Alfredo Valadez Rodríguez
Corresponsal / La Jornada
En la estepa zacatecana, el semidesierto norte del estado, las últimas lluvias cayeron en junio de 2010. Campesinos y ganaderos no ven el fin de una de las peores sequías que se recuerda en la región.
En un recorrido por los municipios de Río Grande y Nieves, en el norte del estado, se corroboró que dos años sin lluvias suficientes ni regulares desarman al más optimista. Para estas fechas, en otras condiciones, los campesinos ya habrían preparado sus tierras con rastra y tractor. Pero hoy la mayoría de las parcelas están casi abandonadas.
La Unión Ganadera Regional de Zacatecas (UGRZ) sostuvo que alrededor de 150 mil cabezas de ganado han muerto por falta de agua en los 12 meses recientes y los animales que sobreviven están en los huesos.
Aquí los únicos llenos son los coyotes y los zopilotes. ¡Esos ya están hartos de tanto tragar!, afirmó el campesino Samuel Chávez Martínez, vecino de la comunidad Orán, municipio de Nieves, al pie de la Sierra de Guadalupe, por donde baja el río Aguanaval, cuyo cauce está totalmente seco.
Los habitantes de esta región de Zacatecas viven al día y con la ilusión de que vuelva a llover, porque eso tiene que ocurrir algún día. En las comunidades Camino Rayado, Paso Blanco, San Isidro, Cerro Colorado, Santa Rita, El Chepón, El Redondo y Francisco I. Madero la historia es la misma.
Las autoridades admiten que el panorama es más que preocupante. El titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Enrique Flores Mendoza, dijo este fin de semana en un comunicado que la única compañía procesadora de leche pasteurizadora del estado, en el municipio de Fresnillo, está en quiebra técnica por la sequía.
Hará falta más que un rescate financiero para que la Sociedad Cooperativa La Fresnillense no desaparezca. En ocho meses, la pasteurizadora sólo obtuvo de los ganaderos de la región 8 mil litros de leche, cuando debería procesar 24 mil litros diarios para que la planta sea rentable.
Lloviznas que hacen enojar a las hormigas
La situación está fierísima, dijo el campesino Jesús Rivas mientras pastoreaba un centenar de chivas y borregas, el sustento de tres familias en la comunidad San Martín, municipio de Nieves. Con la esperanza de que este mes sí llueva como Dios manda, narra que el viernes anterior cayó un poco de agua.
Esa lluvia nomás sirvió para hacer enojar a las hormigas, comentó el chivero, pues los minúsculos charcos que se formaron ya estaban secos al anochecer. La presa local La Volanta está vacía desde octubre pasado.
Felipe Cabral Pulido, gerente general de la UGRZ, aseguró que mayo fue el mes más difícil para los ganaderos, porque las temperaturas siguieron elevándose “y sólo se han presentado algunas lluvias esporádicas, que no llegan a 15 o 18 milímetros.
A mediados de febrero, Silverio López Magallanes, subsecretario de Ganadería estatal, informó que hay una movilidad inusitada de ganado (más de 600 mil guías de traslado), pues los productores están vendiendo la mayor parte de sus hatos antes de que mueran de sed y hambre. El líder de la UGRZ dijo que la situación está empeorando con el agotamiento de los aguajes naturales.
Sostuvo que la mayoría de los 18 mil bordos y pequeñas presas en el estado están secos y los grandes embalses de agua siguen bajando de nivel.
En Tepic, Nayarit, el diputado priísta Pedro Tello consideró urgente liberar los recursos económicos para paliar la sequía. Son 15 mil millones en beneficio de miles de familias agrícolas y ganaderas, dijo. Por lo pronto, la Secretaría de Desarrollo Rural de Nayarit comenzó a repartir 80 mil toneladas de pastura para amortiguar los efectos de la sequía.
(Con información de Myriam Navarro, corresponsal).
Corresponsal / La Jornada
En la estepa zacatecana, el semidesierto norte del estado, las últimas lluvias cayeron en junio de 2010. Campesinos y ganaderos no ven el fin de una de las peores sequías que se recuerda en la región.
En un recorrido por los municipios de Río Grande y Nieves, en el norte del estado, se corroboró que dos años sin lluvias suficientes ni regulares desarman al más optimista. Para estas fechas, en otras condiciones, los campesinos ya habrían preparado sus tierras con rastra y tractor. Pero hoy la mayoría de las parcelas están casi abandonadas.
La Unión Ganadera Regional de Zacatecas (UGRZ) sostuvo que alrededor de 150 mil cabezas de ganado han muerto por falta de agua en los 12 meses recientes y los animales que sobreviven están en los huesos.
Aquí los únicos llenos son los coyotes y los zopilotes. ¡Esos ya están hartos de tanto tragar!, afirmó el campesino Samuel Chávez Martínez, vecino de la comunidad Orán, municipio de Nieves, al pie de la Sierra de Guadalupe, por donde baja el río Aguanaval, cuyo cauce está totalmente seco.
Los habitantes de esta región de Zacatecas viven al día y con la ilusión de que vuelva a llover, porque eso tiene que ocurrir algún día. En las comunidades Camino Rayado, Paso Blanco, San Isidro, Cerro Colorado, Santa Rita, El Chepón, El Redondo y Francisco I. Madero la historia es la misma.
Las autoridades admiten que el panorama es más que preocupante. El titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Enrique Flores Mendoza, dijo este fin de semana en un comunicado que la única compañía procesadora de leche pasteurizadora del estado, en el municipio de Fresnillo, está en quiebra técnica por la sequía.
Hará falta más que un rescate financiero para que la Sociedad Cooperativa La Fresnillense no desaparezca. En ocho meses, la pasteurizadora sólo obtuvo de los ganaderos de la región 8 mil litros de leche, cuando debería procesar 24 mil litros diarios para que la planta sea rentable.
Lloviznas que hacen enojar a las hormigas
La situación está fierísima, dijo el campesino Jesús Rivas mientras pastoreaba un centenar de chivas y borregas, el sustento de tres familias en la comunidad San Martín, municipio de Nieves. Con la esperanza de que este mes sí llueva como Dios manda, narra que el viernes anterior cayó un poco de agua.
Esa lluvia nomás sirvió para hacer enojar a las hormigas, comentó el chivero, pues los minúsculos charcos que se formaron ya estaban secos al anochecer. La presa local La Volanta está vacía desde octubre pasado.
Felipe Cabral Pulido, gerente general de la UGRZ, aseguró que mayo fue el mes más difícil para los ganaderos, porque las temperaturas siguieron elevándose “y sólo se han presentado algunas lluvias esporádicas, que no llegan a 15 o 18 milímetros.
A mediados de febrero, Silverio López Magallanes, subsecretario de Ganadería estatal, informó que hay una movilidad inusitada de ganado (más de 600 mil guías de traslado), pues los productores están vendiendo la mayor parte de sus hatos antes de que mueran de sed y hambre. El líder de la UGRZ dijo que la situación está empeorando con el agotamiento de los aguajes naturales.
Sostuvo que la mayoría de los 18 mil bordos y pequeñas presas en el estado están secos y los grandes embalses de agua siguen bajando de nivel.
En Tepic, Nayarit, el diputado priísta Pedro Tello consideró urgente liberar los recursos económicos para paliar la sequía. Son 15 mil millones en beneficio de miles de familias agrícolas y ganaderas, dijo. Por lo pronto, la Secretaría de Desarrollo Rural de Nayarit comenzó a repartir 80 mil toneladas de pastura para amortiguar los efectos de la sequía.
(Con información de Myriam Navarro, corresponsal).
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