Rosalía Vergara / Apro
Enarbolando la bandera de la izquierda, miles de personas marcharon desde distintos puntos para exigir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federal (TEPJF) la invalidez de la elección presidencial ante el cúmulo de evidencias sobre la compra y coacción del voto el 1 de julio.
Con gritos como “¡IFE, cobarde, corrige el pinche fraude!”, jóvenes, adultos mayores, familias completas, niños, estudiantes, amas de casa, empleados caminaron desde Los Pinos, el Ángel de la Independencia, el Monumento a la Revolución, al Zócalo capitalino gritando: “¡Peña, entiende, el pueblo no te quiere!”, “¡Se ve, se nota, tu cola de ratota!” y “¡Peña, culero, descubrimos tu lavadero!”.
Espontáneos, con altavoces, corearon las consignas, le hablaban al pueblo del fraude, de su rechazo a la guerra contra el narcotráfico, de la masiva compra de votos el día de la elección “porque México unido contra la imposición”.
Los jóvenes del movimiento #YoSoy132 cubrieron con bolsas de plástico negras los monumentos históricos sobre Paseo de la Reforma. La gente se pegó en la espalda las pancartas y llevaban sus cartulinas con consignas en rechazo a lo que llamaron “otro fraude electoral”.
Dibujos de un copete con un círculo cruzado en señal de rechazo, aludían a la imagen del candidato priista. En banderitas, los inconformes agitaban esta figura mientras gritaban el clásico: “¡El que no brinque es Peña, el que no brinque es Peña!”.
La palabra revolución fue repetida durante todo el recorrido, como advertencia a una “imposición” de Peña Nieto como presidente de la República.
Los manifestantes expresaron su deseo por un “México, sin PRI”. Otros ondearon una bandera mexicana teñida de negro, unos más otra con un enorme signo de paz.
En los balcones del centro de la ciudad la gente se asomó a brindar su apoyo a los manifestantes. Los grababan con sus celulares, les tomaron fotografías.
Las consignas se extendieron: “Yo sí leo, no veo Televisa”, cantaban y rechiflaban.
“Aquí se ve, aquí se ve que Peña Nieto presidente no va ser”, gritaron unos jóvenes mientras corrían hacia la Plaza de la Constitución después de contar hasta ocho.
En el Zócalo se instalaron dos mesas para recabar firmas para impugnar la elección presidencial “porque México no se vende” ni quieren que les impongan a “otro pelele como presidente que sólo responde a los intereses de la oligarquía”, argumentaron.
Las mesas se instalaron junto a una carpa “en memoria de las resistencias y la infamia”, colocada frente a la Catedral Metropolitana.
Ahí también esta la carpa de Reyes Flores que lleva 11 días en huelga de hambre contra el fraude electoral del PRI y Peña Nieto.
Según sus cuentas, el PRI compró 12 millones 500 mil votos que si se restan a los 19 millones 226 mil 784 sufragios que obtuvo según el Instituto Federal Electoral (IFE), Peña Nieto sólo obtuvo 6 millones 726 mil 784 votos efectivos. “Apenas unos puntos arriba de Quadri”, sentenció Reyes.
Enarbolando la bandera de la izquierda, miles de personas marcharon desde distintos puntos para exigir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federal (TEPJF) la invalidez de la elección presidencial ante el cúmulo de evidencias sobre la compra y coacción del voto el 1 de julio.
Con gritos como “¡IFE, cobarde, corrige el pinche fraude!”, jóvenes, adultos mayores, familias completas, niños, estudiantes, amas de casa, empleados caminaron desde Los Pinos, el Ángel de la Independencia, el Monumento a la Revolución, al Zócalo capitalino gritando: “¡Peña, entiende, el pueblo no te quiere!”, “¡Se ve, se nota, tu cola de ratota!” y “¡Peña, culero, descubrimos tu lavadero!”.
Espontáneos, con altavoces, corearon las consignas, le hablaban al pueblo del fraude, de su rechazo a la guerra contra el narcotráfico, de la masiva compra de votos el día de la elección “porque México unido contra la imposición”.
Los jóvenes del movimiento #YoSoy132 cubrieron con bolsas de plástico negras los monumentos históricos sobre Paseo de la Reforma. La gente se pegó en la espalda las pancartas y llevaban sus cartulinas con consignas en rechazo a lo que llamaron “otro fraude electoral”.
Dibujos de un copete con un círculo cruzado en señal de rechazo, aludían a la imagen del candidato priista. En banderitas, los inconformes agitaban esta figura mientras gritaban el clásico: “¡El que no brinque es Peña, el que no brinque es Peña!”.
La palabra revolución fue repetida durante todo el recorrido, como advertencia a una “imposición” de Peña Nieto como presidente de la República.
Los manifestantes expresaron su deseo por un “México, sin PRI”. Otros ondearon una bandera mexicana teñida de negro, unos más otra con un enorme signo de paz.
En los balcones del centro de la ciudad la gente se asomó a brindar su apoyo a los manifestantes. Los grababan con sus celulares, les tomaron fotografías.
Las consignas se extendieron: “Yo sí leo, no veo Televisa”, cantaban y rechiflaban.
“Aquí se ve, aquí se ve que Peña Nieto presidente no va ser”, gritaron unos jóvenes mientras corrían hacia la Plaza de la Constitución después de contar hasta ocho.
En el Zócalo se instalaron dos mesas para recabar firmas para impugnar la elección presidencial “porque México no se vende” ni quieren que les impongan a “otro pelele como presidente que sólo responde a los intereses de la oligarquía”, argumentaron.
Las mesas se instalaron junto a una carpa “en memoria de las resistencias y la infamia”, colocada frente a la Catedral Metropolitana.
Ahí también esta la carpa de Reyes Flores que lleva 11 días en huelga de hambre contra el fraude electoral del PRI y Peña Nieto.
Según sus cuentas, el PRI compró 12 millones 500 mil votos que si se restan a los 19 millones 226 mil 784 sufragios que obtuvo según el Instituto Federal Electoral (IFE), Peña Nieto sólo obtuvo 6 millones 726 mil 784 votos efectivos. “Apenas unos puntos arriba de Quadri”, sentenció Reyes.
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