Si algún poblador de Cherán –localidad que lleva tres años de asedio por parte de narcotalamontes– se atreve a levantar la voz para exigir seguridad y justicia, “los malos” lo levantan, torturan y asesinan. Esto ya ha pasado 15 veces; las últimas dos apenas el domingo 8. La comunidad de la Meseta Purépecha está desamparada y sus habitantes manifiestan hartazgo: exigen freno a la actividad ilícita y la inseguridad, acusan a las autoridades de ser cómplices del crimen organizado y advierten que si no hay respuestas efectivas, “cualquier cosa puede pasar”.
Francisco Castellanos J.
Con dolor e impotencia un miembro del Consejo Mayor de la comunidad afirma: “Cherán se está anegando en sangre porque las autoridades encabezadas por Felipe Calderón y Fausto Vallejo Figueroa (gobernador de Michoacán) se niegan a hacer, como lo juraron al tomar posesión de sus cargos, valer y respetar la ley”.
Los cheranenses aseguran que durante tres años los talamontes han saqueado sus bosques en perjuicio de toda la población y dicen que “ya no saben qué hacer”.
El integrante del Consejo Mayor señala que desde 2008 han sido asesinados 15 cheranenses y cinco más están desaparecidos por defender los bosques y enfrentar a los talamontes, que están coludidos con “los malos”, como llaman a los miembros del crimen organizado.
“Tenemos ira, coraje, dolor y tristeza pues ya nos cansamos de tocar puertas y nadie escucha. Ni la Policía Estatal ni la Federal ni el gobernador. Nadie. Y la impunidad sigue”, dice otro comunero.
Dos integrantes del Consejo Mayor acompañan a varios reporteros –protegidos por los rondines comunales– a los ocho puntos donde el gobierno michoacano aseguró –mediante boletín de prensa del secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, el miércoles 11– que hay agentes de las Bases de Operaciones Mixtas (BOM). Afirman que Calderón y Nefausto (como llaman a Fausto Vallejo) “son ineptos y mentirosos”.
Durante el recorrido por los ocho lugares donde el gobierno estatal asegura que hay agentes de las BOM se constató que no hay presencia de la fuerza pública. Más aun: el jueves 12, durante los funerales de los dos comuneros asesinados recientemente, los “malos” trataron de levantar a un miembro de la ronda comunal.
Los comuneros advierten que radicalizarán sus acciones. “Estamos haciendo escritos al Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de la ONU y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que intervengan.
“Que le digan a Calderón que combata a los ‘malos’, que le digan a Fausto que dé seguridad a los michoacanos; es su obligación como jefe del Ejecutivo estatal y así lo juró al tomar posesión. No quieren intervenir pues se ve que el gobierno de Fausto Vallejo está involucrado con el crimen organizado que opera en la región.
“No puede haber otra explicación a la falta de atención a este problema que ya nos ha dejado 15 muertos y desaparecidos”.
Reunido el Consejo Mayor en la Casa Comunal, uno de sus miembros dice a la prensa: “Todos estamos en riesgo de perder la vida en cualquier momento y al gobierno parece no importarle. Nos tienen bien identificados los ‘malos’, los pobladores corren riesgo: no pueden salir al campo o a sus parcelas. Los periodistas que informan también están en este laberinto de terror y muerte. Ahí está el caso del profesor Ramón Ángeles Zalpa, de Paracho, desaparecido por informar en Cambio de Michoacán. Nadie se salva”.
Un habitante de Cherán señala: “Estamos al borde de un estallido social. Aquí y en la mayoría de las comunidades indígenas de México.
“La gente está enardecida, cansada. Si les pican tantito, se van a armar los catorrazos por la irreverencia del gobierno que nos tiene en el olvido.
“La comunidad de Cherán tiene en mente ir a desalojar a los del Cerecito y quemar sus casas pues es gente que llegó de varios lugares de México y se apoderó de las tierras. Son paracaidistas; pero los tienen amedrentados ‘los malos’”.
–¿Por qué “malos”? ¿No tienen nombre?
–Sí, pero decirlos es perder la vida. El gobierno del estado y el federal tienen los nombres y direcciones, saben quiénes son y cómo operan Se los han dicho desde hace años. Lo raro es que no actúan. Y ve: ¿cuál vigilancia? No hay nadie. ¡Eso es muy raro! O son parte de ellos o los protegen por alguna razón.
