Francisco Garfias
Son pocos los que dudan que Manlio Fabio Beltrones será el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados en la próxima Legislatura. Tiene los méritos, la capacidad, las relaciones, el conocimiento que requiere una coyuntura que se anuncia difícil.
Es el candidato idóneo.
En los corrillos políticos se comenta que el nombramiento de Jesús Murillo Karam en el primer equipo de Peña Nieto despeja el camino al sonorense para convertirse en el sucesor de Paco Rojas. El hidalguense era el otro mencionado para el cargo. Tiene asegurada su curul como plurinominal, pero después del nombramiento ya lo ven como secretario de Estado.
Beltrones no es un político que recurra a la mentira para evadir respuestas. Ayer le preguntaron sobre su posible designación como coordinador del grupo parlamentario del PRI en San Lázaro. Con franqueza, respondió: “A mí no me han dicho nada…”
Manlio no asiste a las reuniones del equipo de Peña donde se toman decisiones. Los que saben dicen que su relación con Luis Videgaray, poderoso coordinador de Políticas Públicas del candidato ganador en los cómputos del IFE, no es precisamente la mejor.
El brother de Beltrones es Emilio Gamboa, líder de la CNOP. El hábil político yucateco es mencionado para encabezar a los senadores del PRI. Los observadores dicen que es imposible que Peña les ceda las dos posiciones. Por eso se menciona con insistencia la posibilidad de que Cristina Díaz, secretaria general del tricolor, ocupe la coordinación en la Cámara alta.
Por lo pronto, descarte a Manlio del gabinete. En corto ha comentado a otros legisladores que, si lo invitan a ser secretario de Estado, no va a aceptar. “Hay que estar donde no te puedan correr”, le dijo a un legislador del PAN.
El político sonorense se topó ayer con Miguel Ángel Yunes. Conversaron un buen rato. Fue un tête-à-tête en el hotel Four Seasons. Sólo ellos saben de lo que hablaron, pero se veían muy entretenidos.
Manlio se reunió también con José González Morfín. El panista va a San Lázaro. Es de los mencionados para la jefatura del grupo parlamentario azul. Los acelerados comentaron que ya estaban preparando la agenda de las dos bancadas en la próxima Legislatura. Pero el panista tiene un obstáculo serio. Se llama Luis Alberto Villarreal. Es de Guanajuato. Es la carta de Madero para la coordinación en San Lázaro.
Con otra. En la cúpula del azul se comenta que González Morfín no le hizo el feo a la posibilidad de relevar a Madero en la jefatura nacional del partido. La bronca es que don Gustavo está en el ecuador de su mandato. Termina a finales de 2013. Los enterados dicen que al político de Chihuahua le llegó el chisme. No le gustó ni tantito. El actual presidente del PAN quiere permanecer en el cargo. Alega que la crisis derivada de la peor derrota electoral del PAN en las últimas dos décadas no va a resolverse con un cambio de dirigencia. La idea de que permanezca, por lo menos hasta diciembre próximo, hace su caminito.
Hasta Juan Ignacio Zavala, cuñado del presidente Calderón y uno de los críticos del jefe nacional, ya adoptó un tono conciliatorio. “Lo que sucedió en las elecciones no es culpa de Madero. Le tocó administrar la derrota”, dijo el que fue vocero de la campaña de Josefina. Madero recibió también el respaldo de los diputados salientes del grupo de Acción Nacional, que encabeza Carlos Alberto Pérez Cuevas, y de Josefina Vázquez Mota.
Otros que ayer se vieron fueron el panista Héctor Larios y el perredista Armando Ríos Piter. Son senadores electos. También buscan la jefatura de sus respectivas bancadas. La tienen difícil. El segundo arrasó en las elecciones en su estado. Eso lo pone en la competencia. Enfrenta al obradorista Alejandro Encinas; a Angélica de la Peña, esposa de Jesús Ortega; Miguel Barbosa, integrante de Los Chuchos, y a Luis Sánchez, de ADN.
Lo de Larios es más complicado. El favorito es Ernesto Cordero. El ex titular de Hacienda es el gallo del Presidente de la República para encabezar el mermado grupo parlamentario de Acción Nacional en la Cámara alta. Y aunque el calderonismo está a la baja, Felipe controla una parte del Consejo Nacional.
Los panistas, por cierto, van al Consejo Nacional el 11 de agosto. En el orden del día hay una propuesta para convocar a Asamblea Nacional Extraordinaria para reformar los estatutos. Varios ex jefes nacionales la suscriben. Luis H. Álvarez, Germán Martínez, César Nava, Luis Felipe Bravo Mena. Hay un punto en la agenda del Consejo que va a calentar el ambiente: el informe del proceso electoral 2012.
Madero se reunió el miércoles con los integrantes de la Comisión de Doctrina. “Hay buena disposición de entrarle a los temas de fondo”, asegura el joven diputado federal electo Fernando Rodríguez Doval, presidente de esa Comisión. El jefe nacional les encargó reflexionar sobre varios temas: la identidad del partido, las políticas públicas, la plataforma y la agenda de transición.
