Carlos Luis Escoffié Duarte *
#YoSoy132 es un signo de que los jóvenes de México por fin hemos salido de nuestras “vacaciones de la historia”. La mayoría de los que nos hemos sentido atraídos por este movimiento formamos parte de una generación que -según se creía- apareció en el momento preciso para heredar el olvido histórico.
Muchos no habíamos desarrollado aún conciencia política cuando Colosio fue asesinado. Apenas podíamos comprender el impacto de la devaluación de la moneda o de la inesperada aparición de unos encapuchados declarándole la guerra al Ejército mexicano una noche de Año Nuevo.
Nacimos en vísperas de la caída del sistema o quizá unos años después. Fuimos criados por víctimas del Fobaproa y por muchos que vivieron su juventud durante la Guerra Sucia en los 70′s.
Crecimos escuchando historias sobre tiempos remotos en los que las movilizaciones estudiantiles eran una herramienta básica para la participación política, aun cuando estaban prohibidas.
Por muchos años nos enseñaron a asumir el rol de silentes testigos del tiempo. Ver pero no tocar, dejar que las cosas pasen sin remedio. Amaestrados y adormecidos, crecimos pensando que nuestro papel en la sociedad era permanecer estáticos y que la democracia debía limitarse al ejercicio del derecho a obedecer. Ahora la historia ha llegado para rendir cuentas.
Dejó de ser un ente inaccesible y se ha materializado en el presente. Ya no es el lejano y penoso pasado, ni un futuro ambiguo e incierto.
Ha tomado las calles y se ha convertido en el ensordecedor paso de miles de jóvenes en todo el país. Nadie iba a imaginarse que incluso una sociedad como la yucateca -por muchos considerada “sumisa” y “poco participativa”- iba a unirse a un movimiento como éste.
#YoSoy132 es tan sólo el nombre que ha adoptado el deseo generalizado de contar con medios de comunicación que verdaderamente lo sean. Es, sobre todo, una invitación a hacer política desde la ciudadanía. La juventud de México ha recuperado su papel como pieza indispensable y fundamental para la transformación del país.
Los anhelos por construir una democracia participativa tienen hoy una nueva herramienta a través de este movimiento. Pero el movimiento sería estéril si se quedase únicamente en las marchas.
Es por eso que #YoSoy132 Yucatán ha convocado a todos los interesados a participar en distintas mesas de trabajo este miércoles a las 5 p.m. en el parque de Santa Lucía.
Este encuentro tendrá como finalidad organizarse en diversos grupos ciudadanos de trabajo para impulsar proyectos en beneficio de la sociedad. Se trata de una invitación a iniciar un ejercicio democrático más allá de las urnas. Ojalá muchos que comparten esa inquietud por reconstruir los medios de participación ciudadana asistan. Definitivamente, esta reacción en cadena que se inició en la Ibero no finalizará junto al calendario electoral.- Mérida, Yucatán
—–
*) Estudiante de Derecho de la Uady
» Definitivamente, esta reacción en cadena que se inició en la Ibero no finalizará junto al calendario electoral
#YoSoy132 es un signo de que los jóvenes de México por fin hemos salido de nuestras “vacaciones de la historia”. La mayoría de los que nos hemos sentido atraídos por este movimiento formamos parte de una generación que -según se creía- apareció en el momento preciso para heredar el olvido histórico.
Muchos no habíamos desarrollado aún conciencia política cuando Colosio fue asesinado. Apenas podíamos comprender el impacto de la devaluación de la moneda o de la inesperada aparición de unos encapuchados declarándole la guerra al Ejército mexicano una noche de Año Nuevo.
Nacimos en vísperas de la caída del sistema o quizá unos años después. Fuimos criados por víctimas del Fobaproa y por muchos que vivieron su juventud durante la Guerra Sucia en los 70′s.
Crecimos escuchando historias sobre tiempos remotos en los que las movilizaciones estudiantiles eran una herramienta básica para la participación política, aun cuando estaban prohibidas.
Por muchos años nos enseñaron a asumir el rol de silentes testigos del tiempo. Ver pero no tocar, dejar que las cosas pasen sin remedio. Amaestrados y adormecidos, crecimos pensando que nuestro papel en la sociedad era permanecer estáticos y que la democracia debía limitarse al ejercicio del derecho a obedecer. Ahora la historia ha llegado para rendir cuentas.
Dejó de ser un ente inaccesible y se ha materializado en el presente. Ya no es el lejano y penoso pasado, ni un futuro ambiguo e incierto.
Ha tomado las calles y se ha convertido en el ensordecedor paso de miles de jóvenes en todo el país. Nadie iba a imaginarse que incluso una sociedad como la yucateca -por muchos considerada “sumisa” y “poco participativa”- iba a unirse a un movimiento como éste.
#YoSoy132 es tan sólo el nombre que ha adoptado el deseo generalizado de contar con medios de comunicación que verdaderamente lo sean. Es, sobre todo, una invitación a hacer política desde la ciudadanía. La juventud de México ha recuperado su papel como pieza indispensable y fundamental para la transformación del país.
Los anhelos por construir una democracia participativa tienen hoy una nueva herramienta a través de este movimiento. Pero el movimiento sería estéril si se quedase únicamente en las marchas.
Es por eso que #YoSoy132 Yucatán ha convocado a todos los interesados a participar en distintas mesas de trabajo este miércoles a las 5 p.m. en el parque de Santa Lucía.
Este encuentro tendrá como finalidad organizarse en diversos grupos ciudadanos de trabajo para impulsar proyectos en beneficio de la sociedad. Se trata de una invitación a iniciar un ejercicio democrático más allá de las urnas. Ojalá muchos que comparten esa inquietud por reconstruir los medios de participación ciudadana asistan. Definitivamente, esta reacción en cadena que se inició en la Ibero no finalizará junto al calendario electoral.- Mérida, Yucatán
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*) Estudiante de Derecho de la Uady
» Definitivamente, esta reacción en cadena que se inició en la Ibero no finalizará junto al calendario electoral
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