Otro miembro del Consejo Mayor de Cherán detalla que en la comunidad El Cerecito la gente sigue viviendo en la pobreza extrema, aun cuando han talado miles de hectáreas. “Sería para que con ese producto hubieran tenido una vida digna.
“Los tienen atemorizados y ahí se refugia gente de todo el país. Pero vemos que desafortunadamente son utilizados y que ya en ese lugar se han establecido los grupos criminales.
“Estamos cansados de señalar esto al gobierno, pero parece que quiere minimizar el problema y hacer creer a la ciudadanía que solamente es un conflicto entre indígenas cheranenses”.
Puntualiza que los grandes aserraderos clandestinos trabajan a la luz del día. “Lo que nos indigna es cómo entra la madera ilegal y sale legal”.
“¡Vámonos a la guerra!”
Familiares de los dos comuneros asesinados el domingo 8 –Urbano Macías y Guadalupe Gerónimo– exigen la intervención del gobierno para el esclarecimiento del doble crimen y el castigo a los culpables. “Queremos justicia”, claman y hacen responsables a los habitantes de El Cerecito.
El padre de una de las víctimas dice a los reporteros que lo que quieren es vivir en paz, sin más muertes. “No le debemos nada a nadie, vivimos en la comunidad de Cherán; es más, los terrenos donde está El Cerecito nos pertenecen, ellos los tomaron por la fuerza”.
Otros familiares de las víctimas piden que el gobierno intervenga para garantizar la paz en la región, para que cesen las muertes. “Ya se acabaron el bosque y ahora quieren acabarnos a nosotros”, lamentan.
“Somos campesinos, agricultores; de eso vivimos. Pero ya no podemos salir al campo a trabajar por temor a ser asesinados; nuestro ganado anda suelto desde hace tiempo, perdido, ya no podemos ir a recogerlo”, agregan.
En el entierro de Urbano y Guadalupe algunos comuneros ancianos expresan a Proceso su sentir: “¡Vámonos a la guerra contra esos cabrones, maestro; nos están matando como gallinas, porque eso somos: gallinas!”
Otro, más joven, les responde: “Si tuviéramos la protección que esos güeyes tienen, con gusto. Pero traen carnet de impunidad, los protege el gobierno”.
“Ya estamos cansados de tanto abuso y Cherán está al borde del estallido social. Toda la Meseta Purépecha está en estado de alerta. Sólo esperamos una señal para levantarnos en armas contra el crimen organizado, que ya nos tiene hasta la madre”, dice a los reporteros un comunero con el rostro cubierto.
“La lucha no es entre las comunidades, como quieren hacer creer, sino contra las bandas organizadas y el gobierno. Ya nos cansamos de explotación, chantaje, secuestros, levantones, homicidios, extorsiones y de vivir y morir con miedo. Ahora nos vamos a enfrentar a los ‘malos’, sean ‘mañosos’ o del gobierno. Sólo estamos esperando un tiempo prudente y si no hay respuestas, pues a las armas”, dice a los reporteros un indígena purépecha.
“Ya no creemos en las promesas del gobierno. Tenemos infinidad de minutas firmadas de que realizarán operativos para erradicar a la delincuencia, pero cada día hay más gente asesinada y desaparecida”, expresa otro cheranense.
Urbano y Guadalupe
Cerca del mediodía del domingo 8 Urbano Macías Rafael, de 48 años, y Guadalupe Gerónimo Velázquez, de 28, quienes habían ido a recoger su ganado, fueron levantados por hombres armados. Uno de los comuneros pudo comunicarse vía celular con un familiar al que le dijo que se los “llevaban los del Cerecito”. Luego se cortó la comunicación.
El profesor Trinidad Ninís Pahuamba, miembro del Consejo Mayor de Cherán, cuenta que se pidió auxilio ese mismo día, desde el momento en que se supo que los comuneros estaban en peligro, al subsecretario de Gobernación de Michoacán, Fernando Cano Ochoa.
Indignados, los familiares de los levantados y otros habitantes de Cherán fueron a Morelia, rodearon el edificio municipal y bloquearon su acceso desde la tarde del lunes 9. Pero lo más grave, dice Ninís Pahuamba, fue que “no hubo respuesta del gobernador ni del secretario de Gobierno… ni siquiera una llamada telefónica”.
Los cheranenses también bloquearon los accesos al Congreso local. Unas 200 personas se manifestaron con pancartas y una gran manta que decía: “Puras promesas, ¿cuántos muertos más en Cherán?”.