Son pocos los que dudan que Manlio Fabio Beltrones será el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados en la próxima Legislatura. Tiene los méritos, la capacidad, las relaciones, el conocimiento que requiere una coyuntura que se anuncia difícil.
Es el candidato idóneo.
En los corrillos políticos se comenta que el nombramiento de Jesús Murillo Karam en el primer equipo de Peña Nieto despeja el camino al sonorense para convertirse en el sucesor de Paco Rojas. El hidalguense era el otro mencionado para el cargo. Tiene asegurada su curul como plurinominal, pero después del nombramiento ya lo ven como secretario de Estado.
Beltrones no es un político que recurra a la mentira para evadir respuestas. Ayer le preguntaron sobre su posible designación como coordinador del grupo parlamentario del PRI en San Lázaro. Con franqueza, respondió: “A mí no me han dicho nada…”
Manlio no asiste a las reuniones del equipo de Peña donde se toman decisiones. Los que saben dicen que su relación con Luis Videgaray, poderoso coordinador de Políticas Públicas del candidato ganador en los cómputos del IFE, no es precisamente la mejor.
El brother de Beltrones es Emilio Gamboa, líder de la CNOP. El hábil político yucateco es mencionado para encabezar a los senadores del PRI. Los observadores dicen que es imposible que Peña les ceda las dos posiciones. Por eso se menciona con insistencia la posibilidad de que Cristina Díaz, secretaria general del tricolor, ocupe la coordinación en la Cámara alta.
Por lo pronto, descarte a Manlio del gabinete. En corto ha comentado a otros legisladores que, si lo invitan a ser secretario de Estado, no va a aceptar. “Hay que estar donde no te puedan correr”, le dijo a un legislador del PAN.
El político sonorense se topó ayer con Miguel Ángel Yunes. Conversaron un buen rato. Fue un tête-à-tête en el hotel Four Seasons. Sólo ellos saben de lo que hablaron, pero se veían muy entretenidos.
Manlio se reunió también con José González Morfín. El panista va a San Lázaro. Es de los mencionados para la jefatura del grupo parlamentario azul. Los acelerados comentaron que ya estaban preparando la agenda de las dos bancadas en la próxima Legislatura. Pero el panista tiene un obstáculo serio. Se llama Luis Alberto Villarreal. Es de Guanajuato. Es la carta de Madero para la coordinación en San Lázaro.
Con otra. En la cúpula del azul se comenta que González Morfín no le hizo el feo a la posibilidad de relevar a Madero en la jefatura nacional del partido. La bronca es que don Gustavo está en el ecuador de su mandato. Termina a finales de 2013. Los enterados dicen que al político de Chihuahua le llegó el chisme. No le gustó ni tantito. El actual presidente del PAN quiere permanecer en el cargo. Alega que la crisis derivada de la peor derrota electoral del PAN en las últimas dos décadas no va a resolverse con un cambio de dirigencia. La idea de que permanezca, por lo menos hasta diciembre próximo, hace su caminito.
Hasta Juan Ignacio Zavala, cuñado del presidente Calderón y uno de los críticos del jefe nacional, ya adoptó un tono conciliatorio. “Lo que sucedió en las elecciones no es culpa de Madero. Le tocó administrar la derrota”, dijo el que fue vocero de la campaña de Josefina. Madero recibió también el respaldo de los diputados salientes del grupo de Acción Nacional, que encabeza Carlos Alberto Pérez Cuevas, y de Josefina Vázquez Mota.
Otros que ayer se vieron fueron el panista Héctor Larios y el perredista Armando Ríos Piter. Son senadores electos. También buscan la jefatura de sus respectivas bancadas. La tienen difícil. El segundo arrasó en las elecciones en su estado. Eso lo pone en la competencia. Enfrenta al obradorista Alejandro Encinas; a Angélica de la Peña, esposa de Jesús Ortega; Miguel Barbosa, integrante de Los Chuchos, y a Luis Sánchez, de ADN.
Lo de Larios es más complicado. El favorito es Ernesto Cordero. El ex titular de Hacienda es el gallo del Presidente de la República para encabezar el mermado grupo parlamentario de Acción Nacional en la Cámara alta. Y aunque el calderonismo está a la baja, Felipe controla una parte del Consejo Nacional.
Los panistas, por cierto, van al Consejo Nacional el 11 de agosto. En el orden del día hay una propuesta para convocar a Asamblea Nacional Extraordinaria para reformar los estatutos. Varios ex jefes nacionales la suscriben. Luis H. Álvarez, Germán Martínez, César Nava, Luis Felipe Bravo Mena. Hay un punto en la agenda del Consejo que va a calentar el ambiente: el informe del proceso electoral 2012.
Madero se reunió el miércoles con los integrantes de la Comisión de Doctrina. “Hay buena disposición de entrarle a los temas de fondo”, asegura el joven diputado federal electo Fernando Rodríguez Doval, presidente de esa Comisión. El jefe nacional les encargó reflexionar sobre varios temas: la identidad del partido, las políticas públicas, la plataforma y la agenda de transición.
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