Alza a precios de alimentos afecta más a la población de menores ingresos: Inegi

Por número de salarios mínimos las personas que perciben sólo uno dedican 58.8% de su gasto

Roberto González Amador / La Jornada


El alza en el precio de los alimentos en México, que se ha sentido en productos como tortilla, huevo, pollo y algunas legumbres, afecta a los estratos de menor ingreso de la población, que son los que destinan hasta 50 por ciento de sus recursos monetarios a la compra de comida, muestran datos oficiales.

El 10 por ciento de la población que se encuentra en la escala más baja de la distribución del ingreso en el país destina 48.6 por ciento de su recursos al gasto en alimentos, mientras, en el otro extremo, la décima parte de mexicanos de mayor ingreso dedica 21.9 por ciento a este propósito, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Si la medición se hace a partir de los ingresos por número de salarios mínimos, las familias que tienen como ingreso un salario mínimo dedican 58.8 por ciento de su gasto a la compra de alimentos, en tanto los que ganan más de ocho salarios mínimos sólo destinan 25.9 por ciento a este fin.

"El primer punto del orden del día de la próxima legislatura debe ser en torno a establecer un blindaje y una protección de las familias pobres y de clase media, por el encarecimiento de los precios de los alimentos", comentó ayer Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de la organización El Barzón, que entre sus miembros tiene a productores del campo. "Este acuerdo es el más urgente ante la inminencia de que más mexicanos sean llevados a condiciones de pobreza, sólo para aumentar las ganancias de quienes tienen el control del mercado de los alimentos", consideró.

Las cifras de la primera parte del año sugieren que la producción de maíz va a estar de acuerdo con las proyecciones, sin las heladas del principios de 2011, ni la sequía que se extendió en el norte la mayor parte de ese año, apuntó. Sin embargo, dijo que los datos de 2011 dejan entrever la necesidad de contar con una estrategia más completa para asegurar el futuro alimenticio del país. "En dos años muy cercanos entre sí, 2009 y 2011, la superficie que se dejó de cosechar representó alrededor de 20 por ciento de la superficie sembrada. Eso da una idea de la vulnerable situación de la producción de maíz en México", dijo.

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