Cuando los comuneros tenían rodeados los recintos oficiales en el centro de Morelia, el gobierno michoacano sabía que los dos comuneros levantados ya habían sido asesinados.
Hacia las 15:00 horas del lunes 9 se hallaron los cadáveres de Urbano y Guadalupe en un camino vecinal de la comunidad Vista Hermosa, municipio de Zacapu. Los cuerpos fueron llevados a la Subprocuraduría de Justicia, en Zamora, donde fueron identificados por sus familiares.
En la madrugada del martes 10 Cherán recibió los cuerpos de los indígenas. La comunidad se siente humillada una vez más al ver cómo matan a su gente y la justicia no llega.
Guadalupe Gerónimo, sostén de su hogar, deja a su esposa con tres meses de embarazo. Urbano Macías tenía cuatro hijos.
Luego de un homenaje póstumo en la Plaza Municipal y una misa en la iglesia de San Francisco, un cortejo de unas 4 mil personas acompañó a los dos comuneros asesinados al panteón.
Piden soldados y marinos
Los cheranenses dicen: “No le tenemos confianza a la policía de Michoacán, por eso queremos que vengan el Ejército o la Marina. Ya vieron que no hay vigilancia. Felipe Calderón y Fausto Vallejo son unos embusteros, unos mentirosos, irresponsables, miedosos… o tal vez están coludidos con el crimen organizado, pues no hacen nada. Van 15 muertos y no se ha resuelto un solo caso. ¿O el homicidio no es del fuero común?
“El gobierno mexicano no puede o no quiere; bien pudieron negociar la vida de nuestros dos compañeros con los ‘malos’, pues saben quiénes son, dónde y cómo operan, cómo viven. Pero no hacen nada porque tal vez, tal vez, sean parte de uno de sus tantos tentáculos”.
Además de señalar que el gobierno elude su responsabilidad manifestando que existe un conflicto entre comunidades, José Trinidad Ramírez, integrante del Consejo Mayor de Cherán, dice que ante la presencia del crimen organizado exigen la intervención del Ejército o de la Marina, pues se desconfía de la policía michoacana.
“Por eso tenemos policía comunitaria”, dice, “porque la municipal llevó a los ‘malos’ al enfrentamiento, al sitio del primer enfrentamiento el año pasado, cuando detuvimos varios camiones con madera y la población los quemó. Hay fotos y video, por eso los detuvimos.
Francisco Castellanos J.
Con dolor e impotencia un miembro del Consejo Mayor de la comunidad afirma: “Cherán se está anegando en sangre porque las autoridades encabezadas por Felipe Calderón y Fausto Vallejo Figueroa (gobernador de Michoacán) se niegan a hacer, como lo juraron al tomar posesión de sus cargos, valer y respetar la ley”.
Los cheranenses aseguran que durante tres años los talamontes han saqueado sus bosques en perjuicio de toda la población y dicen que “ya no saben qué hacer”.
El integrante del Consejo Mayor señala que desde 2008 han sido asesinados 15 cheranenses y cinco más están desaparecidos por defender los bosques y enfrentar a los talamontes, que están coludidos con “los malos”, como llaman a los miembros del crimen organizado.
“Tenemos ira, coraje, dolor y tristeza pues ya nos cansamos de tocar puertas y nadie escucha. Ni la Policía Estatal ni la Federal ni el gobernador. Nadie. Y la impunidad sigue”, dice otro comunero.
Dos integrantes del Consejo Mayor acompañan a varios reporteros –protegidos por los rondines comunales– a los ocho puntos donde el gobierno michoacano aseguró –mediante boletín de prensa del secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, el miércoles 11– que hay agentes de las Bases de Operaciones Mixtas (BOM). Afirman que Calderón y Nefausto (como llaman a Fausto Vallejo) “son ineptos y mentirosos”.
Durante el recorrido por los ocho lugares donde el gobierno estatal asegura que hay agentes de las BOM se constató que no hay presencia de la fuerza pública. Más aun: el jueves 12, durante los funerales de los dos comuneros asesinados recientemente, los “malos” trataron de levantar a un miembro de la ronda comunal.
Los comuneros advierten que radicalizarán sus acciones. “Estamos haciendo escritos al Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de la ONU y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que intervengan.
