AFP
El candidato de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, anunció este viernes una campaña que incluye dos jornadas de concentraciones masivas en plazas públicas para defender la "dignidad de la democracia" y exigir que se invalide la elección presidencial ganada por el PRI.
"Hago un llamado a la participación y la defensa de la dignidad de la democracia", dijo López Obrador en una conferencia de prensa en la que invitó a miembros de otros partidos a unirse a la campaña que, enfatizó, será pacífica.
López Obrador insistió en las pruebas entregadas al Tribunal Federal y otras que, según su denuncia, demuestran que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México entre 1929 y 1970, ganó la Presidencia con recursos ilícitos.
La campaña incluirá concentraciones el 29 de julio en 142 ciudades y el 5 de agosto en las 32 capitales estatales, así como la convocatoria a intelectuales, artistas e investigadores para que se sumen con la producción de documentales, textos y otro tipo de obras sobre la jornada electoral.
López Obrador, que según el resultado oficial quedó segundo con 31,6% a unos 3,3 millones de votos del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto (38,2%), reiteró que la campaña busca apuntalar el pedido para que el Tribunal Federal, que tiene hasta el 6 de septiembre para pronunciarse sobre la validez de la elección del 1 de julio y declarar oficialmente al ganador, invalide estos comicios.
"En las plazas se van a instalar mesas para informar a los ciudadanos y a la vez recabar información, pues nos siguen llegando testimonios, documentos y tarjetas que muestran las irregularidades" como la compra de votos, la violación del tope de gastos electorales y la financiación con recursos ilícitos de la campaña de Peña Nieto, señaló.
"Estamos seguros que muchos ciudadanos, inclusive del PRI, van a participar y aportar pruebas, porque también están horrorizados con lo que sucedió", agregó el candidato, que en 2006, cuando perdió por estrecho margen ante Felipe Calderón, desconoció el resultado, se declaró presidente "legítimo" y convocó a sus seguidores a bloquear varias semanas el centro de la capital.
El abogado designado por Peña Nieto para defender su victoria en los tribunales, Jesús Murillo, señaló que esta convocatoria de López Obrador busca esconder que la izquierda se ha quedado sin argumentos.
"Ante la ausencia de votos, ante la ausencia de pruebas, lo único que les queda es hacer una fiesta, un show y una movilización", dijo Murillo en declaraciones a Milenio TV. "Todo es una serie de eslogans, de consignas, de estructuras sobre bases que no tienen ningún sustento. No hay una sola prueba".
El PRI, que ha tachado de mentiroso y mal perdedor a López Obrador, admitió el jueves que usó tarjetas de prepago para remunerar a personal de su campaña y representantes en las mesas de votación por unos 4,9 millones de dólares, pero aseguró que fue bajo contratos legales y cumpliendo las normas electorales.
"Nosotros tenemos sustentados 108 millones más, no se puede decir que todo eso fue gasto ordinario", replicó López Obrador.
El candidato izquierdista saludó también la decisión del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), que sacó del poder al PRI en las elecciones del año 2000, de unirse el jueves a la demanda de la izquierda para que se investigue el presunto lavado de dinero en la campaña de Peña Nieto.
"Jesús Zambrano (presidente del Partido de la Revolución Democrática, el principal de la coalición de izquierda que le postuló), ha emprendido está comunicación con el PAN", sostuvo López Obrador.
"La idea es unir a los demócratas, estén donde estén, tengan el partido que tengan, y a las mayorías convencidas de que no podemos aceptar la inmundicia", añadió.
El candidato de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, anunció este viernes una campaña que incluye dos jornadas de concentraciones masivas en plazas públicas para defender la "dignidad de la democracia" y exigir que se invalide la elección presidencial ganada por el PRI.
"Hago un llamado a la participación y la defensa de la dignidad de la democracia", dijo López Obrador en una conferencia de prensa en la que invitó a miembros de otros partidos a unirse a la campaña que, enfatizó, será pacífica.
López Obrador insistió en las pruebas entregadas al Tribunal Federal y otras que, según su denuncia, demuestran que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México entre 1929 y 1970, ganó la Presidencia con recursos ilícitos.
La campaña incluirá concentraciones el 29 de julio en 142 ciudades y el 5 de agosto en las 32 capitales estatales, así como la convocatoria a intelectuales, artistas e investigadores para que se sumen con la producción de documentales, textos y otro tipo de obras sobre la jornada electoral.
López Obrador, que según el resultado oficial quedó segundo con 31,6% a unos 3,3 millones de votos del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto (38,2%), reiteró que la campaña busca apuntalar el pedido para que el Tribunal Federal, que tiene hasta el 6 de septiembre para pronunciarse sobre la validez de la elección del 1 de julio y declarar oficialmente al ganador, invalide estos comicios.
"En las plazas se van a instalar mesas para informar a los ciudadanos y a la vez recabar información, pues nos siguen llegando testimonios, documentos y tarjetas que muestran las irregularidades" como la compra de votos, la violación del tope de gastos electorales y la financiación con recursos ilícitos de la campaña de Peña Nieto, señaló.
"Estamos seguros que muchos ciudadanos, inclusive del PRI, van a participar y aportar pruebas, porque también están horrorizados con lo que sucedió", agregó el candidato, que en 2006, cuando perdió por estrecho margen ante Felipe Calderón, desconoció el resultado, se declaró presidente "legítimo" y convocó a sus seguidores a bloquear varias semanas el centro de la capital.
El abogado designado por Peña Nieto para defender su victoria en los tribunales, Jesús Murillo, señaló que esta convocatoria de López Obrador busca esconder que la izquierda se ha quedado sin argumentos.
"Ante la ausencia de votos, ante la ausencia de pruebas, lo único que les queda es hacer una fiesta, un show y una movilización", dijo Murillo en declaraciones a Milenio TV. "Todo es una serie de eslogans, de consignas, de estructuras sobre bases que no tienen ningún sustento. No hay una sola prueba".
El PRI, que ha tachado de mentiroso y mal perdedor a López Obrador, admitió el jueves que usó tarjetas de prepago para remunerar a personal de su campaña y representantes en las mesas de votación por unos 4,9 millones de dólares, pero aseguró que fue bajo contratos legales y cumpliendo las normas electorales.
"Nosotros tenemos sustentados 108 millones más, no se puede decir que todo eso fue gasto ordinario", replicó López Obrador.
El candidato izquierdista saludó también la decisión del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), que sacó del poder al PRI en las elecciones del año 2000, de unirse el jueves a la demanda de la izquierda para que se investigue el presunto lavado de dinero en la campaña de Peña Nieto.
"Jesús Zambrano (presidente del Partido de la Revolución Democrática, el principal de la coalición de izquierda que le postuló), ha emprendido está comunicación con el PAN", sostuvo López Obrador.
"La idea es unir a los demócratas, estén donde estén, tengan el partido que tengan, y a las mayorías convencidas de que no podemos aceptar la inmundicia", añadió.
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