Idemerc, GEA/Isa, Beltrán, Buendía, Parametría, Mitofsky… al servicio de Peña Nieto

Apro

La ventaja de alrededor de 6 puntos porcentuales que de acuerdo con los resultados del PREP sacará Enrique Peña Nieto a Andrés Manuel López Obrador ofrecen una primera de varias conclusiones: las empresas encuestadoras con mayor promoción en medios electrónicos y escritos mintieron a lo largo del proceso electoral al dar en promedio, hasta el último día de las campañas electorales, un margen de entre 15 y 20 puntos de ventaja al aspirante priista.

Idemerc-Harris que publicó sus sondeos en el diario El Financiero aseguró en su última encuesta que Peña Nieto ganaría con 47.2 por ciento de los votos contra 27.1 por ciento de López Obrador. Es decir, daba el triunfo al PRI sobre las izquierdas por 20.1 de porcentaje.

El periódico Milenio que patrocinó a la empresa GEA/Isa y de cuyos resultados diarios el principal promotor y defensor es el conductor Ciro Gómez Leyva, sostuvo que Peña Nieto ganaría por 18 puntos.

GEA/Isa, que en el 2006 manipuló las encuestas para favorecer a Felipe Calderón y que ahora lo hizo para vender una amplia ventaja de Peña Nieto, realizó encuestas diarias durante los tres meses que duraron las campañas electorales y siempre dio una ventaja de dos dígitos al abanderado priista.

De hecho, su promotor Gómez Leyva, retó a las casas encuestadoras que daban una ventaja significativamente más reducida a Peña Nieto a “vernos la noche del 1 de julio” para comparar resultados.

Según Milenio-GEA/Isa, Peña Nieto ganaría con el 46.7 por ciento de los votos, contra el 28.7 por ciento de López Obrador. Es decir, por 18 unidades porcentuales.

Le siguió los pasos, la encuesta pagada por El Universal a Buendía y Laredo. De acuerdo con este sondeo, el candidato del PRI arrasaría con 17.1 por ciento de diferencia sobre el abanderado del Movimiento Progresista. Es decir, Peña Nieto ganaría con el 45 por ciento de los votos contra 27.9 por ciento de López Obrador.

No se quedaron muy atrás los ejercicios demoscópicos del diario Excelsior por medio de la empresa de Ulises Beltránque que dio una ventaja a Peña Nieto de 16 puntos porcentuales, y el de Parametría que trabajó para la cadena de los diarios de Mario Vázquez Raña que dio una ventaja al abanderado del PRI de 15.2 por ciento.

Lo mismo pasó con Consulta Mitofsky, la encuestadora por mucho tiempo patrocinada por Televisa y que en esta elección presidencial difundió sus resultados via el noticiero de Joaquín López Dóriga que se trasmite por Telefórmula y que cerró sus encuestas dando una ventaja a Peña Nieto de 15.1 por ciento.

Cada martes, Roy Campos, director de Mitofsky repetía la cantaleta “nada se mueve”, la ventaja de Peña Nieto “sigue siendo muy amplia” y López Dóriga fungía como testigo de la manipulación.

En el rango de resultados aceptables se colocaron las encuestas del diario Reforma y de las empresas Covarrubias y Demoscopía que pronosticaron en sus últimos sondeos una ventaja de Peña Nieto de sólo 10 unidades.

Y los resultados menos difundidos por los medios electrónicos y escritos que resultaron al final del proceso electoral los más acertados fueron los de las casas encuestadoras de Berumen que dio un margen de victoria de Peña Nieto de 6.1 por ciento y de Ipsos-Bimsa que dio un triunfo a favor del priista de apenas 6 puntos.

La pregunta es: qué hubiera pasado si a unos días de los comicios, las encuestas en lugar de “cucharear” los resultados para fortalecer la “percepción” de que Peña Nieto ganaba por amplio margen hubieran reflejado que la ventaja del priista se había reducido a sólo seis puntos.

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