“Que le digan a Calderón que combata a los ‘malos’, que le digan a Fausto que dé seguridad a los michoacanos; es su obligación como jefe del Ejecutivo estatal y así lo juró al tomar posesión. No quieren intervenir pues se ve que el gobierno de Fausto Vallejo está involucrado con el crimen organizado que opera en la región.
“No puede haber otra explicación a la falta de atención a este problema que ya nos ha dejado 15 muertos y desaparecidos”.
Reunido el Consejo Mayor en la Casa Comunal, uno de sus miembros dice a la prensa: “Todos estamos en riesgo de perder la vida en cualquier momento y al gobierno parece no importarle. Nos tienen bien identificados los ‘malos’, los pobladores corren riesgo: no pueden salir al campo o a sus parcelas. Los periodistas que informan también están en este laberinto de terror y muerte. Ahí está el caso del profesor Ramón Ángeles Zalpa, de Paracho, desaparecido por informar en Cambio de Michoacán. Nadie se salva”.
Un habitante de Cherán señala: “Estamos al borde de un estallido social. Aquí y en la mayoría de las comunidades indígenas de México.
“La gente está enardecida, cansada. Si les pican tantito, se van a armar los catorrazos por la irreverencia del gobierno que nos tiene en el olvido.
“La comunidad de Cherán tiene en mente ir a desalojar a los del Cerecito y quemar sus casas pues es gente que llegó de varios lugares de México y se apoderó de las tierras. Son paracaidistas; pero los tienen amedrentados ‘los malos’”.
–¿Por qué “malos”? ¿No tienen nombre?
–Sí, pero decirlos es perder la vida. El gobierno del estado y el federal tienen los nombres y direcciones, saben quiénes son y cómo operan Se los han dicho desde hace años. Lo raro es que no actúan. Y ve: ¿cuál vigilancia? No hay nadie. ¡Eso es muy raro! O son parte de ellos o los protegen por alguna razón.
Otro miembro del Consejo Mayor de Cherán detalla que en la comunidad El Cerecito la gente sigue viviendo en la pobreza extrema, aun cuando han talado miles de hectáreas. “Sería para que con ese producto hubieran tenido una vida digna.
“Los tienen atemorizados y ahí se refugia gente de todo el país. Pero vemos que desafortunadamente son utilizados y que ya en ese lugar se han establecido los grupos criminales.
“Estamos cansados de señalar esto al gobierno, pero parece que quiere minimizar el problema y hacer creer a la ciudadanía que solamente es un conflicto entre indígenas cheranenses”.
Puntualiza que los grandes aserraderos clandestinos trabajan a la luz del día. “Lo que nos indigna es cómo entra la madera ilegal y sale legal”.
“¡Vámonos a la guerra!”
Familiares de los dos comuneros asesinados el domingo 8 –Urbano Macías y Guadalupe Gerónimo– exigen la intervención del gobierno para el esclarecimiento del doble crimen y el castigo a los culpables. “Queremos justicia”, claman y hacen responsables a los habitantes de El Cerecito.
El padre de una de las víctimas dice a los reporteros que lo que quieren es vivir en paz, sin más muertes. “No le debemos nada a nadie, vivimos en la comunidad de Cherán; es más, los terrenos donde está El Cerecito nos pertenecen, ellos los tomaron por la fuerza”.
Otros familiares de las víctimas piden que el gobierno intervenga para garantizar la paz en la región, para que cesen las muertes. “Ya se acabaron el bosque y ahora quieren acabarnos a nosotros”, lamentan.
“Somos campesinos, agricultores; de eso vivimos. Pero ya no podemos salir al campo a trabajar por temor a ser asesinados; nuestro ganado anda suelto desde hace tiempo, perdido, ya no podemos ir a recogerlo”, agregan.
En el entierro de Urbano y Guadalupe algunos comuneros ancianos expresan a Proceso su sentir: “¡Vámonos a la guerra contra esos cabrones, maestro; nos están matando como gallinas, porque eso somos: gallinas!”
Otro, más joven, les responde: “Si tuviéramos la protección que esos güeyes tienen, con gusto. Pero traen carnet de impunidad, los protege el gobierno”.
“Ya estamos cansados de tanto abuso y Cherán está al borde del estallido social. Toda la Meseta Purépecha está en estado de alerta. Sólo esperamos una señal para levantarnos en armas contra el crimen organizado, que ya nos tiene hasta la madre”, dice a los reporteros un comunero con el rostro cubierto.
