revista publicó algunos extractos de la obra de Wornat en la que se abunda sobre un hecho conocido entre los lectores de diarios y revistas: que una pareja de pastores evangélicos, Alejandro y “Rosi” Orozco, se han convertido en asesores espirituales del ocupante de Los Pinos, por lo que han recibido cargos públicos, prebendas, negocios y hasta una residencia en Lomas de Chapultepec que le fuera incautada a Vicente Carrillo Leyva, hijo del capo del Cártel de Juárez.

De este último episodio usted conoció la primera versión en este espacio, por cierto.
Y es por ese mismo libro que Olga Wornat también ha sido amenazada y vive ahora fuera de México.
Calderón, lo hemos visto y comprobado, actúa furibundo ante quienes exponen hechos ciertos que él interpreta como ataques enemigos.

Y por tal es que las libertades más caras son objeto de la furia de Calderón.

La libertad de prensa no puede ser considerada al margen de otros derechos fundamentales.
Defender la libertad de prensa, es defender también todos los derechos que nos otorga a todos la Constitución.

Fue una lucha que muchos dimos cuando, bajo la égida del PRI en el poder, nos sentíamos encadenados.
Debe ser mayor ahora que, aparentemente, somos libres.

Y no se ría por favor.

Índice Flamígero: Olga Wornat recibió tres correos electrónicos con amenazas, los días 2, 8 y 11 de agosto. El último decía: “ya ves como nadie te va a ayudar, ningún puto periodista es solidario contigo, quieres jugar con nosotros al publicar tu pinche artículo en Playboy”. ¿Nosotros? ¿Quiénes son esos “nosotros”? ¿Los “vivillos” pastores evangélicos? ¿El mayestático nosotros que usan los poderosos? + + + Quienes llevamos la cuenta sabemos que ya sólo quedan 106 días de este sexenio.

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