“La lucha no es entre las comunidades, como quieren hacer creer, sino contra las bandas organizadas y el gobierno. Ya nos cansamos de explotación, chantaje, secuestros, levantones, homicidios, extorsiones y de vivir y morir con miedo. Ahora nos vamos a enfrentar a los ‘malos’, sean ‘mañosos’ o del gobierno. Sólo estamos esperando un tiempo prudente y si no hay respuestas, pues a las armas”, dice a los reporteros un indígena purépecha.
“Ya no creemos en las promesas del gobierno. Tenemos infinidad de minutas firmadas de que realizarán operativos para erradicar a la delincuencia, pero cada día hay más gente asesinada y desaparecida”, expresa otro cheranense.
Urbano y Guadalupe
Cerca del mediodía del domingo 8 Urbano Macías Rafael, de 48 años, y Guadalupe Gerónimo Velázquez, de 28, quienes habían ido a recoger su ganado, fueron levantados por hombres armados. Uno de los comuneros pudo comunicarse vía celular con un familiar al que le dijo que se los “llevaban los del Cerecito”. Luego se cortó la comunicación.
El profesor Trinidad Ninís Pahuamba, miembro del Consejo Mayor de Cherán, cuenta que se pidió auxilio ese mismo día, desde el momento en que se supo que los comuneros estaban en peligro, al subsecretario de Gobernación de Michoacán, Fernando Cano Ochoa.
Indignados, los familiares de los levantados y otros habitantes de Cherán fueron a Morelia, rodearon el edificio municipal y bloquearon su acceso desde la tarde del lunes 9. Pero lo más grave, dice Ninís Pahuamba, fue que “no hubo respuesta del gobernador ni del secretario de Gobierno… ni siquiera una llamada telefónica”.
Los cheranenses también bloquearon los accesos al Congreso local. Unas 200 personas se manifestaron con pancartas y una gran manta que decía: “Puras promesas, ¿cuántos muertos más en Cherán?”.
Cuando los comuneros tenían rodeados los recintos oficiales en el centro de Morelia, el gobierno michoacano sabía que los dos comuneros levantados ya habían sido asesinados.
Hacia las 15:00 horas del lunes 9 se hallaron los cadáveres de Urbano y Guadalupe en un camino vecinal de la comunidad Vista Hermosa, municipio de Zacapu. Los cuerpos fueron llevados a la Subprocuraduría de Justicia, en Zamora, donde fueron identificados por sus familiares.
En la madrugada del martes 10 Cherán recibió los cuerpos de los indígenas. La comunidad se siente humillada una vez más al ver cómo matan a su gente y la justicia no llega.
Guadalupe Gerónimo, sostén de su hogar, deja a su esposa con tres meses de embarazo. Urbano Macías tenía cuatro hijos.
Luego de un homenaje póstumo en la Plaza Municipal y una misa en la iglesia de San Francisco, un cortejo de unas 4 mil personas acompañó a los dos comuneros asesinados al panteón.
Piden soldados y marinos
Los cheranenses dicen: “No le tenemos confianza a la policía de Michoacán, por eso queremos que vengan el Ejército o la Marina. Ya vieron que no hay vigilancia. Felipe Calderón y Fausto Vallejo son unos embusteros, unos mentirosos, irresponsables, miedosos… o tal vez están coludidos con el crimen organizado, pues no hacen nada. Van 15 muertos y no se ha resuelto un solo caso. ¿O el homicidio no es del fuero común?
“El gobierno mexicano no puede o no quiere; bien pudieron negociar la vida de nuestros dos compañeros con los ‘malos’, pues saben quiénes son, dónde y cómo operan, cómo viven. Pero no hacen nada porque tal vez, tal vez, sean parte de uno de sus tantos tentáculos”.
Además de señalar que el gobierno elude su responsabilidad manifestando que existe un conflicto entre comunidades, José Trinidad Ramírez, integrante del Consejo Mayor de Cherán, dice que ante la presencia del crimen organizado exigen la intervención del Ejército o de la Marina, pues se desconfía de la policía michoacana.
“Por eso tenemos policía comunitaria”, dice, “porque la municipal llevó a los ‘malos’ al enfrentamiento, al sitio del primer enfrentamiento el año pasado, cuando detuvimos varios camiones con madera y la población los quemó. Hay fotos y video, por eso los detuvimos.
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